La ética y la administración
Encontramos cierta percepción general en la sociedad, según surge de los medios de comunicación, que sostiene que nos encontramos en un mundo habituado a la falta de conductas éticas en el ámbito de los negocios. La corrupción que percibe la sociedad en decisiones de negocios, tanto en el ámbito público como en el privado, permitiría suponer que los actores económicos encargados de esas decisiones tienen una conducta ética no adecuada. Esta falta de conducta ética puede manifestarse en múltiples formas, entre ellas:
1)Incumplimiento de contratos y otros engaños, por ejemplo, en publicidad
2)Acciones de colusión y acuerdos de precios que vulneran la competencia
3)Corrupción, por ejemplo, en contrataciones, tanto en el ámbito público como en el privado.
4)Cuestiones conocidas como de responsabilidad social empresaria. Encontramos casos a nivel internacional, como los de Tyco, Enron, WorldCom y Arthur Andersen (algunos de ellos comentados más adelante en las actividades), con fuertes castigos para los responsables, como así también sospechas sobre casos locales, que están siendo investigados por la justicia. En general, la falta de una conducta ética en los negocios tiene efectos negativos en la sociedad en su conjunto, al reducir las posibilidades de crecimiento económico. La corrupción, como uno de los extremos en los que se manífiesta la falta de conductas éticas, reduce significativamente las posibilidades de desarrollo económico al provocar inequidades distributivas. «La corrupción es una de las mayores causas de la pobreza, a la vez que representa una barrera para combatirla. Ambos flagelos se alimentan mutuamente, atrapando a las poblaciones en el circulo vicioso de la miseria. La corrupción debe ser abordada con fuerza si se busca que la ayuda al desarrollo tenga resultados para liberar a los pueblos de la pobreza.Por otra arte, múlti les estudios muestran que la inversión extranera es menor en los países percibidos como más corruptos, lo que reduce aún más las oportunidades de prosperar.Son muchas las empresas que adhieren explícitamente a un comportamiento ético, muchas de ellas (en general las más grandes y las corporaciones trasnacionales) tienen códigos éticos de conducta impresos que todos los empleados deben aplicar.No obstante, vemos que estos códigos no son siempre respetados.
Uno de los mayores motivos que originan la falta de conducta ética, creciente con el tamaño de las organizaciones, es que los distintos actores toman decisiones que demuestran una mayoralineación con objetivos personales debido a incentivos no adecuados (como, por ejemplo, la maximización de ingresos o la minimización de costos en su especifica y muy directa área de actuación o para él individualmente), aunque estas decisiones correspondan a metas intermedias mal establecidas y no resulten conducentes a los fines últimos de la organización.Al respecto Cortina manífiesta tener conciencia de los fines que se persiguen y habituarse a elegir y obrar en relación con ellos es la clave de una ética de las personas y de una ética de las organizaciones, muy especialmente de las empresa Si bien encontramos diferentes enfoques dentro de la administración y la economía, todos ellos rechazan la conducta no ética, algunos desde una visión deontológíca (por el deber ser), otros por cuestiones utilitarias, debido a los efectos nocivos que traen para el desarrollo de los negocios. Más allá de estas diferencias teóricas, todos coinciden en que la internalización de la ética, como saber práctico, en la cultura de la empresa resulta imprescindible para lograr que los objetivos de las empresas sean sustentables en el largo plazo. También cabe destacar que las doctrinas económicas, tanto de raíz liberal como socialista, destacan la necesidad de tener un comportamiento moral adecuado. Adam Smith, uno de los padres del liberalismo, señala la necesidad de garantizar la lealtad y la transparencia en las relaciones sociales, el respeto a los derechos humanos y, en general, el juego limpio.
En tal sentido destaca, en su obra Teoría de los sentimientos morales «
En la carrera hacia la riqueza, los honores, los privilegios, él podrá correr con todas sus fuerzas y tensar cada nervio y cada músculo para vencer a sus rivales. Pero si empuja o derriba a alguno de ellos, la indulgencia de los espectadores se esfuma. Se trata de una violación del juego limpio que no podrán aceptar“
Y en La riqueza de las naciones, Smíth sostiene:
“Los mercados funcionan mejor en condiciones de libertad económica basadas en ; la justicia conmutativa, cuando la gente es parsimoniosa y prudente, y cooperativa así como competitiva. Los mercados funcionan mejor cuando están inscritos en una economía política que garantiza la observancia de los derechos humanos, los pactos
contractuales y el juego limpio»Específicamente en administración, podemos mencionar que ya en 1938 Chéster l. Barnard mencíona la importancia que reside en la calidad moral en los ejecutivos y el liderazgo.»La calidad del liderazgo, la persistencia de su influencia, la durabilidad de las organizaciones relacionadas, el poder de la cooperación que atrae, todo expresa la altura de las aspiraciones morales, la amplitud de los cimientos morales»Barnard indica como concepto central del liderazgo la responsabilidad, definiéndola:
«Condición emocional que da al individuo la sensación de aguda insatisfacción debido a no hacer lo que siente que está moralmente obligado a realizar o por hacerlo que él considera que es moralmente inadecuado, en situaciones concretas“Más adelante, en 1958, Chéster l Banard señala:
«En una gran medida las decisiones gerenciales tienen relación con temas morales[…] me refiero por comportamiento moral aquel que está gobemado por creencias o sentimientos de qué es bueno o malo, independientemente del interés propio o
de las consecuencias que una decisión de ejecutar o no ejecutar acciones específicas bajo condiciones particulares“