Explorando la Rebeldía Juvenil y el Trauma Infantil en ‘Los Jefes’ y ‘Los Cachorros’


‘Los Jefes’: Lucha Estudiantil contra la Injusticia

Esta historia nos relata las vivencias de jóvenes estudiantes que enfrentan injusticias, principalmente del director de su colegio San Miguel: “El director había levantado los brazos y sus puños estrujaban algo.-¡Cállate!-repitió con ira-.¡Cállate, animal! ¡Cómo te atreves!”. Estos jóvenes, a los que se les denominaba “Los Jefes”, principalmente porque se les respetaba por ser compañeros antiguos del colegio y porque formaban parte del centro de alumnos, intentaban revertir estas situaciones de injusticia pidiendo apoyo a todo el alumnado del colegio. “Marchemos -dije-. Demos vueltas al patio. 1º los de 5º”. El problema principal fue que el director rehusaba dar a conocer las fechas de los exámenes que tenían que rendir estos estudiantes a final de año. Esto obviamente perjudicaría a todos los alumnos en sus calificaciones.

Las acciones que tomaban Los Jefes requerían valor, dedicación y unión. Se vieron obligados a tomar medidas tan extremas como retener el ingreso de los estudiantes al colegio o enfrentar directamente al encolerizado Ferrufino, director del colegio. También una muestra de madurez y seriedad es que ellos trabajaran hombro a hombro, con compañeros que les desagradaban: -¡No le pegues!- grité, demasiado tarde. León lo había golpeado en la cara (…) no vale la pena. Tenemos que estar unidos.” Pero a pesar de su valentía y los actos severos pero nobles que realizaron, no obtuvieron nada más que nuevas amenazas del director.

‘Los Cachorros’: Un Trauma que Define una Vida

La obra “Los Cachorros” relata la vida de Cuéllar, un joven normal que sufre un serio incidente en su niñez. Se exponen las consecuencias en él, en su familia, y en su grupo de amigos. A la vez también se cuenta la historia de la clase alta en la ciudad de Miraflores, Lima.

Cuéllar es un niño feliz e integrado a un grupo de amigos, se destaca en los estudios y le gusta el fútbol. Sus compañeros lo quieren mucho porque es “buena gente”.

Sus padres son bastante estrictos, no le permiten ir a jugar al fútbol después de la salida del colegio aunque él se muere por ir. De todas formas, en 4º año lo integran al equipo de fútbol y sus padres le dan la libertad para entrenar con sus amigos.

Cuéllar, luego de un entrenamiento, es mordido por Judas, el perro del colegio, en los genitales provocándole una castración, hecho que lo marcará para toda la vida. “¿Dónde lo había mordido? ¿Ahí pues, y se muñequeó, en la pixulita?, sí, coloradito, y se rio, y nos reímos”.

Luego del accidente, Cuéllar sigue teniendo una infancia feliz. Siendo todavía un niño no puede ver las consecuencias del accidente. Es más, obtiene ventajas. Sus padres ya no son tan estrictos, y descuida los estudios.

Sus compañeros en un principio lo envidiaban, porque como niños solo ven las ventajas, pero al poco tiempo de su accidente apareció el primer síntoma de su discriminación, Cuéllar se transforma en “Pixula Cuéllar”. Pero los verdaderos problemas comienzan en la adolescencia, cuando el tema principal pasa a ser; “las chicas”.

Para su desgracia, Cuéllar se enamora de Teresita, una niña que llega al pueblo de Miraflores; “Miraba a Teresita y se le caía la baba”. Pero en realidad sabe que no tiene sentido ponerse de novio, por lo tanto comienza una larga etapa de sufrimiento. Cuéllar y Teresita son conscientes de que se gustan, pero él no se decide a proponerle noviazgo. Entre tanto, otro muchacho de Miraflores la conquista. Y de aquí en adelante comienza el fin de Cuéllar.

Consciente de que jamás podrá ser como sus amigos (que ya a esa altura están casados), sin posibilidades de curarse, la vida de “Pixula Cuéllar” carece de sentido y comienza a vivir al límite. Un ejemplo de esto es la situación que ocurrió un día en el que el mar estaba en condiciones de suma peligrosidad, “corre olas” delante de sus amigos poniendo en riesgo su vida sin darle la menor importancia. También vive a propósito otras situaciones de riesgo al conducir su automóvil a alta velocidad exponiendo a la muerte no solo su vida, sino que también la de sus amigos, quienes poco a poco van alejándose de él.

