Fases Clave de la Guerra Civil Española: Batallas y Consecuencias


Las Batallas y el Desarrollo del Conflicto

Las batallas en torno a Madrid (diciembre de 1936- marzo de 1937)

Fracasado el intento de entrar en la capital, los sublevados emprendieron dos maniobras envolventes para aislar Madrid con el fin de cortar sus comunicaciones con Valencia. La batalla del Jarama, en la que los sublevados cruzaron el río pero fueron detenidos por los republicanos, no consiguió su objetivo de aislar la ciudad. En la batalla de Guadalajara, las tropas fascistas italianas aliadas de Franco sufrieron una espectacular derrota a manos del Ejército Popular de la República. Fue la primera victoria republicana. Esta segunda fase de la guerra estuvo caracterizada por la regularización de ambos ejércitos, con la creación del nuevo Ejército Popular de la República y la militarización de las milicias. Franco también militarizó sus cuerpos de voluntarios.

La ocupación del Norte (abril-octubre de 1937)

Ante las dificultades para tomar Madrid, Franco decidió abandonar el ataque a la capital y concentrar los esfuerzos en la zona norte. Esta zona había quedado en manos republicanas, pero los sublevados controlaban Navarra y ya habían tomado San Sebastián. Aún así, el territorio norte se mantenía en manos de la República. Los sublevados, al mando del general Mola, desencadenaron un ataque hacia Vizcaya. La ciudad vasca de Guernica fue arrasada por la aviación nazi. Así se produjo el primer bombardeo aéreo de la historia sobre población civil. Bilbao también fue tomada gracias a la superioridad en medios, armamento y aviación de los sublevados. La República desencadenó el ataque a Brunete y Belchite, pero no consiguió evitar que las tropas de Franco entrasen en Santander y en Asturias. Estas derrotas de los republicanos supusieron la conquista del norte a manos de los sublevados.

El avance hacia el Mediterráneo (noviembre de 1937- junio 1938)

Los mandos republicanos todavía confiaban en la posibilidad de ganar la guerra. Para ello, intentaron una serie de reformas en el ejército, se integraron los cuadros procedentes de las milicias y de las Brigadas Internacionales y se colocó a su frente a Vicente Rojo. El nuevo ejército republicano desencadenó diversas ofensivas, la más importante tuvo lugar en Teruel, donde se produjo la ocupación republicana de la ciudad. En febrero de 1938, el ejército de Franco volvió a ocupar Teruel y desencadenó la campaña de Aragón. El territorio republicano quedó dividido en dos zonas, una de las cuales era Cataluña. Franco podría haber concentrado sus fuerzas en atacar Cataluña, pero prefirió continuar la ofensiva hacia el Sur.

La batalla del Ebro y la ocupación de Cataluña (julio 1938-febrero de 1939)

El avance de las tropas sublevadas quedó detenido cuando el ejército republicano reorganizó desde Cataluña sus unidades y desencadenó un poderoso ataque sobre el río Ebro. Las autoridades republicanas eran conscientes de que la situación bélica era ya plenamente desfavorable. Su única esperanza era reconquistar territorio y volver a unir las zonas fieles a la República. La batalla del Ebro fue uno de los mayores episodios militares de la guerra. Empezó con un ataque republicano que cruzó el río Ebro y conquistó poblaciones como Ascó, Mora de Ebro, etc. Desde esta región avanzaron hacia el interior y se hicieron fuertes en la zona de Gandesa, donde lograron resistir unos meses. Franco envió grandes refuerzos y consiguió detener el ataque. Luego contraatacó y los republicanos tuvieron que replegarse en la otra orilla del río, mientras el ejército de Franco avanzaba ocupando todo el sur de Tarragona y cruzando el río Ebro. El ejército republicano había sido derrotado y sus fuerzas quedaban mermadas y desorganizadas. Franco decidió emprender definitivamente la ofensiva sobre Cataluña. Una marea de exiliados avanzaba hacia el Norte. Más adelante se produjo la huida hacia Francia y entre ellos todo el gobierno de la República, con Negrín y el presidente de la República, Manuel Azaña. También cruzaron la frontera los miembros de las Cortes republicanas y el gobierno de la Generalitat. Antes de la huida, para evitar los bombardeos diurnos, se había celebrado en el castillo de Figueres la última sesión de las Cortes Republicanas.

