Evolución de la Novela y Poesía Española: Desde la Posguerra hasta los Años 70


La Novela Española de los Años 50: Realismo Social y Neorrealismo

Surge la generación del 50, que desarrolla una narrativa comprometida con temas sociales. Camilo José Cela toma de nuevo la delantera con La colmena, un ejemplo de relato objetivista con una actitud crítica, donde el autor actúa como un testigo imparcial. El tiempo queda reducido a tres días y el espacio se limita a una zona de Madrid. Esta novela social y neorrealista refleja la realidad española y sirve como instrumento de denuncia de las injusticias sociales.

Técnicas Narrativas

El objetivismo: el narrador cuenta los hechos sin emitir juicios de valor, actuando como una cámara cinematográfica. Predomina el diálogo, como en la novela El Jarama. Se caracteriza por un protagonista colectivo, sin interés en un personaje en particular. El desarrollo de la acción es breve, con muchas pequeñas acciones en reducidos espacios, como ciudades como Madrid o incluso una habitación, como se observa en La colmena. El lenguaje es sencillo. Estas novelas pretenden reflejar fielmente la realidad.

Temas

  • El mundo de lo cotidiano, como en Los Bravos, con la monotonía y dureza de la vida del campo.
  • El caciquismo, presente en Los gozos y las sombras y Los santos inocentes de Delibes.
  • La soledad y la incomunicación, como en Entre visillos de Ana María Matute.
  • La visión crítica del pensamiento y la cultura de la época.

Tendencias del Realismo Social

Dentro del realismo social de los cincuenta, encontramos:

  • El Objetivismo: se caracteriza por técnicas como el objetivismo en las descripciones, la narración en tiempos simultáneos, la desaparición del narrador, el uso de técnicas cinematográficas, el predominio del diálogo, la condensación espacial y temporal, el protagonista colectivo y una linealidad relativa.
  • El Realismo crítico: comparte en muchas ocasiones los rasgos del objetivismo, pero sus personajes encarnan los valores propios de la clase social o grupo al que representan, como obreros explotados o burgueses frívolos y egoístas.

Autores y Obras

Entre los autores objetivistas destaca Rafael Sánchez Ferlosio. Miguel Delibes es una figura difícil de encuadrar, ya que evoluciona del realismo de corte tradicional en obras como La sombra del ciprés es alargada y El camino, hacia obras más próximas al realismo social. Juan Goytisolo es considerado el autor más importante de la generación y representante del realismo crítico. Sin embargo, la novela que recibió el Premio Nadal y que tuvo gran repercusión es El Jarama, de R. Sánchez Ferlosio, que narra un día de ocio de unos jóvenes donde apenas ocurre nada, reflejando la vida cotidiana, su vacío y vulgaridad. En la novela domina por completo el diálogo y se recrea eficazmente el lenguaje coloquial, con una técnica cinematográfica.

La Novela Española de los 60 y Principios de los 70

Se produce la decadencia del realismo social y su sustitución por una renovación de estructuras, forma, lenguaje y estilo. Esta renovación formal de los sesenta se ha denominado literatura experimental. No falta la intención crítica, pero se añade el interés del escritor en la renovación formal y en la experimentación técnica lingüística. Se indaga en la experiencia personal. 1962, con la publicación de Tiempo de silencio de Luis Martín-Santos, marca el inicio del Boom hispanoamericano.

Características de la Novela Experimental de los 60

  • La trama narrativa pierde importancia, mezclándose sucesos verosímiles con otros imaginarios y fantásticos.
  • Los personajes sufren profundas transformaciones, convirtiéndose en seres amorfos, sin perfiles nítidos.
  • El espacio tiende a reducirse.
  • Hay cambios en el tiempo novelesco, con una temporalidad fragmentada por saltos atrás y anticipaciones prospectivas.
  • En cuanto a la estructura, al no haber progresión lineal de la acción, se presenta una estructura abierta; a veces ni siquiera hay un final definido.
  • Se experimenta con las personas narrativas, pasando del narrador omnisciente al uso de la segunda persona.
  • Se utiliza un léxico rebuscado, junto con el uso de lenguaje coloquial y vulgar.
  • Recursos técnicos: se eliminan los capítulos y se emplean descripciones, diálogos y monólogos.
  • Técnicas narrativas: destaca el monólogo interior.

