Evolución del Teatro y la Novela Española: Desde la Posguerra hasta Hoy


El Teatro y la Novela en España: Un Recorrido desde 1939 hasta la Actualidad

El teatro desde 1939 hasta la actualidad: El teatro de posguerra experimentó cambios significativos durante este período. En los años 40, el teatro sufrió las consecuencias de la dictadura, con el exilio de dramaturgos destacados y la censura que impidió la llegada de innovaciones teatrales europeas hasta 1977. Destacaron el drama burgués y el teatro de humor. En los años 50, el teatro reflejó los problemas del momento, dando lugar a un teatro realista y social. Con la relajación de la censura, se introdujo un teatro vanguardista, aunque su representación pública se postergó hasta el fin de la dictadura. En la actualidad, existe una amplia oferta de representaciones teatrales, tanto clásicas como contemporáneas, aunque con escasas técnicas de renovación del género.

El Teatro en los Años 40: Humor y Drama Burgués

El teatro de humor intentó renovar el teatro español introduciendo elementos graciosos y de inverosimilitud. Predominó Enrique Jardiel Poncela con Eloísa está debajo de un almendro, que mezclaba locura, amor y extravagancia, y Miguel Miura, que se refugió en un teatro cómico que reflejaba los gustos de la burguesía, como en Maribel y la extraña familia (1959). El drama burgués, con elementos de la comedia de Benavente, mezclaba lo sentimental con la crítica social. Destacaron Edgar Neville con El baile y Joaquín Calvo Sotelo con el drama La muralla.

El Teatro Realista de los Años 50

Este teatro reflejó una denuncia contra el sistema impuesto en España. Predominaron tres grandes estrenos: Historia de una escalera de Buero Vallejo, Escuadra hacia la muerte de Alfonso Sastre y Tres sombreros de copa de Miguel Miura. Estos autores partieron de una posición existencialista presente en Europa. Buero Vallejo llevó el teatro a su máximo esplendor gracias a sus técnicas y acotaciones para describir el espacio escénico. Sus obras más célebres son: En la ardiente oscuridad (1950), Un soñador para un pueblo (1958) y El tragaluz (1959). Otros autores de este teatro social son Lauro Olmo con La camisa, José María Rodríguez Méndez con Flor de otoño, donde el protagonista es abogado de día y travesti de noche, y José Martín Recuerda con Las arrecogías del Beaterio de Santa María Egipciaca, que destaca por la hipocresía de las clases dominantes durante la dictadura.

El Teatro de los Años 60 y 70

El teatro de los años 60 supuso una esencia vanguardista debido a la relajación de la censura. Surgieron grupos de teatro independientes, críticos con la situación de España, que incorporaron novedades escénicas para captar la atención del público. Destacaron autores como Francisco Nieva con Coronada y el toro y Sombra y quimera de Larra, Fernando Arrabal con El cementerio de automóviles, José Ruibal con El hombre y la mosca y Antonio Martínez Ballesteros con Farsas contemporáneas. El teatro de los años 70 fue experimental debido a la entrada de la democracia, la desaparición de la censura y la libertad de creación y renovación estética. Predominaron compañías teatrales como Tábano con Castañuelas 70 y La Cuadra de Sevilla con Quejío.

El Teatro desde los Años 80 hasta la Actualidad

En los años 80 destacaron dramas y comedias realistas como La estanquera de Vallecas y Bajarse al moro de José Luis Alonso de Santos, y obras ambientadas en la Guerra Civil como ¡Ay, Carmela! de Sanchís Sinisterra. El teatro finisecular y de principios del siglo XXI se relaciona con lo comercial, lo musical y lo audiovisual, abordando temas como la libertad individual o la violencia social. Encontramos a autores como Juan Mayorga con Cartas de amor a Stalin y El chico de la última fila, Gracia Morales con Como si fuera esta noche y Alberto Conejero con obras que representan la temática de la libertad homosexual y la comunidad LGTBI, como La piedra oscura.

La Novela Española: Un Viaje desde 1939 hasta Hoy

La novela desde 1939 hasta los años 70: La narrativa de este período estuvo influenciada por el contexto histórico: fin de la Guerra Civil Española y la dictadura de Francisco Franco, así como el inicio de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), que aisló a España internacionalmente. Fue una época oscura para España, reflejada en las obras literarias a través del hambre, la miseria y la falta de esperanza.

