LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL
Este periodo del siglo XX que va desde la muerte de Fernando VII en 1833 hasta el año 1873 se caracteriza por los muchos cambios políticos que suponen el paso definitivo a un Estado liberal y la abolición completa del Antiguo Régimen en España.
Antes de morir Fernando VII promulgo La Pragmática Sanción con los que abolía La Ley Sálica que impedía reinar a las mujeres. Así, tras su muerte la heredera legal al trono era su hija Isabel. Esto derivó en un conflicto civil, ya que su tío Carlos consideraba que el tenía los derechos al trono y aglutinó en torno a su figura un grupo político, los Carlistas, cuyos principios políticos se basaban en el absolutismo político. Las “Guerras carlistas” se desarrolló fundamentalmente en el País Vasco por el amplio número de Carlistas que no querían perder el Antiguo Régimen, pues desaparecerían con el los fueros que dotaban al territorio de unos privilegios que el resto no tenía.
LA REGENCIA DE MARIA CRISTINA (1833-40)
La reina Isabel contaba con tres años cuando su padre murió, por lo que su madre Mª Cristina se proclamó regente hasta su mayoría de edad. Durante este periodo el gobierno lo ocuparon los liberales moderados. Las acciones más importantes de este periodo fueron:
Elaboración del Estatuto Real (1834) , que establecía las funciones de las Cortes pero aumentaba el poder del monarca.
La Desamortización del liberal progresista Mendizábal, con la que nacionalizó los bienes de la Iglesia para ser vendidos en pública subasta con el objetivo de conseguir dinero para poder sufragar la guerra y reducir la deuda pública. La desamortización fracasó en sus objetivos iniciales ya que a los lotes subastados no pudieron acceder los pequeños propietarios y quedaron en manos de grandes latifundistas creando un sistema de propiedad de la tierra que paralizaba cualquier intento de reforma agraria.
La Constitución de 1837. Elaborada por el gobierno tras el “motin de los sargentos de La Granja”. Las características principales de este nuevo texto constitucional eran: La soberania nacional, declaracion de derechos, Cortes divididas en dos camaras, el Congreso elegido porsufragio censitario y el senado elegido por el Rey, no establece una religión oficial y propuso la abolición de los fueros.
LA REGENCIA DE ESPARTERO (1840-43)
La victoria liberal en las guerras carlistas otorgó un gran prestigio político al General Espartero, que se convertirá en regente el año 1840, tras el exilio de Mª Cristina a Francia. Los hechos más importantes en la regencia de este general fueron el bombardeo de Barcelona, tras una insurrección popular y la abolición completa de los fueros vascos. Esto determinó su destitución como regente y el restablecimiento de los fueros en le País Vasco.
La destitución de Espartero supone el fin del periodo de regencias y el comienzo del reinado de Isabel II. (1844-68)
La década moderada. (1844-54), periodo presidido por el general Narváez, quien elaboró una nueva constitución el año 1845, más acorde a los ideales del grupo político que gobernaba en ese momento, los moderados. La nueva constitución ampliaba el poder del rey, quien compartía la soberanía de la nación con las cortes, declaraba el estado confesional, estableciendo como única religión la católica, apostólica y romana. En esta época también se recuperaron las relaciones con la iglesia, Concordato de 1851, que se habían roto con la Desamortización y la Constitución de 1837. Otras obras del periodo fueron la redacción de un Código civil y un Código penal, la reforma territorial de Javier de Burgos, la creación de la Guardia Civil y la 2º guerra carlista(1846-49).
Con un pronunciamiento militar dirigido por el general O’ Donnell en 1854, comienza el bienio progresista (1854-56) en el que la reina decide entregar el gobierno de nuevo al general Espartero. Se inhabilitó la Constitución de 1845 y comenzaron a elaborar otra que no llegó promulgarse. Otros sucesos importantes de este periodo son le Desamortización de Madoz, aplicada a los bienes de los ayuntamientos (1855) , el deseo de fomentar la industrialización y el progreso con la ley de ferrocarriles y la creación del Banco de España. Surgieron a partir del progresismo nuevas corrientes políticas como la demócrata y republicana y de esta última a su vez el socialismo y el federalismo.
El año 1856 O’ Donnell, protagonizó un nuevo golpe de Estado poniendo fin a la obra del bienio y a la presidencia de Espartero, comenzando una nueva etapa de moderantismo político (1856-1868). El nuevo presidente del gobierno fue el propio O’Donnell quien se apoyó en un partido creado por el mismo la Unión Liberal, intento de crear un partido que uniera a los liberales moderados y progresistas.
Se repuso la Constitución de 1845, volviendo de nuevo a la función política el general Narváez. La acción política de O’Donnell se centró sobre todo en la política exterior intentado crear un imperio colonial y aunar la acción política de todos los grupos para apoyar una guerra contra Marruecos, en esta guerra destacó el general Prim de ideología progresista. En el año 1866 la agudización de la crisis económica en España se tradujo en un descontento popular con la acción de los gobiernos y la propia reina. El general Prim planeaba derrocar al gobierno y para ello pactó en Ostende una alianza con los demócratas que derivó en una sublevación que comenzó en Cádiz, dando paso a la llamada “Revolución Gloriosa” el año 1868, que pone fin al reinado de Isabel II que se exilió en Francia.
EL SEXENIO DEMOCRÁTICO (1868-74)
Tras la revolución de 1868, se estableció un Gobierno provisional cuyo principal objetivo fue la elaboración de una nueva Constitución (1869). Este nuevo texto se caracterizaba por ser la primera constitución democrática pues establecía la elección de cortes, ayuntamientos y diputaciones por sufragio universal, la soberanía residía en la nación, el sistema de gobierno seguía siendo la monarquía parlamentaria y se reparte el poder legislativo en dos cámaras, el ejecutivo es para los ministros del rey y el poder judicial en los tribunales independientes. Tiene una amplia declaración de derechos.
El objetivo de los dos hombres fuertes del gobierno Serrano y Prim se centró en la búsqueda de un nuevo rey y en el desarrollo del país. Prim buscó un candidato que fuera de sangre real pero no Borbón, y después de muchas disputas entre los miembros de las cortes eligieron a Amadeo de Saboya, hijo del rey italiano. Este aceptó el cargo pero al llegar al país el 30 de diciembre de 1870, se encontró con el asesinato de Prim, su único valedor dentro del país, con la oposición de la aristocracia española, que no aceptaba un rey de sangre extranjera, los sectores industriales, el clero, los carlistas y los republicanos. Durante su reinado comenzó la tercera guerra carlista (1872-76), hubo numerosas protestas obreras y comenzó la revolución cubana. Todo esto hizo que el rey no pudiera más y abdicara en 1873 con lo que el Congreso y el Senado decidieron proclamar la I República española que tan sólo duró un año. No triunfó la República porque chocaron los republicanos unitarios y federales. Castelar giró la república hacia la derecha en un intento de recuperar el orden. La I república terminó con el golpe de estado del general Pavía apoyado en las fuerzas de la guardia Civil.