Contexto Filosófico
Aristóteles conocía bien a los filósofos que le precedieron y creía que su propia filosofía era una mejora de sus ideas. Estudiaba temas como la naturaleza, la moral y la realidad (metafísica), y al mencionar a los pensadores anteriores, solía hacerlo para corregir o mejorar sus conceptos.
Relación con Platón
A diferencia de Platón, influido por mitos y religión, Aristóteles se enfocó más en lo observable en el mundo físico, como la composición y el movimiento de las cosas. Platón creía en un mundo ideal, separado del mundo físico, pero Aristóteles consideraba el mundo material como completamente real, sin un mundo aparte imperceptible a los sentidos. Además, Aristóteles pensaba que las formas (ideas abstractas) debían estar presentes en las cosas reales, no en un plano separado.
Relación con Parménides
Parménides creía que el cambio y la pluralidad no podían existir realmente, ya que pensaba que algo no puede «dejar de ser» o «ser lo que no era». Para explicarlo, Platón propuso dos tipos de realidad: una inmutable y otra cambiante. Aristóteles, en cambio, dio una solución más práctica: dijo que el «no ser» tiene dos sentidos. En un sentido absoluto, de la nada no puede surgir algo; en un sentido relativo, una cosa puede cambiar hacia algo relacionado, como un piñón puede llegar a ser un pino, pero una bellota nunca podrá serlo.
Dios
Aristóteles concibe a Dios como el Primer Motor Inmóvil o Acto puro, la primera causa eficiente que mueve el universo sin ser movido. Para Aristóteles, todo movimiento implica pasar de potencia a acto, y este cambio solo es posible si hay algo que esté ya en acto, como es el caso de Dios. Al no poder haber una serie infinita de causas de movimiento, debe existir este primer motor inmóvil.
Dios es Acto puro porque no tiene potencia para ser algo distinto a lo que es; su única actividad es pensarse a sí mismo en un proceso de auto-intuición continua. Esto le convierte en un modelo perfecto que atrae a todos los seres naturales, quienes buscan realizar plenamente su forma imitando esta perfección.
Sin embargo, a diferencia del Dios cristiano, el Dios de Aristóteles no crea el mundo ni interactúa directamente con él. Su relación es impersonal, sin un interés providencial o amoroso, y no es un ser con el que los humanos puedan interactuar o al que puedan rezar.
El Alma
Aristóteles considera al ser humano una combinación de materia (cuerpo) y forma (alma), siendo esta última el principio vital que permite vivir, percibir y pensar. Para Aristóteles, el alma no existe separada del cuerpo, sino que es su esencia, y ambos constituyen una sola sustancia natural. El alma es el acto del cuerpo, actualizando sus potencialidades para realizar las funciones propias de un ser vivo.
Aristóteles clasifica tres tipos de alma:
- Vegetativa (propia de las plantas, responsable de la nutrición y reproducción)
- Sensitiva (presente en los animales, permite percepción y movimiento)
- Racional (exclusiva del ser humano, con capacidad de entendimiento y voluntad)
Así, define al ser humano como un animal racional y también un animal político por su naturaleza social.
En cuanto a la inmortalidad, Aristóteles niega que el alma sea inmortal, aunque menciona una función del alma, el intelecto agente, que considera separado, inmortal y eterno, generando preguntas sobre su relación con lo divino o con Dios.
Ética
En Ética a Nicómaco, Aristóteles presenta su visión teleológica de la moral: el bien y el fin último del hombre son el mismo, y este fin es la felicidad (eudaimonía), que consiste en vivir conforme a la virtud (areté). Aristóteles rechaza placeres y riquezas como fines, ya que la felicidad debe ser una actividad propia de la naturaleza humana, basada en la razón y la virtud.
Distingue entre virtudes intelectuales y morales:
- Virtudes intelectuales: como la sabiduría y la prudencia, pertenecen al razonamiento.
- Virtudes morales: como la templanza o la generosidad, son hábitos adquiridos por repetición y representan un término medio entre excesos y defectos.
La justicia, una virtud moral clave, se divide en distributiva, correctiva y conmutativa, y se define como un equilibrio entre tratar injustamente a otros y permitir que otros nos traten injustamente.
La felicidad perfecta, según Aristóteles, se alcanza en la contemplación, actividad propia de la parte más noble del alma, pues en el ejercicio de la sabiduría el ser humano se acerca a lo divino. Aunque la felicidad completa es teórica, también existe una felicidad práctica alcanzable mediante la vida en virtud moral, con el apoyo de bienes externos, salud y amistad.
Política
En Política y las Constituciones, Aristóteles expone su visión de la sociabilidad natural del ser humano, considerando que el hombre es un animal político que solo puede realizarse plenamente en comunidad. Argumenta que la sociedad no surge de un acuerdo entre individuos aislados, sino que es anterior al individuo y fundamental para su desarrollo. Según Aristóteles, el lenguaje es una prueba de esta naturaleza social, pues su función radica en la comunicación en sociedad.
La familia es la base de la comunidad política y se estructura en relaciones naturales, como la de esposo-esposa, padres-hijos y amo-esclavo, donde cada relación supone una jerarquía natural. La sociedad y el Estado, según Aristóteles, buscan el bien común y deben establecer leyes justas para alcanzar el bien moral e intelectual de los ciudadanos. Critica la esclavitud por conquista, aunque defiende una esclavitud «natural» de aquellos nacidos para obedecer.
Aristóteles distingue tres formas buenas de gobierno:
- Monarquía
- Aristocracia
- Democracia o politeia
Y tres formas degeneradas:
- Tiranía
- Oligarquía
- Demagogia
Basándose en si el gobierno busca el bien común o el propio interés. La democracia moderada es preferida por Aristóteles, ya que valora la participación ciudadana, una clase media dominante y la rotación en el poder para evitar conflictos. Difiere de Platón en aspectos como la propiedad privada y el concepto de familia, que considera esenciales y naturales. Para Aristóteles, la educación debe estar en manos del Estado y formar a ciudadanos virtuosos que puedan desempeñar roles en la defensa y el gobierno, asegurando así la estabilidad y el florecimiento de la sociedad.