Evolución y Factores de la Actividad Agraria en España: PAC y Nuevos Usos del Suelo


Factores Condicionantes y Evolución de la Actividad Agraria en España

Condicionantes de la Actividad Agraria en España

Factores Ecológicos y Físicos

La agricultura depende del entorno, aunque la tecnología ha mitigado su impacto. En España, factores como el relieve montañoso, suelos poco fértiles y un clima extremo dificultan la producción. El clima mediterráneo, predominante en el país, se caracteriza por lluvias irregulares, sequías y variaciones térmicas que afectan significativamente a la agricultura.

Factores Humanos

Los factores humanos se dividen en socioeconómicos y políticos.

Factores Socioeconómicos

Los principales factores socioeconómicos que influyen en la agricultura española son la población agraria, la propiedad de la tierra y las técnicas de cultivo. El medio rural experimenta despoblación y envejecimiento, con un incremento del trabajo agrícola a tiempo parcial. Respecto a la propiedad, existen contrastes: en el norte predominan los minifundios productivos, mientras que en el sur, los latifundios muestran mayor rentabilidad en secano. La explotación directa es la forma más común, aunque persisten el arrendamiento y la aparcería. Las técnicas han avanzado con la implementación de regadíos, mecanización, uso de fertilizantes y métodos innovadores como cultivos hidropónicos y enarenados, mejorando así la productividad.

Factores Políticos

Entre los factores políticos destaca el intervencionismo estatal en las actividades agrarias, que fue particularmente intenso durante el franquismo, a través de organismos como el Servicio Nacional del Trigo, el Instituto Nacional de Colonización y el Servicio Nacional de Concentración Parcelaria. El proceso de Transición a la Democracia eliminó los vestigios de este intervencionismo, que ya se había atenuado a partir de 1959. No obstante, el ingreso en la Comunidad Económica Europea en 1986 supuso que la agricultura española quedara sujeta a la Política Agraria Común (PAC), que se analizará en detalle más adelante.

Usos y Aprovechamientos Agrarios

La agricultura representa el 56% de la Producción Final Agraria (PFA), la ganadería el 40% y la explotación forestal el 4%, con marcados contrastes regionales. La ganadería prevalece en el norte y en áreas metropolitanas debido a la disponibilidad de pastos y la demanda, mientras que en zonas de suelos pobres y en Baleares existe un equilibrio. En el resto del país, predomina la agricultura.

Aprovechamientos Agrícolas

Existen dos sistemas de cultivo principales: el regadío, localizado en llanuras mediterráneas junto a ríos, y el secano, predominante en el interior. Los modelos tradicionales han sido gradualmente reemplazados por la agricultura de mercado, el monocultivo y la producción intensiva. Los cultivos leñosos incluyen frutales en regadío y olivar, viñedo y almendro en secano, con sistemas mixtos de regadío según las condiciones climáticas. Los cultivos herbáceos comprenden hortalizas, patatas y cultivos industriales en regadío, y cereales, leguminosas y forrajes en secano. Además, las superficies forestales y de pastizales han aumentado debido al abandono rural.

Aprovechamientos Ganaderos

La ganadería puede ser extensiva, tradicionalmente dominante, o intensiva, cuya importancia ha ido en aumento. La ganadería extensiva se concentra en el ganado bovino en el clima oceánico, bovino y porcino en las dehesas occidentales, y ovino y caprino en el Mediterráneo. La ganadería intensiva ha crecido desde los años 60 debido al incremento del consumo de carne y se localiza cerca de las ciudades para minimizar los costes de transporte.

Aprovechamientos Forestales

Los aprovechamientos forestales tradicionales se basaban principalmente en la explotación de la madera y la resina, así como en actividades relacionadas como la caza y la recolección de frutos silvestres. Su relevancia económica ha disminuido debido a las políticas de protección ambiental, lo que ha llevado a que gran parte de la madera y resina producida en España provenga de la silvicultura, es decir, de plantaciones de árboles.

Influencia de la Política Agraria Común (PAC)

Cuando España se integró en la Comunidad Económica Europea en 1986, su agricultura tuvo que adaptarse a las directrices de la Política Agraria Común (PAC), establecida en 1962. Los objetivos principales de esta política eran asegurar el abastecimiento de alimentos en Europa y mejorar el nivel de vida de los agricultores. Para ello, se implementaron ayudas económicas destinadas a modernizar las explotaciones agrícolas, se estableció un mercado común para los productos agrícolas y se garantizó un precio mínimo para estos productos, incluso si eran más económicos en otros países. Gracias a estas medidas, la producción y los ingresos de los agricultores aumentaron, pero también se generaron excedentes y un elevado gasto. Para abordar estos problemas, la PAC se reformó en 1992. La reforma de la PAC incluyó la reducción de ayudas y de la producción para evitar excedentes, el fomento de la jubilación anticipada y la promoción de nuevas actividades como el turismo rural. España incrementó sus exportaciones y modernizó su agricultura gracias a los fondos europeos.

Nuevos Usos y Funciones del Espacio Rural

Actualmente, el espacio rural se caracteriza por la despoblación, el envejecimiento y el aumento de la población activa agraria a tiempo parcial. Se está produciendo una progresiva desagrarización del medio rural, debido a la expansión de nuevas actividades económicas, como las industrias agroalimentarias y el turismo rural. Asociado a este último, se observa una proliferación de segundas residencias en el ámbito rural. Estas nuevas actividades económicas no han eliminado la importancia de las actividades agropecuarias en el medio rural, pero constituyen un complemento significativo para sus economías y representan una esperanza para frenar el envejecimiento y la despoblación.

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