La Guerra de Posiciones (1915-1916)
El año 1914 dejó una lección clara: la supremacía de las posiciones defensivas sobre la penetración ofensiva. Dado que ningún ejército tenía potencial suficiente para romper las líneas enemigas, se impuso la edificación de posiciones estáticas. Así surgieron las trincheras. Se excavaron kilómetros de fosos, se consolidaron con sacos terreros y se reforzaron con casetas de cemento. Las ametralladoras, armas más útiles en la defensa de posiciones que en el asalto, determinaron las tácticas de una guerra defensiva.
En 1915 aparecieron los gases asfixiantes y los lanzallamas, y en 1916 los primeros tanques. Sin embargo, estas nuevas armas no resultaron decisivas para romper las posiciones. Mientras que en Occidente los alemanes quedaron frenados en su proyecto de avanzar hacia París, en el Este obtuvieron éxitos sucesivos sin ningún resultado decisivo. Los rusos perdieron un cuarto de millón de hombres en la región de Gorlice, pero los alemanes no podían avanzar indefinidamente por los helados espacios continentales rusos. Así lo comprendió Falkenhayn, mientras que Hindenburg, militar de la vieja escuela, se limitaba a calcular los éxitos por el número de muertos o prisioneros infligidos al enemigo.
En mayo de 1915, tras sopesar las ventajas territoriales prometidas por los Aliados, Italia entró en el conflicto del lado de las potencias de la Entente. Otros beligerantes ampliaron las dimensiones del conflicto: Bulgaria apoyó a los Imperios Centrales y Rumanía a los Aliados Occidentales.
La estrategia del punto débil: Verdún y el Somme
Estabilizados los frentes, se ensayó la estrategia del punto débil, buscando un lugar donde desgastar la potencia enemiga en una batalla de larga duración para, en una fase posterior, lograr la penetración decisiva. Con estos planteamientos, en 1916 se desarrolló la operación clave de Verdún-Somme. Para los alemanes, el punto débil francés se localizaba en Verdún; para el Estado Mayor francés, el eslabón débil germano se situaba en el Somme.
A partir de febrero de 1916, los alemanes atacaron en oleadas sucesivas, pero el general Pétain, empleando la red ferroviaria parisina, trasladó refuerzos en los momentos precisos. En la cruenta batalla, que duró diez meses, perecieron cerca de 700.000 hombres entre los dos bandos. Los alemanes no pudieron romper las líneas enemigas y el camino hacia París permaneció infranqueable. Desde julio, Foch inició ofensivas en el Somme que obligaron a los germanos a retirar cuerpos de ejército de Verdún.
La Crisis de 1917
El año 1917 se caracterizó por tres acontecimientos:
- La intervención de los Estados Unidos en el conflicto.
- La retirada de Rusia después de la Revolución.
- Una profunda crisis de cansancio que afectó a todos los países.
La entrada de Estados Unidos en la guerra
En enero, el presidente Wilson había proclamado su propósito de neutralidad; en febrero, rompió relaciones diplomáticas con Alemania. El 2 de abril, el Congreso de los Estados Unidos declaró la guerra a Alemania. Este cambio de actitud fue provocado por el bloqueo alemán. Desde 1915 existía un bloqueo teórico, pero se reducía a simples pronunciamientos verbales. En enero de 1917, Alemania declaró en estado de bloqueo las costas inglesas y francesas, amenazando con hundir a los barcos que transportasen mercancías con este destino. El 19 de marzo, el vapor Vigilantia fue hundido con su tripulación. Este fue el casus belli.
Sin embargo, la decisión de intervenir en la guerra europea no estuvo provocada simplemente por enfrentamientos en el océano. El comercio de los Estados Unidos con Inglaterra y Francia era muy intenso. Para posibilitar los pagos, la Banca Morgan había otorgado a los dos gobiernos créditos ilimitados. La guerra submarina suponía una amenaza para muchas empresas de exportación norteamericanas. Un gesto diplomático desafiante, el telegrama Zimmermann, en el que el gobierno alemán prometía apoyo a México para recuperar las tierras que los Estados Unidos le habían arrebatado, colmó el vaso.
La intervención de los Estados Unidos supuso:
- El fin de la angustia financiera inglesa y francesa, ya que se acordaron anticipos de estado a estado por valor de diez mil millones de dólares.
- El establecimiento de un bloqueo más eficaz contra Alemania.
- El apoyo de los estados de América Latina a los Aliados con mayor decisión.
- La incorporación de las enormes reservas demográficas e industriales de los Estados Unidos, que terminaron reflejándose en la marcha de las operaciones.
La retirada de Rusia y el cansancio de los combatientes
En Rusia, los sufrimientos de la guerra contribuyeron a la caída del régimen zarista. En noviembre se firmó un armisticio y en febrero de 1918 la paz de Brest-Litovsk. Sin embargo, Alemania, no muy confiada en la retirada rusa, mantuvo un millón de hombres en el frente oriental.
El cansancio de los combatientes se percibía en todos los países. En Francia, los soldados intentaron dirigirse a París y Pétain tuvo que restaurar la disciplina con gran energía. Una consecuencia de la paz con Rusia fue la mayor presión alemana sobre el frente italiano, donde obtuvieron la victoria de Caporetto.