1.2. La responsabilidad de las acciones
A la hora de actuar tenemos la libertad de elegir entre varias responsabilidades. Esto nos da responsabilidad ante nuestros actos.
Al escoger actuar de un modo y no de otro, debemos ser capaces de justificar ante nosotros mismos y ante los demás nuestra acciones. Debemos ser capaces de relacionar nuestra elección con lo preferible, lo bueno, lo correcto o lo socialmente aceptado. Tiene que relacionarse con lo “preferible”, con lo “bueno”, con lo ajustado a las normas que pactamos con los demás para poder convivir.
Si el ser humano quiere sobrevivir, no le queda más remedio que crear un mundo, espacios sociales…, en definitiva tiene que crearse a sí mismo (el ser humano tiene mucho que hacer)
Las acciones pueden ser de distintos tipos. Aristóteles distingue entre producción y acción
– La producción (poiesis) tiene como finalidad realizar un objeto exterior al agente mediante la inteligencia y la técnica. Ejemplo: fabricar un reloj para controlar el tiempo.
– La acción (praxis) no tiene otra finalidad que el obrar bien mediante la elección consciente por la cual se transforme el propio agente de la acción y la sociedad en la que vive. Ejemplo: ayudar a una persona invidente a evitar un obstáculo. Su ámbito son la ética y la política, cuyo objeto son las conductas y sus fines. Remite a la acción libre que busca la virtud.
1.4. Las normas
Para aceptar nuestras acciones como buenas, establecemos criterios o valores y actuamos de acuerdo a unas normas, que pueden ser:
-Higiénicas: relacionadas con tener una vida saludable
-Costumbres: si queremos ser aceptados como miembros de un grupo social y participar de sus tradiciones.
-Legales: regulan la convivencia de una sociedad definida. Proceden de la autoridad y con capacidad de imponer sanciones. Por ejemplo: no puedes ir a 150 km por hora en la autopista ya que el límite es 120, y si te pillan te pueden multar.
-Preceptos religiosos:si la sociedad a la que se pertenece es de carácter religioso.
-Normas morales: normas que nos damos nosotros mismos en función del tipo de personas que queremos ser y del mundo en el que queremos habitar. Nos permiten llegar a ser buenas personas. Con lo que es correcto y lo que no.
2.1. La elección del bien
Los seres humanos nos vemos obligados muy frecuentemente a elegir el bien entre posibles acciones y a justificar nuestra elección.
En general, nos guiamos por aquello que consideramos bueno. El ideal al que aspiramos en nuestras acciones es el bien.
Este se entiende de diferentes maneras:
-Algo que necesitamos o deseamos es un bien (comida si tenemos hambre). El bien último es aquello que deseamos por sí mismo y no como medio.
-El bien es lo que es más perfecto en su género (una buena casa es aquella que está bien hecha y cumple sus funciones). Aquí el bien se une al ser.
-Platón concibe el bien como la idea a la que le corresponde la máxima realidad.
-Una acción es buena cuando es conforme a un conjunto de normas reconocidas como válidas.
2.2. Moral y ética
Los códigos de normas de conducta han sido elaborados por grupos humanos a lo largo de su Historia para favorecer su convivencia.
Para considerar una acción como correcta, justa o moralmente buena debe respetar dichas normas. Son normas que nos indican lo que está moralmente bien o mal hecho.
La distinción más extendida es la que hace Aranguren:
-La moral:
Como contenido: conjunto de normas que establecen un modelo ideal de buena conducta socialmente establecido (como los usos morales en España en el Siglo XIX). También se refiere al conjunto de normas que a nivel personal rigen el comportamiento de un individuo. (“mi moral no me permite aprovecharme del débil”)
-La ética o filosofía moral:Reflexión filosófica sobre el espectro que separa lo bueno de lo malo, lo justo de lo injusto, lo correcto de lo incorrecto, etc., en el ser humano. No aporta contenido, sino reflexión sobre valores, criterios, juicios, fundamentación de las normas morales, etc. La ética también cuestiona críticamente la vigencia de las normas morales.
Tiene un carácter universalizable.
3.1. La moral hunde sus raíces en la naturaleza
La conducta del ser humano se forma a partir de 3 factores:
-Su constitución natural biología (naturaleza), común a toda especie.
-El medio natural en el que vive, (no es lo mismo nacer en un lugar con buenos recursos que en un desierto sin recursos.)
-El medio social en el que nace y crece.
Por tanto, las decisiones se sitúan en el espacio comprendido entre la apertura de las posibilidades y las restricciones, tanto por el medio natural como por el social, en combinación con nuestros deseos e impulsos, y debemos saber conjugarlos.
Las decisiones morales han de tener en cuenta los hechos basados en la naturaleza si queremos con nuestras acciones construir un mundo en el que todos los seres humanos podamos vivir con dignidad y en equilibrio responsable y sostenible con el medio natural.
3.2. ¿Nacemos buenos o nos hacemos buenos?
Temperamento: disposición particular genéticamente heredada resultante de la configuración biológica de cada individuo.
-Hábito: predisposición hacia determinadas formas de reacción adquiridas a lo largo de la vida en cooperación con el medio ambiente.
-Carácter:Los hábitos configuran nuestro yo, pues la integración de hábitos forma el carácter de una persona. Conjugación de temperamento y hábitos.
-Personalidad: Se forma mediante la repetición de acciones que decidimos llevar a cabo de acuerdo con los proyectos de vida que elegimos. Carácter + hábitos (acciones)
-Voluntad: capacidad de decidir nuestras acciones (lo dice Aristóteles) La voluntad nos lleva a querer el bien en nuestras decisiones y a esforzarnos, superando dificultades: es la fuerza de voluntad. Como decía Aristóteles, sólo el hombre cuyos hábitos son buenos puede saber lo que es el bien.