Autores y Obras Significativas

Miguel Delibes, con Cinco horas con Mario, un largo monólogo interior en el que una mujer vela a su marido recién fallecido. Otras obras destacadas son Los santos inocentes y El hereje. También sobresalen Juan Benet, Torrente Ballester y Juan Goytisolo con Señas de identidad y Juan sin tierra.

La Poesía Durante la Guerra Civil y los Años 40: Poesía Arraigada y Desarraigada

Entre las generaciones del 27 y del 36, Miguel Hernández, poeta del amor, el dolor y el pueblo, combina tradición y modernidad, convirtiéndose en punto de referencia para la poesía “humanizada” de posguerra. Su estilo poético se caracteriza por la originalidad de sus metáforas y el dominio de la métrica tradicional. Aborda temas universales como la vida y la lucha por la justicia social.

Etapas de la Obra de Miguel Hernández

  • Primera época: publica una primera obra de estilo gongorino, Perito en lunas. En El rayo que no cesa sobresalen los sonetos. Otros temas que trata son el destino y la muerte, como en la destacada Elegía a Ramón Sijé.
  • Segunda etapa: con la guerra, su compromiso político queda plasmado en Viento del pueblo, con poemas como El niño yuntero. Combina el verso libre y la métrica tradicional.
  • Tercera etapa: los poemarios escritos en prisión, como Cancionero y romancero de ausencias, suponen la cima poética del autor. Trata temas como el amor, la libertad y la difícil situación de su familia, con un lenguaje intenso y depurado, y estrofas muy breves. Su dramática situación personal y la cercanía de la muerte dotan a esta obra de fuerza y autenticidad.

El fin de la Guerra Civil da comienzo a la dictadura, marcada por la pobreza y el exilio de muchos intelectuales. En los años cuarenta, la poesía lírica se encuentra con un panorama de silencio, dolor y muerte. Surgen dos tendencias fundamentales:

Poesía Arraigada

La poesía arraigada: a ella pertenecen los autores de la generación del 36 que se identifican con el régimen franquista, vinculados a las revistas Garcilaso y Escorial, dirigidas por José García Nieto y Dionisio Ridruejo. Sus poemas son de corte tradicional, con las siguientes características principales:

  • Una visión del mundo distanciada de la realidad cotidiana.
  • Una religiosidad en la que Dios es el elemento fundamental de orden.
  • Una métrica clásica.

Los poetas arraigados más destacados son Luis Rosales, Leopoldo Panero, Luis Felipe Vivanco y Dionisio Ridruejo.

Poesía Desarraigada

La poesía desarraigada: creada por Dámaso Alonso, es opuesta a la corriente anterior. Se decanta por una mirada existencial que expresa la desorientación y el caos. Estos poetas se reúnen en torno a revistas como Espadaña, dirigida por Victoriano Crémer y Eugenio de Nora. Sus características principales son:

  • Un sentimiento de angustia y desesperación ante las circunstancias.
  • Dios como única posibilidad de salvación del hombre, increpándole y mostrándole el sufrimiento del mundo.
  • Un intento de solidarizarse con los que sufren.

El estilo deja de ser clásico y se torna desgarrado, utilizando un lenguaje coloquial brusco y el verso libre, que refleja la angustia existencial. Entre los autores de diferentes épocas y procedencias encontramos a Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre (Sombra del paraíso, 1944), Gabriel Celaya y Blas de Otero, que evolucionarán posteriormente hacia la poesía social. Otros autores son Carlos Bousoño, Eugenio de Nora y Victoriano Crémer. Hijos de la ira (1944) de Dámaso Alonso supone un grito contra la injusticia y el sufrimiento humanos. El lenguaje es agresivo, con una combinación de símbolos y metáforas que configuran imágenes alucinantes. Poemas emblemáticos son Mujer con alcuza e Insomnio, donde se ofrece la visión de un Madrid poblado con cadáveres reales.

Tendencias Minoritarias

También surgen dos tendencias minoritarias: el postismo, liderado por Carlos Edmundo de Ory, y el grupo Cántico, que cultiva una poesía intimista y sensual.

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