Panorama de la Filosofía Contemporánea
La filosofía contemporánea abarca los siglos XIX y XX, con diversas corrientes filosóficas. En la primera mitad del siglo XIX, el idealismo alemán, a través de la filosofía de Hegel, dominó el pensamiento. La teoría idealista sostiene que el ser de las cosas se establece en la mente; conocemos las cosas a través del tamiz de la conciencia, no tal como son en sí mismas.
El romanticismo, característico de principios del siglo XIX, ensalzó los sentimientos, con Schelling como figura destacada. La revolución industrial, con sus beneficios y la fractura social entre ricos y trabajadores, influyó en el pensamiento de Marx, quien priorizó la praxis frente a la teoría hegeliana. Su objetivo no era describir el mundo, sino transformarlo, proponiendo una sociedad sin opresión, clases ni Estado. Marx, junto con Feuerbach, destacó en la izquierda hegeliana. Schopenhauer y Nietzsche reaccionaron contra el idealismo hegeliano, defendiendo la filosofía de la voluntad. Nietzsche realizó una crítica radical de la civilización occidental cristiana.
En la segunda mitad del siglo XIX, Marx y Nietzsche reconocieron la realidad como dinámica y cambiante. La ciencia y la filosofía se separaron, y en el siglo XX, la ciencia protagonizó el conocimiento. A pesar de ello, las disciplinas científicas entraron en crisis con Einstein, evidenciando la historicidad de la ciencia al superar la física newtoniana.
En Inglaterra surgió la filosofía analítica, que prioriza el análisis del lenguaje. Wittgenstein es una figura clave. La crisis de las ciencias tradicionales llevó a aplicar el método científico a otras áreas. La sociología, con Comte, propuso el positivismo, ateniéndose a los hechos. La psicología experimental, con Freud y el psicoanálisis, estudió la mente y los procesos inconscientes. La fenomenología de Husserl, buscando un fundamento para las ciencias, se transformó en la hermenéutica de Heidegger.
En España, Ortega y Gasset destacó por su reflexión histórica. María Zambrano y Unamuno, con su énfasis en los sentimientos, también fueron figuras importantes. La Segunda Guerra Mundial impactó la filosofía occidental. El existencialismo, con Sartre, elevó lo absurdo a concepto universal. Simone de Beauvoir, existencialista y autora de El segundo sexo, es fundamental en la historia del feminismo. En la segunda mitad del siglo XX, la Escuela de Frankfurt, con Adorno, Marcuse y Habermas, criticó el neocapitalismo y revisó el marxismo. Hannah Arendt, crítica de la democracia representativa, influyó en los debates contemporáneos con su teoría del totalitarismo.
En el siglo XXI, surgen múltiples corrientes filosóficas sobre diversos temas.
Nietzsche: Crítica a la Cultura Occidental
La filosofía de Nietzsche critica la cultura occidental en varios ámbitos: la metafísica (ontología y epistemología), la moral y la ciencia.
Ontología: Nietzsche critica la metafísica occidental desde Sócrates y Platón, quienes priorizaron lo racional sobre lo material. Platón, con su mundo de las Ideas, restó valor al mundo material. Nietzsche niega este dualismo, afirmando el devenir constante del ser.
Epistemología: Nietzsche cuestiona el origen de los conceptos. La metafísica occidental considera que un concepto representa múltiples objetos, pero para Nietzsche, los conceptos no explican la realidad cambiante. Primero son los conceptos y luego los seres, cuando debería ser al revés.
Moral: Nietzsche acusa a la moral occidental, basada en el platonismo y el cristianismo, de ser contradictoria y antinatural. La moral cristiana, según Nietzsche, es una moral de esclavos, basada en el resentimiento y la exaltación de la muerte.
Ciencia: Nietzsche critica la matematización de lo real, argumentando que la cantidad no explica completamente al ser. La cualidad también es importante.
Nihilismo: Nietzsche diagnostica el nihilismo en la sociedad occidental del siglo XIX, originado en la crisis de Dios y sus valores. El nihilismo se desarrolla en tres fases: duda, reflexión y voluntad de poder. Si la voluntad de poder interviene, el nihilismo es activo; si no, es pasivo.
Nietzsche: Superhombre, Eterno Retorno y Voluntad de Poder
El nihilismo, originado en la crisis de Dios, lleva a la destrucción de los valores tradicionales. El superhombre surge del nihilismo activo, impulsado por la voluntad de poder. La muerte de Dios es la condición para la aparición del superhombre.
El superhombre es el resultado de tres transformaciones: el camello (hombre occidental que asume los valores tradicionales), el león (hombre nihilista que destruye a Dios) y el niño (superhombre libre de prejuicios).
Nietzsche propone el perspectivismo: la verdad es múltiple y depende de la perspectiva. La verdad es un error necesario para la vida. La voluntad de poder justifica la verdad como error. No podemos abarcar la realidad con un concepto, sino con metáforas.
Nietzsche rechaza la concepción lineal del tiempo. El eterno retorno implica un mundo cíclico. Para aceptar el eterno retorno, es necesaria una transvaloración de todos los valores. Así, la sociedad occidental se liberará de la mentira.
Marx: Alienación e Ideología
El pensamiento marxista es antiteórico, comprometido con la transformación del capitalismo. El mundo es material y la filosofía marxista está en constante evolución.
Marx critica las concepciones previas del ser humano: el sujeto mental de Hegel, el sujeto económico del capitalismo y el sujeto pasivo de Feuerbach. Para Marx, el ser humano se realiza en el trabajo y se transforma a través de las relaciones sociales.
La alienación se da en el trabajo por cuatro motivos: respecto al producto, a la naturaleza, a la propia actividad y a los demás hombres. El trabajo alienado genera plusvalía, el valor no pagado del trabajador al obrero. La propiedad privada es la consecuencia del trabajo alienado. El comunismo, al suprimir la propiedad privada, elimina la alienación.
Marx: Materialismo Histórico y Comunismo
El materialismo histórico de Marx critica tres formas de entender la realidad:
- Idealismo de Hegel: Marx rechaza la prioridad del pensamiento sobre el ser.
- Materialismo clásico: Marx critica la pasividad de la materia sujeta a leyes.
- Materialismo de Feuerbach: Marx critica la separación entre sujeto y objeto.
El materialismo histórico prioriza la materia, pero reconoce la transformación del mundo por el hombre a través del trabajo. La economía es la base de esta transformación. El trabajo, en lugar de humanizar, aliena. La propiedad privada es la consecuencia. El comunismo, al suprimir la propiedad privada, permite la humanización del hombre.