Introducción al Reinado de Felipe II (1556-1598)
Felipe II, conocido como «el Prudente», sucedió a su padre Carlos I en 1556. Aunque no heredó el título de emperador, gobernó un vasto imperio y consolidó la Corona española como la principal potencia europea. Su principal objetivo en política internacional fue la defensa del catolicismo y la supremacía del imperio hispánico, siguiendo la línea de su padre.
A diferencia de Carlos I, Felipe II se dedicó por completo a los asuntos de su reino, permaneciendo principalmente en la Península Ibérica. Estableció la corte permanentemente en Madrid en 1566 y ordenó la construcción del monasterio de El Escorial, desde donde ejerció el gobierno hasta su muerte.
Sus principales enemigos fueron similares a los de su padre, sumándose el enfrentamiento con Inglaterra y la continua revuelta en Flandes. En 1580, Felipe II incorporó Portugal a la Corona, haciendo valer sus derechos como hijo de Isabel de Portugal tras la muerte del rey Sebastián I sin descendencia. Esta unión peninsular había sido un objetivo previo de los Reyes Católicos. También fue rey consorte de Inglaterra por su matrimonio con María I Tudor (1554-1558), aunque dejó de serlo tras la muerte de esta sin herederos.
Durante su reinado, el imperio español alcanzó su máxima extensión, convirtiéndose en el primer imperio global con posesiones en todos los continentes. Felipe II se casó cuatro veces debido a problemas dinásticos. Tuvo un hijo, Carlos, con problemas mentales, de su primera esposa; no tuvo hijos con la segunda; dos hijas con la tercera; y cinco hijos con la cuarta, de los cuales solo Felipe (futuro Felipe III) llegó a la edad adulta. Enviudó de todas sus esposas.
Política Interior: Intransigencia y Autoritarismo
Felipe II fue un firme defensor de los principios del Concilio de Trento, pilares de la Contrarreforma frente a la Reforma Protestante:
- Los obispos debían mantener una conducta ética intachable, sin acumular beneficios y residiendo en sus diócesis.
- Se crearon seminarios para la formación de sacerdotes.
- Se exigió el celibato clerical.
- El Papa fue reconocido como máxima autoridad de la Iglesia.
- Se estableció la obligación de predicar los domingos y festivos.
- Se impartió catequesis.
- Se reafirmó la validez de los siete sacramentos.
- Se enfatizó la necesidad de la fe y las obras para la salvación, a diferencia de la doctrina luterana que priorizaba la fe.
- Se afirmó la existencia del purgatorio.
- Se reinstauró la Inquisición, ya establecida en España por los Reyes Católicos, que había surgido en el siglo XIII.
- Se impuso la censura a publicaciones contrarias a la fe católica.
Felipe II promulgó leyes que prohibían la importación de libros y los estudios en el extranjero, así como la presencia de profesores extranjeros en España. La Inquisición, tribunal eclesiástico encargado de velar por la ortodoxia católica, actuó con rigor durante su reinado, persiguiendo la herejía y otros delitos contra la fe (brujería, bigamia, apostasía, etc.).
En 1566, un decreto prohibió a los moriscos el uso de su lengua, religión y cultura. Dos años después, se produjo la rebelión de las Alpujarras, sofocada militarmente por Don Juan de Austria, hermanastro del rey.
Antonio Pérez, secretario de Felipe II, fue acusado de conspiración. Huyó a Aragón, su tierra natal, y solicitó la protección del Justicia de Aragón, Juan de Lanuza. Acusado de herejía ante la Inquisición, Pérez logró huir, pero Felipe II ordenó la ejecución de Juan de Lanuza. Estos hechos reflejan el deseo de Felipe II de imponer una mayor centralización y una monarquía más autoritaria.
Política Exterior: Conflictos y Hegemonía
1. Lucha contra los Protestantes
El problema protestante, ya presente en el reinado de Carlos V, continuó con Felipe II. Martín Lutero, fraile agustino alemán, inició la Reforma con sus 95 tesis. La Dieta de Worms, presidida por el emperador, exigió a Lutero que se retractara, sin éxito. El protestantismo fue adoptado por varios príncipes europeos. Aunque Carlos V derrotó a los protestantes en la batalla de Mühlberg, la Paz de Augsburgo (1555) permitió a cada príncipe elegir la religión de sus estados.
2. Enfrentamientos con Francia e Inglaterra
- Carlos V ya se había enfrentado a Francisco I de Francia por el dominio de territorios italianos. El Papa, inicialmente aliado de Francia, cambió de bando tras el ataque de Carlos V a Roma.
- Con Felipe II, los conflictos continuaron hasta la victoria española en San Quintín y la firma de la Paz de Cateau-Cambrésis en 1559.
- Inglaterra, tradicional aliada de la Corona española frente a Francia desde los Reyes Católicos, cambió su postura con el reinado de Isabel I.
- El matrimonio de Felipe II con María Tudor, reina católica de Inglaterra e hija de Enrique VIII, no tuvo descendencia. El trono pasó a su hermanastra, Isabel I (1558).
- Isabel I, anglicana, apoyó a los protestantes de Flandes y protegió a los corsarios que atacaban los barcos españoles, buscando el control del comercio con América.
- Felipe II decidió enfrentarse a Inglaterra con la Armada Invencible, una flota de 150 barcos, la más grande de la época.
- La expedición fracasó, principalmente debido al mal tiempo, que impidió a los barcos españoles entrar en los puertos británicos.
- Los barcos españoles, superiores en tamaño y armamento, eran menos maniobrables.
- Solo 40 barcos regresaron a España.
3. El Dominio del Mediterráneo
- El Imperio Otomano, bajo Solimán el Magnífico, era una gran potencia en el Mediterráneo oriental desde 1453.
- Los otomanos practicaban la piratería y atacaban las costas para obtener botín y esclavos.
- Aspiraban a expandirse por el centro de Europa y el Mediterráneo occidental.
- La monarquía hispánica, Venecia y el Papado formaron la Santa Liga para combatirlos. Una gran escuadra, liderada por Don Juan de Austria, hermanastro de Felipe II, se enfrentó a la flota otomana en el golfo de Lepanto en 1571.
- La victoria de la Santa Liga, con 300 naves y 80.000 hombres, fue contundente.
- Miguel de Cervantes participó en la batalla, donde perdió la movilidad de su mano izquierda.
4. La Rebelión de los Países Bajos
- La sublevación de Flandes (1566) fue el mayor desafío para Felipe II.
- Se combinaron factores religiosos (expansión del protestantismo), políticos (deseo de autonomía) y económicos (aumento de impuestos).
- Francia e Inglaterra apoyaron a los rebeldes flamencos.
- Felipe II envió a los tercios, liderados por el Duque de Alba y, posteriormente, por Juan de Austria, entre otros.
- La guerra fue larga y cruenta. A pesar de su poderío, Felipe II no logró someter a los flamencos.
- En 1579 se alcanzó un compromiso: las provincias del sur, católicas, permanecieron fieles a la monarquía hispánica; las del norte, protestantes, formaron un estado independiente, las futuras Provincias Unidas de Holanda.
- Felipe II nombró gobernadora a su hija Isabel Clara Eugenia, con derecho a sucesión. Sin embargo, al no tener descendencia, los Países Bajos revirtieron a la Corona española en el siglo XVII, reanudándose el conflicto.