Las Vanguardias Europeas: El Surrealismo
Las vanguardias fueron una serie de movimientos artísticos que surgieron a partir de la Primera Guerra Mundial. Se oponían con virulencia al pasado y proponían nuevos caminos para el arte y las letras. De carácter experimental y provocador, rechazaban el sentimentalismo romántico tanto como la mentalidad burguesa. Se sucedieron en Europa y América a un ritmo muy rápido. Dentro de las vanguardias podemos destacar el Futurismo, el Cubismo, el Dadaísmo, el Creacionismo, el Expresionismo y el Surrealismo.
El Futurismo
Se origina en Italia con Marinetti. Su carácter antirromántico se refleja en su primer manifiesto: “¡Matemos el claro de luna!”. El Futurismo exalta la ciudad, la mecánica, la técnica y la velocidad. También defiende la acción y la guerra. En el estilo busca el dinamismo, prescindiendo de adjetivos y adverbios. Además, se destruye la sintaxis. En Rusia el Futurismo está representado por Maiakovski, que defiende la creación de palabras arbitrarias.
El Cubismo
Nace como escuela pictórica con Las señoritas de Aviñón de Picasso. En literatura hay que mencionar a Apollinaire con sus caligramas, que son poemas en los que la disposición tipográfica de los versos forma imágenes visuales que aluden al contenido del poema.
El Dadaísmo
Es el precedente del Surrealismo. Fue promovido por un grupo de escritores refugiados en Suiza durante la Primera Guerra Mundial y fue encabezado por Tristan Tzara. Surge como consecuencia del desencanto de la Primera Guerra Mundial. Su nombre fue elegido al azar y simula un balbuceo infantil. El Dadaísmo es la provocación, la rebeldía pura: contra la lógica, contra las convenciones estéticas y sociales, contra el sentido común. Busca la destrucción de los valores tradicionales como la familia o el trabajo. Nace de una violenta repulsa a la racionalidad que ha inducido al absurdo de la guerra. Expresa el caos, el absurdo y la irracionalidad. Cree en la inutilidad de todo esfuerzo creador y así se explica su técnica del “collage arbitrario” que consiste en recortar las palabras de un artículo periodístico, agitarlas en un saco e irlas ordenando según vayan saliendo.
El Creacionismo
Fue creado por el chileno Huidobro que, al venir a Europa, entró en contacto con los movimientos de vanguardia. Es autor de un original libro de poemas, Altazor. Este movimiento se centraba en la poesía, en las imágenes libres, las asociaciones insólitas de palabras y los efectos visuales del poema.
El Expresionismo
Fue un movimiento artístico desarrollado en Alemania, originado en el ámbito de la pintura. Repercutió no solo en las artes plásticas, sino también en la música, el cine, la danza, etc. En literatura se manifiesta en autores como Kafka y Brecht. Busca la expresión de los sentimientos y las emociones del autor más que la representación de la realidad objetiva. Revela el lado pesimista de la vida generado por las circunstancias históricas del momento. La cara oculta de la modernización, la alienación, el aislamiento, la masificación, se hizo patente en las grandes ciudades y los artistas creyeron que debían captar los sentimientos más íntimos del ser humano. La angustia existencial es el principal motor de su estética. El fin es potenciar el impacto emocional del espectador distorsionando y exagerando los temas. Tiende a deformar las figuras humanas y del paisaje.
El Surrealismo
Es un movimiento creado por el francés André Breton. La traducción exacta de surréalisme es “sobrerrealismo”. Se basa en las doctrinas de Freud, en las que la liberación anárquica del “yo” supone la liberación de las represiones sociales. Así el lenguaje surrealista lleva consigo una carga humana e incluso subversiva, en la medida en que libera pasiones reprimidas en el inconsciente. El lenguaje surrealista no se dirige a la razón sino que quiere despertar en nosotros reacciones inconscientes. Para liberar el subconsciente, propone la escritura automática como medio de expresar el funcionamiento real del pensamiento. Se trata de escribir sin la intervención reguladora de la razón y sin preocupaciones estéticas o morales, de ahí el carácter hermético de sus textos y, por otro lado, la discutible calidad estética de sus escritos. Con la escritura automática, tras entrar en una especie de trance, se deja aflorar el subconsciente y aparece otra realidad, la superrealidad. Aparecen así asociaciones inconscientes liberadas de toda restricción, inesperadas relaciones entre ideas y palabras, además de imágenes oníricas y visionarias. El Surrealismo aspira a una total renovación de la mente, que debe verse libre de ataduras de religión, de razón y de convencionalismos sociales.