La Novela Española del Siglo XX: Del Exilio a la Renovación
Una de las consecuencias de la Guerra Civil fue el exilio de numerosos escritores que desarrollaron su creación fuera de España. Les une la oposición a la dictadura y ciertos temas recurrentes (añoranza a amigos desaparecidos, la reflexión sobre la guerra…). Algunos de los escritores más importantes de la novela del exilio fueron Ramón J. Sender, con Réquiem por un campesino español, Max Aub o Francisco Ayala.
Debido a las consecuencias de la guerra, la nueva generación de novelistas se vio obligada a partir de la nada y explorar nuevas formas narrativas, inspirándose en la novela realista y naturalista del siglo XIX, y entre sus contemporáneos, principalmente, Baroja.
La Novela Española en la Década de 1940
- Novela Nacionalista: Se acerca a la Guerra Civil desde la óptica de los vencedores. Destacaron en esta corriente Ignacio Agustí, con Mariana Rebull, Torrente Ballester, con Javier Mariño y Wenceslao Fernández Flórez, con El Bosque.
- Novela Existencial: Los grandes temas son la soledad, la inadaptación, la frustración, la muerte… Irrumpe en el panorama literario de la mano de dos títulos emblemáticos: La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela y Nada de Carmen Laforet. Este último inicia la corriente del tremendismo. En esta época debemos añadir a Miguel Delibes.
La Novela Española en la Década de 1950: El Realismo Social
En los cincuenta, se pretende reflejar fielmente las condiciones a las que está sometida la sociedad española por parte del régimen autoritario. Tras la publicación en 1951 de La colmena de Cela, la atención se centrará en el pueblo, que plantea sus inquietudes, denuncia problemas que padece y se inicia la conocida como novela social, que desplaza el interés de lo individual a lo colectivo, de los problemas personales a los sociales.
La colmena, como iniciadora de la etapa del realismo social, se caracteriza por su protagonista colectivo, la condensación temporal, la visión pesimista y el deliberado propósito de escandalizar al lector.
La Novela Española en la Década de 1960: La Renovación Narrativa
En los años sesenta, hay que destacar dos factores de índole literaria que favorecieron la decisiva modernización de la novela española: el boom de la literatura hispanoamericana y la lectura de los grandes renovadores de la literatura universal. Los rasgos de la literatura en los sesenta son:
- El narrador es un elemento cambiante y es frecuente el cambio de perspectivas narrativas.
- Se concede una gran importancia al monólogo interior.
- Ruptura de la secuencia cronológica es muy empleada.
- Se juega con la división del relato.
- Se concede importancia al tratamiento de la anécdota.
- Los personajes son seres en conflicto con su entorno y con su propia personalidad.
Los autores más destacados de esta corriente fueron Luis Martín-Santos, con Tiempo de silencio, Miguel Delibes, con Los santos inocentes, Juan Benet, con Volverás a Región, Juan Goytisolo, con Señas de identidad y Juan Marsé, con Últimas tardes con Teresa.
El Teatro Español del Siglo XX: De la Tradición a la Vanguardia
En las primeras décadas del siglo XX, el teatro español era valorado muy negativamente. La escena española pasaba por un atraso respecto al resto de Europa. En el periodo anterior a la Guerra Civil habrá dos tendencias muy marcadas:
El Teatro Comercial
Destaca la alta comedia, el teatro poético y el teatro humorístico.
- Jacinto Benavente (1866-1954): Se acerca a la estética modernista. Se adaptó a los gustos del público con el conservadurismo. En sus obras se percibe la crítica a la burguesía. Cultivó dos géneros: el drama rural (La malquerida) y alta comedia (Rosas de otoño). Los intereses creados es su obra más destacada.
- Otros autores: Marquina y los hermanos Machado.
- Teatro humorístico: Aborda temas populares que resultan entretenidos por su jerga. El sainete madrileño de Carlos Arniches es la última derivación escénica de los entremeses. Destaca también el andalucismo arquetípico de los hermanos Álvarez Quintero (El ojito derecho, El patio).
El Teatro Renovador: Federico García Lorca y Valle-Inclán
Uno de sus principales dramaturgos fue Federico García Lorca. A su regreso de Nueva York (1931) manifestó su intención de emprender una profunda renovación teatral en España. El teatro lorquiano podía llamarse poético. El tema dominante en casi todo su teatro es el enfrentamiento entre el individuo y la autoridad.
- Farsa de guiñol: Tragicomedia de don Cristóbal y de la Señá Rosita (1923), La zapatera prodigiosa y La Barraca.
- Surrealismo: Así que pasen cinco años y El público.
- Trilogía rural: Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba. Las tres presentan rasgos comunes: la índole sexual de los problemas tratados, la mujer como protagonista, la ambientación en el campo andaluz y el desenlace trágico.
Otro poeta que se debe señalar es Jacinto Grau, con su obra El señor Pigmalión (1921).
El otro gran dramaturgo de la época será Valle-Inclán, con su originalidad audaz, sus planteamientos radicales y sin concesiones, la riqueza y expresividad de su lenguaje, lo distinto de sus temas y de su estética explican que sus obras permanecieran fuera del escenario durante un tiempo. Su inagotable búsqueda artística le llevó de su inicial modernismo decadente a la creación de un género personal: el esperpento.
- Ciclo mítico: Comedias bárbaras.
- El Esperpento (1920): Con la primera versión de Luces de Bohemia, Valle da nombre a un género literario propio basado en la deformación sistemática de sus personajes y valores. El esperpento incluye otras obras teatrales, como la trilogía Martes de Carnaval, integrada por Los cuernos de don Friolera (1921).