Expansión y Conflictos en la España de los Austrias: RRCC a la Crisis de 1640


La Proyección Exterior de los Reyes Católicos y la Política Norteafricana

RRCC: la proyección exterior. Política italiana y norteafricana. En la política exterior de los RRCC, Aragón buscó extenderse por Italia usando como bases Cerdeña y Sicilia, enfrentándose a Francia. Aunque Francia había cedido Rosellón y Cerdaña, Aragón formó parte de la Santa Liga. Fernando II envió un ejército a Italia al mando de Gonzalo Fernández de Córdoba, “El Gran Capitán”. Finalmente, Fernando II logró la expansión por el Mediterráneo y, al reanudarse la guerra, obtuvo el control absoluto del sur de Italia. Castilla, por su parte, quiso conquistar puertos del norte de África para acabar con los piratas berberiscos y asegurar el control del estrecho de Gibraltar. Se conquistaron Melilla, Orán, Bujía y Trípoli. Esta política norteafricana se implementó para garantizar la seguridad política y comercial del Mediterráneo, además del espíritu de cruzada contra el infiel (La Inquisición, cardenal Cisneros). El territorio español se convirtió en el árbitro de la política internacional. Los RRCC buscaron la expansión por el Atlántico para convertirse en un imperio, contribuyendo a ello el descubrimiento de América y la política matrimonial.

El Imperio de Carlos V: Conflictos Internos

El imperio de Carlos V. Conflictos internos: comunidades y germanías. En 1516, murió Fernando el Católico, y le sucedió su nieto Carlos I, hijo de Juana “la Loca” y Felipe “el Hermoso”. La gran extensión de su herencia territorial dotaba a Carlos de un gran poder, pero también de grandes dificultades en el gobierno y un alto coste. Llegó a España en 1517 y convocó cortes para obtener recursos para su nombramiento imperial. El monarca solo veía en los dominios hispanos una fuente de aprovisionamiento de dinero, lo que condujo a que en Castilla se extendiese la rebelión de las Comunidades. Los comuneros exigían una limitación del poder real, pero fueron derrotados en 1521 en la Batalla de Villalar. En Valencia y Mallorca estalló la revuelta de las Germanías en 1519, protagonizada por artesanos y campesinos contra los señores feudales y los moriscos, a los que se unió el bajo clero que pretendía reformar la Iglesia. La monarquía fue la vencedora de las revueltas y salió muy reforzada ante las ciudades y las cortes. Sin embargo, se hizo evidente la debilidad del Estado, lo que llevó a Carlos I a comprender que su concepto de imperio no era válido para gobernar.

La Monarquía Hispánica de Felipe II y la Unidad Ibérica

La monarquía hispánica de Felipe II. La Unidad Ibérica. Felipe II fijó su corte en Madrid en 1571. Heredó de su padre la parte hispánica del Imperio y sus objetivos fueron: la lucha por la hegemonía en Europa y la defensa del Catolicismo frente a musulmanes y herejes, cambiando la idea del imperio universal por la idea de monarquía hispánica. Su gobierno fue un ejemplo de centralización y absolutismo. En la política interior llevó a cabo una castellanización de sus reinos, persiguiendo a los luteranos y potenciando la Inquisición. Debido al aumento del autoritarismo político y religioso, tuvo que soportar una rebelión morisca en las Alpujarras y otra foral en Aragón. La política exterior estuvo marcada por cuatro criterios:

  1. La guerra con Francia, donde Felipe II venció a los franceses en 1557 en la Batalla de San Quintín, tras la cual se firmó la paz de Cateau-Cambresis, donde Francia reconocía la supremacía de España y renunciaba a Italia.
  2. La lucha contra el Islam. La amenaza turca en el Mediterráneo hizo que se creara la Liga Santa, derrotando a los turcos en 1571 en la Batalla de Lepanto.
  3. La rebelión en Flandes, donde hubo tres causas: políticas (negación de la autoridad real), religiosas (extensión del calvinismo) y económicas (falta de recursos en los Países Bajos).
  4. La guerra con Inglaterra, porque ayudaba a los Países Bajos (protestantes). Para ello, Felipe II mandó a la Armada Invencible en 1588, que acabó en desastre.

En 1580, por las Cortes de Tomar, Felipe II se convirtió en rey de Portugal, llevando a cabo la unidad Ibérica.

La Crisis de 1640

La crisis de 1640. Entre los años 1640 y 1649 se produjeron en España revueltas y sublevaciones internas de territorios que pretendían independizarse de la monarquía hispánica de los Austrias. Todo ello fue provocado por el intento absolutista y centralizador del Conde-Duque de Olivares, que pretendía unificar los reinos peninsulares estableciendo la Unión de Armas, donde participaran todos los reinos. Los enfrentamientos se iniciaron en Cataluña en 1640 con el Corpus de Sangre, provocado por un grupo de segadores y funcionarios que desembocó en un pacto con Francia. Los secesionistas proclamaron la república bajo la protección de Luis XIII de Francia. Esta revuelta propició la sublevación de Portugal, donde se proclamó rey el Duque de Braganza, llamado después Juan IV. Más tarde, con la paz de Westfalia, Portugal fue reconocido como independiente, y los Países Bajos se proclamaron también independientes de la monarquía de los Austrias. Las rebeliones, unidas a las derrotas exteriores, marcaron el final de los Austrias en España.

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