Izuzquiza: “Filosofía del presente”
La democracia como “aire del tiempo”:
Actividad profesional, quienes participaban en las actividades políticas debían tener sus propias rentas, y sólo la podían desempeñar los ricos.
Cosas de políticos: desinterés y rechazo, uno de los problemas es la falta de participación de los ciudadanos y su desinterés en la actividad política.
Sociedad diferente:
La gran transformación, papel de la mujer, la estructura familiar queda transformada por este cambio, pero esta sigue siendo víctima de la violencia física y económica.
El acceso a la riqueza se puede acceder a la riqueza por amplias capas de la sociedad, además, ha aumentado la diferencia con los países pobres.
El estado de bienestar se basa en el reparto de riqueza e igualdad de acceso a una serie de bienes básicos.
Pero plantea problemas, reducción de las inversiones sociales del estado; y hace pensar que la culpa de lo adverso siempre la tienen los demás.
El triunfo de la ciudad: un mundo urbano.
Un peculiar infierno, la aglomeración, la contaminación, desigualdad, delito, violencia, soledad y dolor. Y son problemas de organización.
La ciudad y el campo “urbanizado”, lo urbano es el triunfo sobre lo rural. Desea un campo con comodidades urbanas. Una aburrida uniformidad, todo parece igual. Aburrimiento uniforme, la uniformidad está impulsada por la convergencia de la economía, industria y tecnología.
Un exotismo de pacotilla, la monotonía ha desterrado la diferencia.
El poder mediático:
Se sustenta en 3 pilares, formar un espacio de selecciones; construir la fama y la memoria y crear formas de presencia.
Los medios nunca recogerán lo verdaderamente exótico, lo importante es algo que se pueda contar.
La fragilidad del individuo:
Sujeto de derechos, la conquista de la democracia ha supuesto una atención especial al individuo como sujeto de libertades y derechos.
El universo de lo privado:
Abunda la reflexión sobre el sentido del sujeto individual. La “necesidad” de ser felices, calidad y felicidad han sido objetivos constantes. El universo del ocio, saber perder el tiempo, más tiempo libre y aprender a estar sin hacer nada. Entender el ocio como una actividad diferente y soportarse a sí mismo. La falacia ecológica, miembros de una masa, admite su importancia (individuo), pero queda anulada al tratar a este como objeto prescindible. La cultura como bien de consumo:
La cultura como “barniz” de buen tono, esta recoge diferentes tipos de trabajo e inspiración. Dos culturas, alta y baja, la cultura popular (prensa) y la de la calle (por centros de investigación)
La transformación de la cultura alfabética, transformación de cultura alfabética por la de imagen. El triunfo de la imagen supone modificar los hábitos de cultura. Una agobiante producción, capacidad de asimilación de elevada cantidad de productos culturales. Tener cultura es aprender a estar consigo mismo estando en el propio tiempo.
Harris “Las vacas, los cerdos y las brujas”
Cultura de las vacas:
Los hindúes veneran a las vacas porque son el símbolo de lo que está vivo (la madre de la vida). El culto de las vacas es la causa número 1 de pobreza y de hambre en India. El amor a las vacas parece absurdo y suicida. Bueyes y macho del búfalo: Los bueyes y el macho del búfalo de agua son la fuente principal para arar los campos en la India. El déficit de animales de tiro constituye una amenaza terrible que afecta a la mayoría de las familias campesinas en la India. Agricultor que posee una vaca:
Un agricultor que posee una vaca posee una fuente para producir bueyes (por ello no la vende al matadero). Principal función económica: criar animales de tracción y producir leche. Sustitutos de tractores y fábricas:
Las vacas y los bueyes proporcionan sustitutos de los tractores (bueyes) y de las fábricas (vacas).
Boñigas:
Es el principal combustible para cocinar porque se adapta de un modo excelente a sus rutinas domésticas. Al mezclarse con agua se recubre el suelo del hogar y al secarse se convierte en una superficie. La boñiga hay que cogerla con cuidado porque tiene muchas propiedades. Las castas que comen carne suelen ser también las que trabajan el cuero, puesto que tienen derecho a disponer de la piel de las vacas muertas. La verdad sobre la vaca sagrada: Es un devorador de desperdicios. Sólo una pequeña parte del alimento consumido por la vaca proviene de pastos y cultivos reservados para su uso. Las vacas comen cualquier hierba, rastrojos y desperdicios que no pueden ser consumidos directamente por los seres humanos y los convierten en leche y otros productos útiles. El ganado vacuno convierte artículos con poco valor humano directo en productos de utilidad inmediata. El amor a las vacas: El amor a las vacas activa la capacidad del ser humano para mantenerse en un ecosistema con bajo consumo de energía, en el que hay poco margen para el despilfarro.
La eficiencia de los ganaderos indios recae en que los hombres aprovechen sus recursos y no en que los animales sean especialmente productivos. Los aldeanos no desperdician nada. El despilfarro es más bien una característica de la moderna agricultura mecanizada que de las economías campesinas tradicionales. El nivel de vida superior que poseen las naciones industrializadas no es consecuencia de una mayor eficiencia productiva, sino de un aumento muy fuerte en la cantidad de energía disponible por persona.