Antonio Machado: Un Viaje a Través del Tiempo, el Paisaje y la Memoria
Poema 1: “Yo voy soñando…”
Contenido: El destino, la incertidumbre de la vida: “Yo voy soñando caminos” “¿Adónde el camino vá?”
Forma: Para reflejar ese sentimiento de ilusión sobre lo que le deparará la vida, Machado recurre a símbolos, muy frecuentes en su obra: Camino (vida), soñar (ilusionarse), tarde (melancolía y paso del tiempo), sombras (la nada). La estructura es clave para la interpretación, dividiéndose en dos partes:
- Las tres primeras estrofas manifiestan optimismo acerca de la vida. “¡Las colinas doradas…!”
- Las otras tres estrofas contrastan por su pesimismo, con alusiones a las sombras y la caída de la tarde. “Se queda mudo y sombrío […] // La tarde más se oscurece […]//”
El yo lírico observa con melancolía el paso del tiempo.
Poema 2: “Anoche cuando dormía…”
Contenido: Se insiste en un tema existencial: la ilusión, el sueño de creer en Dios y su sentido benefactor. No obstante, para el sujeto lírico, es solo un sueño, pues no tiene fe. “Soñé, ¡bendita ilusión!… de mi corazón”. La eterna búsqueda de lo trascendente.
Forma: La estructura obedece a la afirmación de que Dios para él es un sueño. La conciencia de que no es real se organiza en tres momentos, gradualmente:
- Sensación extraña. Ej: “¿[…] manantial de nueva vida/…nunca bebí?”
- Ese sentimiento convierte esa pesadumbre en algo positivo. “Con las amarguras…/…dulce miel”.
- Descubrimiento. “Y era… alumbraba […] Dios lo que tenía”
El símbolo “soñar, sueños” confirma que él ya no tiene fe.
Poema 3: “Allá, en las tierras…”
Contenido: Machado rememora los campos de Castilla y a su esposa, ya difunta. El motivo central es la memoria de Leonor Izquierdo: “[…] dame/ tú mano y paseemos”.
Forma: Destaca la descripción sentimental del personaje, de raigambre romántica: “álamos del río/…ramajes yertos/[…]”. El contraste de los versos que remiten a Soria y a la esposa, y a los cuatro álamos, llenos de melancolía: “Voy caminando solo/…y viejo.”
Poema 4: “He vuelto a ver los álamos…”
En relación con la forma, el poeta se sirve del estilo nominal y la presencia escasa de adjetivos para crear ese paisaje interior de las tierras sorianas. “Estos chopos…/secas[…]”
Poema 5: “¡Oh, sí!”
Desde el punto de vista del contenido, insiste en el paisaje interior soriano, recalcando la subjetividad: “Me habéis llegado…/¿…?” En cuanto a la forma, predominan los adjetivos que remiten a colores y contrastes, proporcionando a la descripción un carácter impresionista: “[…] mentes violeta/…verde sueño/”
Poema 6: “Al olmo viejo…”
En cuanto a la forma, está muy estructurado: presenta el árbol, luego lo describe en su estado decrépito (tronco amarillento, tronco corcomido, polvoriento…), para luego aludir a su destino inexorable (“te convierta…campana/[…]” / y, al final, desembocan en los tres versos que encierran la clave de lectura, la esperanza de una nueva vida que albergan las “algunas hojas verdes/…primavera”
Poema 7: “Caminante, son tus…”
En cuanto al aspecto formal, lo más relevante es el simbolismo de las palabras “camino” y “mar”, que aluden a cómo el individuo es el propio actor de su vida, de su destino y que, llegando la muerte, lo único que le reconforta será su experiencia vital.
Poema 8: «La España de…”
Representativo de ese último Machado social y político. Manifiesta su deseo de cambio, sus esperanzas de una España diferente: “Más otra España nace/ España”. El contenido se estructura en tres partes:
- Los seis versos del principio, que son una introducción, informan del tipo de España a la que se enfrenta el poeta: “La España de charanga y pandereta”.
- Del verso 7 al 34, un bloque en el que se expone con un tono insólito de sátira mordaz y violencia. Personifica el futuro inmediato en un “joven lechazo y tarambana”. Amplía su visión catastrófica del país con expresiones como: “Esa España inferior q ora…/…y triste”. Subraya la necesidad de España en ese momento histórico con el verso “El vacío ayer…nuevo”.
- Por último, en los versos finales constata la existencia de otra España diferente, que confía en el cambio a partir de las ideas: “Más otra España nace”/”España que alborea”/”España de…y la idea”. Deseo de cambio.
Temas principales (Antonio Machado)
- El tiempo, la muerte y Dios (problemas existenciales).
