Exploración de la obra y personajes de Mario Vargas Llosa y el realismo mágico latinoamericano


Mario Vargas Llosa y el Boom Latinoamericano

El peruano Mario Vargas Llosa (1936), autor de novelas, relatos cortos, ensayos, reportajes, artículos periodísticos y alguna obra teatral, es uno de los intelectuales de lengua española más destacados de la actualidad. Consiguió la fama con La ciudad y los perros (1962), donde denuncia el machismo y la violencia en un colegio militar de Lima y critica a la sociedad de su país. También es muy destacada Conversación en La catedral (1969), de compleja estructura, con saltos temporales y cambios de los puntos de vista, como ocurre también en La casa verde. Entre sus últimas novelas hay que citar La fiesta del Chivo (2000), sobre la dictadura de Trujillo, y El sueño del celta (2010), en la que denuncia las atrocidades y abusos del sistema colonial existente en el Congo Belga, dirigidas por el rey Leopoldo II y donde las autoridades practicaban la tortura, las mutilaciones y el genocidio. En su labor ensayística destacan sus estudios sobre el Tirant lo Blanc, sobre Madame Bovary, sobre la obra de García Márquez, Onetti, etc. Sus novelas muestran la influencia, entre otros, de William Faulkner en la utilización de técnicas como el multiperspectivismo, los saltos temporales, el tratamiento de la estructura narrativa, etc.

Otros exponentes del realismo mágico

Otros muchos narradores latinoamericanos han alcanzado fama literaria en los últimos decenios. Entre ellos se encuentran Isabel Allende y Laura Esquivel.

  • La chilena Isabel Allende (1942) es autora de La casa de los espíritus (1982), que se enmarca en el realismo mágico de carácter más íntimo y versa sobre la historia de Chile en el siglo XX a través de cuatro generaciones de la familia Trueba. El relato, con un estilo fluido y sencillo, revitaliza la novela del dictador e incorpora nuevos temas, como la reivindicación feminista. La presencia de lo mágico, lo onírico y lo simbólico es constante y su función es explicar la realidad cuando la descripción es insuficiente.
  • Por su parte, la mexicana Laura Esquivel (1950) también cultiva el realismo mágico en Como agua para chocolate (1989).

Análisis de personajes en La Metamorfosis

Grete

Mientras los huéspedes menosprecian su música, Gregor se emociona hasta el punto de salir de su habitación y acercarse a ella, intentando demostrarle su entusiasmo. La actitud de Grete es justamente la contraria: no solo no agradece su admiración, sino que reacciona avergonzándose de él, ultrajándolo y condenándolo al proponer que habría que deshacerse de él. Grete tranquiliza su conciencia negándose a identificar a Gregor con el insecto que permanece encerrado en su habitación, al que niega la capacidad de razonar. También es ella la que ha decidido cerrar la puerta con llave para que no pudiera volver a salir. Todo ello provoca el hundimiento moral de Gregor.

Grete desempeña una función decisiva en el desarrollo de la acción: por la forma de oponerse a Gregor, el padre pasará a un segundo plano como antagonista, ya que este papel lo acaba asumiendo Grete, al experimentar su transformación moral. Es ella la que pronuncia la sentencia de muerte: “Tenemos que intentar deshacernos de él”, y poco después: “Tiene que irse”, idea que ni el propio padre se había atrevido a formular. A partir de aquí Gregor ya comprende que está definitivamente solo, sin afecto ya por parte de su familia.

El final del relato, en el epílogo, se centra en Grete, cuando los padres descubren que su hija se ha convertido en una bella mujer a la cual tendrán que ir buscando un marido

El Padre

El padre es un personaje simple que carece de nombre y está muy caricaturizado. Es el que ostenta el poder y la capacidad de castigar: golpea la puerta y alza la voz impacientemente cuando Gregor se retrasa. Al principio aparece como un viejo abatido tras la quiebra de su empresa, pero su figura recupera el dominio sobre la familia a medida que disminuye la fuerza de Gregor. Esta pugna entre Gregor y su padre se resuelve de forma violenta a favor del último: con amenazas con un bastón, silbidos y golpes con el pie en el suelo y un fuerte empujón para que entre en el dormitorio al final del primer capítulo; lanzándole manzanas en el segundo. En ambos casos Gregor resulta herido. El padre aparece ridiculizado por sus actitudes teatrales y grotescas (los silbidos insoportables, el pataleo, la persecución alrededor de la mesa), y su uniforme de ordenanza, con botones brillantes, como símbolo de autoridad adquiere un carácter de ridiculización del poder. El padre simboliza la autoridad despótica ante la que Gregor no se atreve a rebelarse. Pero hay un conflicto: Gregor es el que mantiene económicamente a la familia, sustituyendo al padre. La violencia del padre sobre el hijo tiene, pues, la finalidad de recuperar ese papel dominante.

La Madre

La madre corresponde al arquetipo de la mujer sufridora, bondadosa pero desvalida y asustada. Es presentada de forma ridícula, con gritos y aspavientos. Sufre de asma, por lo que tose y se ahoga, y si no se queda callada, pasiva. Siempre sometida al padre, no se resuelve a hacer frente a la situación: se impresiona con facilidad o se desmaya. Quiere a su hijo, pero a causa de la dependencia del marido, no lo protege ni le muestra afecto; solo en un momento climático le suplicará a aquel que le perdone la vida a Gregor. No evoluciona nada a lo largo del relato.

Otros Personajes

El Encargado

El encargado (o gerente o apoderado), que humilla a Gregor, a la vez es subordinado del jefe. Su presencia en casa de Gregor, sus insinuaciones sobre la falta de rendimiento, etc., muestran la desconfianza, el control y el servilismo que implican las relaciones laborales. Por eso Gregor rechaza su trabajo. El hecho de que el encargado y los huéspedes carezcan de nombre es una prueba de que estos personajes son piezas del engranaje de una sociedad opresora e insensible.

Los Huéspedes

Los huéspedes son tres hombres barbudos, que llevan bastón y sombrero, son serios y se preocupan mucho por el orden. Uno lleva la voz cantante y los otros repiten lo que dice él, actuando maquinalmente, como si se tratara de un solo personaje, representados de forma burlesca. Se comportan de forma mezquina e insensible, con prepotencia, egoísmo, cobardía y falta de carácter. Su función en el relato consiste en trasladar al ámbito familiar la opresión social.

La Asistenta

La asistenta viuda carece de humanidad y se muestra poco respetuosa al barrer el cadáver de Gregor. Presentada de forma burlesca, sus palabras y actitudes son una muestra de humor negro.

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *