Evolución de la Poesía Española del Siglo XX: De la Posguerra a la Actualidad


La Poesía del Siglo XX: Un Recorrido por sus Etapas

Introducción:

La poesía española inició un proceso de rehumanización a partir de 1927, con una preocupación central en el ser humano.

Poesía de los Años 40

En la década de los 40, coexistieron diversas tendencias poéticas: el nacionalismo, la evasión de la realidad, la angustia existencial y los principios de la poesía social.

Los poetas nacidos alrededor de 1910, que comenzaron a escribir durante la Guerra Civil, se agrupan bajo el nombre de Generación de 1936, entre ellos: Luis Felipe Vivanco, Leopoldo Panero y Luis Rosales.

Sus temas principales fueron Dios, la patria, el amor y el paso del tiempo. Dámaso Alonso clasificó esta poesía como poesía arraigada, en contraposición a la poesía desarraigada, de tono trágico, en la que se incluyen poetas como Carlos Bousoño o Gabriel Celaya.

En esta década se publicaron dos obras fundamentales: «Hijos de la ira» de Dámaso Alonso y «Sombras del paraíso» de Vicente Aleixandre. También surgieron otros movimientos como el Postismo y el Cántico.

La Poesía Social de los Años 50

Hacia 1955 se consolidó el realismo social en todos los géneros, marcando un hito con obras como «Pido la paz y la palabra» de Blas de Otero y «Cantos Iberos» de Gabriel Celaya. Otros poetas que siguieron esta línea fueron Victoriano Crémer, Eugenio de Nora y Garcilaso.

Esta poesía, que pasó del «yo» al «nosotros», buscaba cambiar el mundo. La temática predominante era España, con obras como «Que trata de España» de Otero, «Tierras de España» de Garcilaso y «España, pasión de vida» de Nora. Los temas recurrentes eran la injusticia social, la alienación del hombre moderno y el mundo del trabajo. Estilísticamente, se caracterizaba por un lenguaje claro y coloquial.

Blas de Otero

Su trayectoria poética evolucionó de la poesía desarraigada a la poesía social. Otero buscaba sacudir conciencias y compartir la tragedia humana, ya fuera en la conciencia individual o en la vida social. Sus primeros versos expresaban la angustia ante la muerte y la soledad, con un enfrentamiento entre el hombre y Dios. En su poesía social, iniciada con «Pido la paz y la palabra», se solidarizó con los que sufrían y denunció las injusticias de la España franquista. En su última etapa, en los años 60, volvió a una poesía reflexiva y autobiográfica, como en «Historias fingidas y verdaderas».

La Promoción de los Años 60

A finales de los 50 surgió un grupo de poetas que buscaba una mayor elaboración del lenguaje poético y un desplazamiento de lo colectivo a lo personal. Para ellos, el poema era un instrumento para conocer el mundo y a uno mismo. Los más importantes fueron Ángel González, Jaime Gil de Biedma y José Ángel Valente, agrupados bajo la Generación del 50. Sus rasgos comunes fueron la preocupación por el hombre, el inconformismo, la poesía de experiencia personal, la reflexión sobre el tiempo, el amor, la amistad y la creación poética, alejándose del estilo de la poesía social.

Jaime Gil de Biedma

Uno de los poetas más valorados de esta generación, con una obra de poco más de 150 páginas titulada «Las personas del verbo». Algunos de sus poemas son crónicas de la vida burguesa, donde lo íntimo y los recuerdos de la infancia tienen una gran presencia. Su estilo es original, con ironías y juegos verbales.

Los Años 60: Los Novísimos

En 1970 se publicó la antología «Nueve novísimos poetas españoles», donde José María Castellet reunió a autores nacidos entre 1939 y 1948, representativos de una nueva sensibilidad dentro de la generación del 68. Influenciados por autores como Vallejo, Cernuda y Valente, combinaron lo personal con tonos graves. Mostraron escepticismo sobre el poder de la poesía para cambiar el mundo, siendo inconformistas y disidentes en lo personal y político. La renovación del lenguaje poético fue su principal objetivo, en un nuevo vanguardismo paralelo a las corrientes experimentales de la época.

Desde 1975 hasta la Actualidad: Últimas Tendencias

Actualmente, la poesía presenta una gran variedad de tendencias. Se frenaron los excesos culturalistas y vanguardistas de los novísimos, volviendo a una línea poética más realista y a la expresión de la intimidad personal. Las tendencias predominantes son: Clasicismo, Neobarroquismo, Culturalismo, Experimentalismo, Neosurrealismo, Poesía de silencio, Poesía épica, Poesía sensualista y Poesía experiencial, siendo esta última la más importante, situando la poesía en el presente y dirigiéndose al gran público.

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