- Melancolía, nostalgia de la infancia.
- Evocaciones del paisaje (fundamentalmente castellano, pero también andaluz).
- A partir de Campos de Castilla, una evidente preocupación patriótica que evoluciona hacia una visión crítica de España, y, posteriormente, hacia una visión netamente política.
- En los poemas añadidos a Campos de Castilla, recuerdo de la esposa muerta y del paisaje soriano.
Miguel de Unamuno: Fe, Razón y la Búsqueda de la Inmortalidad
Texto 2: “Mi alma es hermana de…”
En cuanto al contenido, describe de manera sentimental un jardín, y a través de esa descripción manifiesta su deseo de fundirse con la naturaleza. “Mi alma es hermana…/ gris[…]”; “Sí mi alma fuera…”; “[…]luz…oro […]/corazón”. El tono es melancólico y triste: “ no sé que vagas…”. Por lo que se refiere a la expresión, predominan los adjetivos que remiten a lo sensorial y lo cromático, remitiendo así al Modernismo, aunque muy controlado e influido por Bécquer. “Cielo gris” “hojas secas” “dulce luz” “rayo de oro viejo»
Temas principales (Unamuno)
- La fe y la inmortalidad.
- La relación entre una verdad trágica (no hay nada, la vida no tiene sentido) y una felicidad ilusoria (la tranquilidad que da la fe).
- La agonía, la tensión entre la mente y el corazón, entre la razón y la fe.
- La abnegación y el amor al prójimo.
- El problema de la salvación.
Estructura y aspectos técnicos
- Aunque no es una “nivola”, sí tiene cierta complejidad técnica y estructural.
- Desdoblamiento entre autor (Unamuno) y narradora (Ángela Carballino), complicado por el hecho de que Ángela cuenta la historia sobre la base del testimonio de su hermano Lázaro. Se trata del conocido recurso del “narrador editor” o “manuscrito encontrado”.
- Dividida en 25 secuencias (24 del relato de Ángela + 1 como epílogo del propio Unamuno), con numerosas elipsis temporales.
- Caracterización progresiva y amplia del protagonista, don Manuel Bueno, y menos relieve de los personajes de Ángela y Lázaro.
- Valor simbólico de los nombres: Manuel (=Emmanuel, uno de los nombres de Cristo); Ángela (=mensajera); Lázaro (=el resucitado).
- Carga simbólica de los elementos del paisaje: el nogal (=el vínculo con la tierra, la historia y la vida); la montaña (=lo trascendente, lo elevado); el lago (=la profundidad de nuestro ser, el alma).
- Mucha importancia del diálogo.
Texto 1: “De nuestro don Manuel…”
Contenido: La descripción de Manuel Bueno por Ángela C. identificándolo con la montaña y el lago, ambos simbólicos en la novela: Montaña: la vida, lo elevado. Lago: el alma, lo profundo. Se trata de un personaje noble y razonable, de presencia imponente. Ej: “[…] llevaba la cabeza como nuestra Peña… algo.”
Forma: Aunque la forma no es lo prioritario en esta novela, cabe destacar el lirismo de algunos párrafos y secuencias. Observamos comparaciones o símiles, repeticiones o incluso aliteraciones. Ej: “[…] traspasando…como un cristal […]”
Texto 2: “Y no me olvidaré jamás del día…”
Contenido: La idea principal es la contradicción entre razón y fe, que provoca una gran desazón en el sacerdote. Manuel Bueno no cree en la vida eterna, aunque finja para hacérselo creer a sus feligreses. Al respecto, hay otro tema relacionado con esa paradoja: la razón, el conocimiento no siempre ayuda al bienestar. Ej: “¿La verdad? … algo terrible […]; la gente…con ella.”
Forma: Lo relevante es el diálogo, que en las novelas y nivolas de Unamuno es una técnica narrativa recurrente: “¿Y por qué me lo deja entrever… como en confesión?” “Porque si no, me atormentaría tanto […]”
Texto 3: “Nadie en el pueblo quiso creer…”
Contenido: Además de insistir en la personalidad del sacerdote y su lucha interna con los símbolos del lago, la montaña y el nogal (vida, tierra), lo más destacado es la “resurrección” de Lázaro a la creencia en el amor al prójimo. Lázaro y Ángela continuaron la obra de Manuel Bueno. Ej: “Él me hizo un hombre… un resucitado” “Sí, fe, fe en el consuelo… de la vida”
Forma: Lo más llamativo es el diálogo en estilo directo, marcado tipográficamente con los habituales guiones y, sobre todo, la alusión al desdoble del narrador, ya que Ángela escribirá la memoria sobre Manuel Bueno a partir de las notas de su hermano.
