Hay dos mundos en la poesía de Lorca: uno alegre y vital, con el folklore y la tradición popular andaluza como eje; otro, dramático y amargo, marcado por el tema del destino trágico, la frustración y la imposibilidad de realización personal.
La lírica popular, el cante andaluz, las formas métricas de la poesía clásica están fusionadas con los elementos de vanguardia.
Dominio de los procedimientos vanguardistas, la creación de metáforas atrevidas o audaces, el verso libre.
Un sistema simbólico personal le dan un estilo inconfundible.
Obras:
Cancionero (1927): Los motivos del folklore popular y de las canciones tradicionales infantiles no esconden los temas de la frustración y del destino trágico. Poema más popular: *Canción del jinete*.
Poema del Cante Jondo (1931): Los motivos más sombríos del cante popular andaluz sirven a Lorca para proyectar sus propias angustias.
Romancero Gitano (1928): Los gitanos, seres marginados en un mundo hostil, funcionan en el libro como símbolos del destino trágico y de la imposibilidad de realización personal. En cuanto a la forma, el libro representa la fusión de lo culto (metáforas insólitas y vanguardistas) con lo popular (empleo del romance).
Poeta en Nueva York (1929-1930): Es el libro más importante del surrealismo español. En él refleja, por medio de imágenes complejas y a veces oscuras, la impresión que le causó la moderna civilización industrial. Todos los poemas expresan su desgarrada protesta contra la vida deshumanizada y el poder del dinero, contra la injusticia social (simbolizada en los negros del barrio de Harlem) y la barbarie mecanizada de un mundo sin raíces ni valores.
Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías (1935): Elegía fúnebre compuesta a raíz de la muerte del torero Ignacio Sánchez Mejías, amigo del poeta.
Rafael Alberti
Variedad de estilos y temas: lo tradicional y lo vanguardista, lo popular y lo culto.
Etapas:
Popular y vanguardista.
Poesía civil y comprometida, a partir de los años de la República.
Poesía del exilio, de carácter más heterogéneo.
Obras:
Marinero en tierra (1924): El tema central es la nostalgia del mar gaditano de su infancia. Predominan las estrofas breves de raíz popular, junto con algunos sonetos.
Cal y Canto (1927): Con algunos temas futuristas (*Madrigal al billete del tranvía*) y un lenguaje mezcla de barroquismo culto (Góngora) y vanguardismo.
Sobre los Ángeles (1929): Expresión de una profunda crisis espiritual sufrida por Alberti en aquella época. Valiéndose de las técnicas surrealistas, se sirve de extraños ángeles para personificar sus sentimientos de desesperanza, dolor, tristeza…
El poeta en la calle (1931-1936)
De un momento a otro (1932-1938)
Entre el clavel y la espada (1939-1940): Conforman la etapa de su poesía civil al servicio de la causa republicana, sobre temas sociales, a veces con un carácter meramente propagandístico de sus ideas políticas.
Retornos de vivo lejano (1952): Evocaciones nostálgicas del pasado y de la patria lejana.
Luis Cernuda
Características de su poesía:
El tema central de su poesía es la expresión de su íntima insatisfacción ante la vida: el choque entre su deseo de realización personal y los límites impuestos por el mundo, el conflicto entre la realidad y el deseo.
El amor (sin ocultar su condición homosexual).
La evocación de la infancia y la adolescencia.
Ciertos temas sociales y políticos (la guerra, el exilio).
El ansia de belleza perfecta.
En cuanto a la forma, prefiere la «música callada» a los ritmos demasiado marcados (de ahí su gusto por el «lenguaje hablado y el tono coloquial») y utiliza generalmente el verso libre.
Obras:
El propio autor reunió el conjunto de su producción bajo un título común: La realidad y el deseo.
Perfil del aire (1924-1927): En la línea de la poesía pura.
Un río, un amor (1929)
Los placeres prohibidos (1931): Influidos los dos por el surrealismo.
Donde habite el olvido (1932-1933): Título inspirado en un verso de Bécquer.
Invocaciones (1934-1935): Sentimientos de desilusión y frustración.
Con quien espera el alba (1941-1944)
Vivir sin estar viviendo (1944-1949)
Con las horas contadas (1950-1956)
Desolación de la quimera (1956-1962)
Vicente Aleixandre
Características:
La poesía es comunicación. Por eso el tema central de su obra es el impulso afectivo y solidario hacia la naturaleza y el hombre.
Muy influido por el surrealismo, es característico de su estilo el uso de imágenes visionarias y símbolos oníricos.
En cuanto a la métrica, emplea el verso libre de corte amplio y solemne.
Obras:
Primera Etapa: Influida por el Surrealismo
Ámbito (1932)
La destrucción o el amor (1935)
Historia del corazón (1954)
Poemas de la consumación (1968)
Gerardo Diego
Influido por las vanguardias, pero sin dejar de cultivar las formas tradicionales y clásicas.
Los temas de su poesía son también muy variados.
Obras:
Imagen (1922)
Manual de espumas (1924): Sigue las directrices del creacionismo: poemas que pretenden crear una realidad autónoma, sin referencias precisas a la realidad. Imágenes y metáforas sorprendentes. Disposición tipográfica y visual del texto.
Soria (1923)
Versos humanos (1925): Temas variados en versos y estrofas de corte clásico y tradicional: sonetos, romances, décimas…
Fábula de Equis y Zeda (1929): Escrita en homenaje a Góngora.
Alondra de verdad (1941)
Ángeles de Compostela (1948)
La suerte o la muerte (1963): Expresión tradicional y clásica de todo tipo de experiencias.
Dámaso Alonso
Su poesía es un tanto ajena a los presupuestos estéticos de sus compañeros de generación. Frente a la poesía pura y vanguardista, cultivó un tipo de poesía existencial.
La visión angustiada del mundo, la búsqueda de sentido a la vida, una religiosidad desgarrada… son los temas frecuentes de sus obras.
Obras:
Poemas puros, Poemillas de la ciudad (1921)
El viento y el verso (1924)
Hijos de la ira (1944): Reúne todos los rasgos de la poesía desarraigada: angustia existencial, desacuerdo con el mundo, búsqueda del sentido a la vida, protesta contra la injusticia y el dolor… Formalmente, el libro está escrito en verso libre con un lenguaje desgarrado.
Oscura noticia (1944)
Hombre y Dios (1955)
Gozos de la vista (1956): Inquietudes religiosas.
Pedro Salinas
Definió su poesía como «una aventura hacia lo absoluto», es decir, un medio de conocimiento para acceder a la esencia de las cosas y de las experiencias vitales.
Señala tres elementos fundamentales de su creación: la autenticidad, la belleza y el ingenio.
Se manifiesta el ingenio por medio de juegos de ideas, paradojas…
En cuanto a la forma, la aparente sencillez es fruto de un laborioso proceso de depuración.
Destaca su preferencia por el verso corto y sin rima, así como los juegos con las estructuras sintácticas y la reiteración de palabras e ideas.