La Novela de los Años 40

Muchos escritores se exiliaron, continuando su labor literaria, mientras que los que permanecieron en España fueron sometidos a la censura, reflejando la realidad del país a través de una novela existencial. La narrativa de posguerra estuvo impregnada por los recuerdos de España y la Guerra Civil, la presencia de nuevos lugares y temas que afectaban a la naturaleza y a la existencia humana. Destacaron autores como Ramón J. Sender con Réquiem por un campesino español (novela realista y social), Max Aub con El laberinto mágico, que aborda el tema del hombre como ser social, político y moral, Rosa Chacel con Memorias de Leticia Valle y La sinrazón, influenciada por Ortega y Gasset, y Francisco Ayala, a medio camino entre el vanguardismo y el realismo, que criticó los regímenes opresivos en obras como Muertes de perro o El fondo del vaso.

La Novela Existencial y Tremendista

La novela de posguerra careció de interés hasta 1942, año en que Camilo José Cela publicó La familia de Pascual Duarte (novela tremendista que recrea los aspectos más desagradables y violentos de la realidad). Esta novela, junto a Nada de Carmen Laforet (que refleja la existencia vacía de Andrea y la debilidad de la burguesía catalana), supuso una ruptura con la narrativa anterior. Tanto el tremendismo como el existencialismo representaron una literatura desarraigada de los años 40, con personajes violentos, reflejo de la vida real y profundización en la mísera moral de las personas durante la posguerra. Su estilo fue renovador: uso de la primera persona, subjetivismo e intimismo. Otros novelistas destacados de los años 40 son Miguel Delibes con La sombra del ciprés es alargada (novela existencial) y Gonzalo Torrente Ballesteros con su trilogía Los gozos y las sombras (novela realista y social).

La Novela Social de los Años 50

Durante esta época, la novela adquirió un compromiso social y se convirtió en un instrumento de denuncia. Entre los autores más destacados encontramos a Miguel Delibes con El camino (1950), Diario de un cazador (1955) y Las ratas (1962), y a Camilo José Cela con La colmena (1951), que refleja la cruel realidad de la posguerra. También debemos citar a Carmen Martín Gaite, que profundizó en la condición femenina en Entre visillos (1957), Ana María Matute, que reflejó en sus obras un mundo en guerra donde los pobres son víctimas de la injusticia en Los niños tontos (1956), y Rafael Sánchez Ferlosio, que representó el realismo social de manera objetiva en su célebre obra El Jarama (1956).

La Novela Experimental de los Años 60

La literatura de este período abandonó en cierta medida el compromiso militante y optó por una crítica personal, surgiendo nuevas técnicas narrativas tanto en Europa como en Hispanoamérica. Podemos destacar obras como La ciudad y los perros (1962) de Vargas Llosa y Cien años de soledad (1967) de Gabriel García Márquez. También surgieron obras como Tiempo de silencio (1962) de Luis Martín Santos, Cinco horas con Mario de Miguel Delibes (1966), que introdujo monólogos interiores y narraciones en primera y segunda persona, y Don Juan (1963) de Torrente Ballester. De igual modo, autores pertenecientes a la “generación de medio siglo” se preocuparon por la situación de España, como Juan Goytisolo con Señas de identidad (1931), Juan Benet con Volverás a Región (1967) y Juan Marsé con Últimas tardes con Teresa (1966).

La Novela de los Años 70

Los autores de este período siguieron recibiendo influencia extranjera, tanto de Europa como de América, por lo que se retomaron ciertos aspectos de la novela tradicional y se recuperaron los géneros marginales (ciencia ficción, aventura, etc.). Destacamos a Eduardo Mendoza con La verdad sobre el caso Savolta (1975), Luis Goytisolo, que publicó la tetralogía Antagonía (reflexión acerca de la misma novela), Manuel Vázquez Montalbán con Los mares del sur (1979) y a Francisco Umbral, autor difícil de encuadrar en un movimiento literario, que predominó con su obra Mortal y rosa (1978).

