Sublime:
Nueva categoría estética desarrollada a partir del siglo XVIII, con el libro La indagación filosófica sobre el origen de nuestras ideas acerca de lo sublime y de lo bello (1757) de Edmund Burke. Se denomina sublime a la impresión de miedo y sorpresa que provoca en el ser humano la magnificencia de fenómenos externos y le hace ser consciente de su propia insignificancia.
Pintoresco:
Es otra categoría estética originada en el siglo XIX. Significa “digno de ser pintado” o “salido de una pintura” y se refiere a paisajes idealizados o entornos urbanos retratados con artificio.
Exotismo:
Es una forma de apropiación cultural que se desarrolla como reacción al positivismo de la Revolución Industrial. Se busca la huida del mundo racional, ordenado, rutinario y medible de la vida burguesa hacia lugares y tiempos históricos distantes en los que se proyectan las fantasías de sensualidad, misterio y erotismo. La exotización despolitiza y descontextualiza estos momentos y lugares, ya que les resta realidad y los reduce a estereotipos.
Estilo Imperio:
Estilo originado a partir de Napoleón Bonaparte y que se caracteriza por recurrir a motivos de las grandes civilizaciones antiguas (Roma, Grecia y Egipto) con un afán arqueologizante.
Rococó
El estilo Rococó nace en Francia a principios del siglo XVIII y se desarrolla durante los reinados de Luis XV y Luis XVI, difundiéndose por Europa. Surge como reacción al barroco clásico impuesto por la corte de Luis XIV: a diferencia del barroco, se caracteriza por la opulencia, la elegancia y por el empleo de colores vivos, que contrastan con el pesimismo y la oscuridad del barroco. Es un estilo aristocrático, el gusto por lo elegante, lo refinado, lo íntimo y lo delicado. Es un arte mundano, sin conexión con la religión, trata temas de la vida diaria, no simboliza nada social ni espiritual. En arquitectura, la decoración interior es desbordante, cubriéndolo todo (horror vacui): decoración inspirada en el gusto chino, que decorará los salones con sus temas más representativos (interior del Palacio Real de Madrid). También en fachadas, como la del palacio del Marqués de Dos Aguas en Valencia. En pintura, los temas más abundantes son las fiestas galantes y campestres, las historias pastoriles, las aventuras amorosas y cortesanas. Ej.: El columpio, de Fragonard.
Neoclasicismo
La burguesía ilustrada responde a las ideas del racionalismo enciclopedista inspirándose en los modelos antiguos. El Neoclasicismo, a finales del siglo XVIII y primera parte del XIX, se basa en los conceptos estéticos del arte grecolatino, a cuyos cánones y normas deben someterse los artistas, tanto arquitectos como escultores. En pintura se siguen las directrices de los neoclásicos David (El juramento de los Horacios) e Ingres, de superioridad de la línea, el idealismo y las composiciones estáticas.
Romanticismo
Movimiento cultural que se extiende por Europa a partir de 1830 y que abarca la literatura, la música y la pintura. Supone una reacción frente al frío racionalismo del Neoclásico, y defiende la libertad y el sentimiento frente a la razón. Recupera el interés por la Edad Media, idealizándola, y por los lugares exóticos. Es un movimiento esencialmente pictórico y literario, aunque destaca el escultor Rudé con sus relieves del Arco del Triunfo. La pintura romántica se caracteriza por unas composiciones dinámicas, el uso de una pincelada suelta que acentúa la expresividad, la primacía del color frente al dibujo y la variedad de temas (históricos, retratos, paisajes, orientales, religiosos…). Destacan los pintores franceses Géricault (La Balsa de la Medusa), Delacroix (La Libertad guiando al pueblo) o los paisajes dramatizados del alemán Friedrich.
Realismo
Tendencia pictórica que se desarrolla entre 1850 y 1870, que reacciona frente al Romanticismo, centrando su interés en la realidad concreta. Está influido por el positivismo de Comte (que defiende la experiencia y la observación como única fuente de conocimiento) y por las transformaciones sociales provocadas por la Revolución Industrial. Los temas giran en torno al mundo del trabajo tanto en el campo como en la ciudad, por lo que en ocasiones contienen una crítica social que lleva a los artistas a alejarse del arte oficial de las academias y a exponer en espacios independientes. Los tres pintores más importantes son Millet, pintor de la vida rural impregnada de un sentimiento religioso (El Ángelus), Courbet (El taller del pintor) o Daumier, con obras de carácter satírico y crítico (El vagón de tercera, La lavandera).