Texto 4: “Y al escribir esto ahora…”
Contenido: La idea principal es el paso del tiempo simbolizado por la nieve, la cual afecta a la memoria, de modo que dudamos de lo vivido y de nuestras convicciones. Ángela lo manifiesta a través de una serie de preguntas retóricas. Ej: “Y yo no sé lo que es verdad… y lo que soñé. […] ¿Es que se algo? ¿Es que creo algo?” En estas líneas, también se insiste en el motivo central de la novela, la oposición entre razón y fe: “¿Qué es eso de creer? Por lo menos viven. […] que sin esperar… esperanza de ella.”
Forma: En el texto 4 podemos identificar nuevamente la técnica del desdoblamiento del narrador, ya que Ángela alude a la escritura de la memoria, que luego Unamuno transmite al lector: “¿Es qué esto que estoy aquí… como lo cuento?” En cuanto a lo estrictamente lingüístico, cabe destacar el simbolismo de otro elemento de la naturaleza, la nieve, que representa los efectos del transcurso del tiempo sobre los recuerdos, que se desdibujan: Ej: “[…] Está nevando, …sobre las memorias […]” Además, las preguntas retóricas sirven también para insistir en la idea principal de oposición entre vida e inmortalidad, razón y fe. Ej: “¿Qué es eso de creer? …creen en San Manuel […] esperanza de ella.”
Gustavo Adolfo Bécquer: La Poesía del Sentimiento Inefable
Concepto de poesía
Gustavo Adolfo Bécquer es un romántico rezagado que se inspiró en el Romanticismo alemán de Heine, caracterizado por el tono intimista, la sencillez formal y la depuración retórica. Su concepto poético preludia la renovación de finales de siglo XIX, pues partiendo de elementos de la realidad cotidiana, intenta expresar otras ideas, como la belleza, el amor o la poesía misma, que se resisten a ser formulados con palabras. Precisamente es en esta búsqueda de la forma expresiva donde Bécquer se acerca al Simbolismo, al aludir a ideas y sentimientos interiores mediante vocablos que designan realidades exteriores. Y por eso mismo es considerado como presimbolista en nuestra literatura, colocándose en el umbral del Modernismo poético posterior.
Las Rimas
Aunque escribió obras en prosa y tanteó el teatro, su reconocimiento parte de las ochenta y cuatro rimas que escribió a lo largo de su vida, y cuya primera edición data del año 1871. Las Rimas se presentan entonces como un largo poema unitario que, tras la exposición de principios estéticos generales, desarrolla una historia amorosa que abarca desde la ilusión hasta el desengaño y la desesperanza. No obstante, hoy día se sabe que sus versos no son una autobiografía amorosa, sino la expresión lírica de sus ideas sobre la poesía y el amor, ambos conceptos inefables. En cuanto a la temática de estos poemas, los temas son, sustancialmente, los dos ya mencionados: la poesía y el amor. Las Rimas de la I a la XI son las que abordan la creación poética: su evanescencia, sus dificultades, sus motivos centrales (el misterio, el amor, la mujer, los sentimientos…) Las restantes, de la XII hasta el final, tratan del amor, el desengaño y el dolor. Si bien hay que tener en cuenta que alguna de ellas no encaja con ninguno de los aspectos aquí señalados, pero son la excepción.
Por lo que atañe al estilo, y pese a que en Bécquer aún se pueden identificar algunos ecos del Romanticismo decimonónico, se aleja de la retórica hueca y retumbante de poetas como Espronceda. Y así llega a una poesía sintética, breve, sencilla, en la que la expresión de las ideas -repetimos- se basa en referencias a objetos materiales; o sea, para él la palabra tiene una importancia crucial para sugerir el concepto.
De todos modos, esa aparente sencillez expresiva esconde una cuidada elaboración de los versos, en los que combina con éxito elementos poéticos populares y cultos, como en la métrica: composiciones breves, de dos, tres o cuatro estrofas, por lo general, con rimas asonantes y versos de diferentes medidas (heptasílabos y endecasílabos; decasílabos y hexasílabos; coplas, seguidillas, etc.).
El uso de la lengua también obedece a una sencillez aparente, pues recurre a metáforas y las imágenes se elaboran a partir de palabras que remiten a realidades sensoriales, tangibles, por lo que proliferan términos asociados a la naturaleza (golondrinas, viento, luna, huracán, árbol, etc.) o a la música (arpa, lira, cadencia…), si bien no faltan voces propias de la literatura realista, incluso de la más estrictamente romántica. En cualquier caso, lo más relevante de su vocabulario poético es, sin duda, su capacidad de sugerencia: los elementos de la realidad se asocian a emociones íntimas.