La Novela Española desde los Años 70 hasta Nuestros Días

La novela desde los años 70 hasta nuestros días: Con la llegada de la democracia, la narrativa española se diversificó, predominando tres corrientes: la recuperación de la intriga, donde la novela recobró el placer de contar historias y se crearon ambientes y personajes sólidos que atraparon a muchos lectores; la crisis del individuo, donde la novela se volvió más franca y honesta, hablando sin tapujos del ser humano y los valores de la sociedad; y la novela como bien de consumo, donde proliferaron los certámenes y premios literarios.

La Novela de Intriga y Suspense

La publicación de La verdad sobre el caso Savolta (1975) de Eduardo Mendoza marcó un nuevo tiempo en la narrativa, con un marco histórico atractivo donde predominó la burguesía con la miseria del proletariado. Dentro de esta tendencia encontramos a autores como Manuel Vázquez Montalbán con Los mares del sur (1979) y a Antonio Muñoz Molina con El invierno en Lisboa (1987) y Plenilunio (1997). Resaltó el Premio Nadal de 2019 con Guillermo Martínez y su novela policíaca Los crímenes de Alicia.

La Novela Poemática

Es un tipo de novela lírica que combina elementos de la narración con la expresión íntima y emotiva de la poesía. Su narración es hermosa y delicada. Destacan títulos como Saúl ante Samuel (1980) de Juan Benet o Toda la noche oyeron pasar pájaros (1981) de José Manuel Caballero. Sin embargo, una de las obras más conmovedoras es La lluvia amarilla (1988) de Julio Llamazares.

La Novela Histórica

Es el género con mayor éxito editorial. La fundación de Roma, el Siglo de Oro y especialmente la Guerra Civil son temas que apasionaron a los lectores. Dentro de esta novela se combinan elementos de ficción que resultan atractivos al lector, permitiendo entender el comportamiento humano más allá del tiempo histórico. Destacan obras como Luna de lobos (1985) de Julio Llamazares, Soldados de Salamina (2001) de Javier Cercas o La voz dormida (2002) de Dulce Chacón, que relata el sufrimiento, la humillación y la tortura de un grupo de mujeres republicanas que pasaron sus últimos años de vida en la cárcel. Asimismo, encontramos obras representativas como El hereje (1998) de Miguel Delibes, El capitán Alatriste de Arturo Pérez Reverte y La sombra del viento (2001) de Carlos Ruiz Zafón. Por último, mencionar novelas de corte histórico y romántico como El tiempo entre costuras (2009) de María Dueñas y Yo, Julia (2018) de Santiago Posteguillo.

La Novela de Testimonio

Es de corte costumbrista y cercana a momentos históricos recientes de España y a la vida del narrador. Predominan Rafael Chirbes con Crematorio (2007) y En la orilla (2017), Fernando Aramburu con Patria (2016), Rosa Montero con Te trataré como a una reina (1983) y Almudena Grandes con Malena es un nombre de tango (1994) e Inés y la alegría (2010).

La Novela Reflexiva

Se aleja del realismo y del costumbrismo y se centra en una prosa donde el pensamiento representa la búsqueda de la verdad a través del paso del tiempo, la muerte y el azar. Destacan autores como Javier Marías con Corazón tan blanco (1992) y la trilogía Tu rostro mañana (2002-2007), Juan José Millás con La soledad era esto (1990), El mundo (2007) y su última novela La vida a ratos (2019).

La Metanovela

No se da de manera pura, sino que se mezcla con las modalidades discursivas que hemos venido estudiando anteriormente. El narrador suele ser un escritor, editor o periodista que comparte con el lector construcciones narrativas y citas literarias que embellecen la trama. Dentro de esta corriente encontramos a Carmen Martín Gaite con El cuarto de atrás (1978) o Enrique Vila-Matas con Historia abreviada de la literatura portátil (1985).

La Novela Gráfica

Es la heredera del cómic y de los álbumes de historietas. Predomina el subjetivismo autobiográfico, diferentes planos narrativos y retrospecciones. Predominan autores como Paco Roca con Arrugas (2007) y Los surcos del azar (2013), Alfonso Zapico con Dublinés (2012) y Antonio Altarriba con El arte de volar (2009).

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