El final de la guerra (febrero- abril de 1939)

En febrero de 1939, a la República no le quedaba más territorio que la llamada zona centro. El jefe de gobierno republicano, Negrín, había regresado de Francia e hizo un último esfuerzo para reorganizar el ejército y resistir en el territorio republicano. Sin embargo, se produjo en Madrid una sublevación contra el gobierno republicano dirigida por el coronel Segismundo Casado. Casado había entrado en contacto con el servicio de espionaje franquista para entregar la ciudad y terminar la guerra mediante una negociación con Franco. Sabía que Negrín y los comunistas eran contrarios a una rendición y, por ello, con el falso pretexto de que el presidente del gobierno iba a nombrarle, se sublevó el día 5 de marzo. Casado controló Madrid tras una fuerte lucha con las unidades comunistas. Con el apoyo de algunos socialistas y de parte de la UGT, se creó una Junta de Defensa con el objetivo de negociar con Franco una paz basada en la generosidad del Caudillo. Franco sólo aceptó una rendición sin condiciones y obligó a entregar las armas. El día 28 de marzo, las tropas de Franco entraron en Madrid sin la menor resistencia. En los días posteriores a la entrada en la capital se ocupó toda la zona mediterránea. El 1 de abril, Franco firmó en Burgos el último parte de guerra: «En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, las tropas nacionales han alcanzado sus últimos objetivos militares. Españoles, la guerra ha terminado».

Los Efectos de la Guerra

Muerte, carestía y destrucción

La guerra comportó miseria y muerte para miles de personas de uno y otro bando. A las bajas en los combates hay que añadir las muertes producidas por la grave carestía de alimentos. Esta situación fue grave en la zona republicana, dado que las grandes áreas agrícolas habían quedado en manos de los sublevados. Un alimento básico como el pan comenzó a faltar de forma alarmante y en marzo se llegó al racionamiento en Madrid. A medida que avanzaba el conflicto, los precios subieron y el mercado negro se extendió. La desnutrición provocó enfermedades y, en ocasiones, la muerte. Por otra parte, también se produjo una fuerte reducción de la producción industrial, debido a la movilización de la población masculina para ir al frente. Además, y aunque la población femenina se incorporó al mundo laboral, los esfuerzos de la industria se dirigieron a la producción de armamento y avituallamiento militar. Además, la guerra significó la destrucción de gran parte de las infraestructuras y las comunicaciones. Los bombardeos afectaron duramente a la población civil. El gobierno republicano no contaba con importantes efectivos aéreos y utilizó sus aviones fundamentalmente para acciones bélicas. Pero el bando franquista tenía la ayuda de los aviones y los acorazados alemanes e italianos. Los bombarderos fueron utilizados por los sublevados como un instrumento de terror y un arma de destrucción de casas. Los brutales y continuos bombardeos sobre Madrid inauguraron una práctica que afectó a ciudades como Barcelona, que sufrió 385 ataques con el resultado de 3000 víctimas.

La población desplazada: refugiados y exiliados

Desde los primeros días de la guerra, civiles de ambos bandos huían del territorio por temor a la persecución que podían sufrir sus ideas políticas. Numerosos miembros de la burguesía, por ejemplo, huyeron de la zona republicana. Con el avance de las tropas franquistas, los grandes movimientos de refugiados se dieron sobre todo en la zona republicana, donde la población, atemorizada, abandonaba sus hogares para escapar de la ocupación franquista y la posterior represión. Los refugiados republicanos se concentraron en Levante y en Cataluña, con los problemas organizativos que conllevaba proporcionar alimentación, alojamiento, escolarización y sanidad a una población formada por mujeres, niños y ancianos. La población de la zona norte sólo pudo huir por mar hacia otros países. Ante la imposibilidad de evacuar al conjunto de la población civil, se optó por dar prioridad a los niños, que fueron embarcados con destino a diversos países europeos y americanos y a la Unión Soviética. Hacia el final de la guerra, población de toda España y miles de soldados de retirada se concentraron en Cataluña para cruzar la frontera francesa. Una multitud de personas de todas las edades y de las más diversas condiciones abarrotaron las carreteras desde Barcelona hasta Portbou. Gran parte de los refugiados fueron conducidos por gendarmes a campos de concentración improvisados en las playas de Argelès y St. Cyprien. En pocos meses volvieron a España aproximadamente la mitad de estos refugiados. El resto inició un largo y penoso exilio.

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