Cuéllar se queda solo, es un ser extraño en un mundo en el que ya no tiene lugar. Termina su vida en un accidente de tránsito, que es el final buscado por él mismo Cuéllar. En el entierro sus amigos reconocen; “Pobre,(…) cuánto sufrió, qué vida tuvo, pero este final se lo buscó.”

Paralelismos y Reflexiones Finales

Estas historias nos relatan las vivencias de jóvenes estudiantes, Javier, Lu, Raygada y el protagonista, que enfrentan injusticias principalmente del director de su colegio San Miguel, el maestro Ferrufino. Dichas injusticias consistían en que el director no quería darles las fechas de los exámenes, éstos se impondrían inesperadamente y los muchachos sentían eso como algo injusto, hecho ex profeso para que sacaran malas calificaciones.

Así, empezó la rebelión de los estudiantes, querían azuzar a todo el colegio, para hacer una huelga y lograr lo que querían del director, las fechas de los exámenes.

“Marchemos -dije-. Demos vueltas al patio. 1º los de 5º”. El primer intento fracasó porque al enfrentarlos el director, Rasgada, uno de los integrantes del grupo de los jefes o los coyotes, reculó y de castigo le fue impuesto que todos los días tendría que quedarse hasta las 9 de la noche haciendo un trabajo que implicaba el haberse rebelado contra una disposición pedagógica.

Estos jóvenes a los que se les denominaba “Los Jefes o Coyotes”, principalmente porque se les respetaba por ser compañeros antiguos del colegio y porque formaban parte del centro de alumnos, intentaban revertir estas situaciones de injusticia pidiendo apoyo a todo el alumnado del colegio, así pues, arman una comisión para ir a hablar con el director, que era su grupo y al llegar a dirección, obtienen de ello, solo una negativa:

-¿Saben ustedes cómo se llama esto? Se llama rebelión, insurrección. ¿Creen ustedes que voy a someterme a los caprichos de unos ociosos? Las insolencias las aplasto…

Bajaba y subía la voz. Lo veía esforzarse por no gritar. «¿Por qué no revientas de una vez?, pensé. ¡Cobarde !».

Se había parado. Una mancha gris flotaba en torno de sus manos, apoyadas sobre el vidrio del escritorio. De pronto su voz ascendió, se volvió áspera:

¡Fuera! Quien vuelva a mencionar los exámenes será castigado.

La comisión sale ante sus compañeros de la media, y demás de menores grado y dan sus resultados poco halagüeños, entonces deciden armar una huelga, incitan a los demás compañeros diciendo que el director golpeó a Lu, que traía golpes resultado de una previa pelea entre “los coyotes”, echándole la culpa al director, incitando a toda la escuela a la huelga, no entrarían a tomar clases y exigirían también que los más pequeños, los “churres”, de primaria tampoco entraran. Así pues, empiezan a convencer a los de primaria que no asistan a clases, que se vayan al río y ya casi tienen controlada la situación, cuando dejan solo a Lu en una de las puertas de acceso, y éste es vencido por varios pequeños que sí querían clases y estaban en contra de la huelga…una vez que los demás alumnos vieron que los primeros entraban a la escuela, inmediatamente los siguieron, la amenaza de huelga había terminado y el director había salido airoso de esa rebelión de alumnos…ante tal descontrol surge una pelea entre Lu y el protagonista, una vez terminada en pleito..se saludan y entran igualmente a la escuela..una mano amiga, promete ayuda hacia ellos, Javier pone un brazo en el hombro del jefe mayor. La unión que se había logrado, se revienta inesperadamente al haber un altercado entre uno de los jefes, ya mayores y un churre menor de edad.

De alguna manera, lo relaciono con la política en nuestros países latinoamericanos…si no hay unión no se obtendrá lo que se quiere, la represión con mayor fuerza, mete en control a las masas..o la desunión entre grupos es la clave del éxito del dictador..dice un proverbio..”divide y vencerás…”, ajá!

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