Fray Luis de Granada y Fray Luis de León: Dos Gigantes de la Literatura Española del Siglo de Oro


Fray Luis de Granada

(Luis de Sarria; Granada, 1504-Lisboa, 1588) Escritor español, destacada figura de la literatura ascética del Siglo de Oro. Confesor de duques y reyes, fue el orador sagrado más famoso de su tiempo en España y Portugal. Sus sermones, dentro del más puro estilo ciceroniano, sirvieron de modelo hasta el siglo XVIII; fue también uno de los mejores prosistas del siglo XVI en latín, castellano y portugués.

Obras destacadas:

  • Seis libros de la retórica eclesiástica (1576)
  • Libro de la oración y de la meditación (1554)
  • Guía de pecadores (1556)
  • Memorial de la vida cristiana (1561)

Procedente de una familia humilde (su madre era lavandera), sus padres fueron de los que, por disposición de los Reyes Católicos, poblaron las tierras granadinas conquistadas. Quedó huérfano siendo muy niño y entró de monaguillo en el convento de Santa Cruz de Granada de los dominicos, que habían amparado la viudez de su madre. Se dice que Íñigo López de Mendoza, admirado de los razonamientos del muchacho en una disputa infantil bajo su balcón, decidió protegerle y lo nombró paje de sus hijos, a quienes acompañó en sus estudios. También parece que en aquella ilustre casa compartió las enseñanzas del célebre maestro y humanista italiano Pietro Martire d’Anghiera.

Ingresó en el citado convento dominico en 1524 y profesó al año siguiente. Formado en el Colegio de San Gregorio de Valladolid, tuvo como maestros a famosos teólogos como Melchor Cano, Bartolomé Carranza y Diego de Astudillo, a quien años más tarde prologaría un libro. Volvió al convento granadino de su orden y años después al de Santo Domingo de Scala Dei, en tierras cordobesas, del que fue nombrado vicario en 1541. Tuvo parte activa en la restauración de este monasterio, donde conoció al maestro Juan de Ávila, cuya biografía escribiría y bajo cuya influencia de escritor y orador se formó.

Fray Luis de Granada fue prior del convento de Palma de Río y capellán y confesor de los duques de Medina Sidonia y de Alba. También fue confesor de los reyes de Portugal (don Enrique y doña Catalina). Autorizado por su orden a predicar libremente, se convirtió en el orador sagrado más prestigioso de España y Portugal. Parece ser que pasó a Portugal por orden de sus superiores para eludir las pesquisas de la Inquisición, que sospechaban en él (así como en otros ascetas ilustres) contagios de la reforma de Europa, tanto por sus sermones y escritos como por la austeridad de su vida. No obstante ser español, fue elegido provincial de su orden en Portugal y no quiso aceptar ni el obispado de Évora ni el arzobispado de Braga. Cuando el Papa le designó vicario general, Felipe II le desposeyó del cargo por su neutralidad en el pleito sucesorio del trono portugués.

Entre sus penas y errores (además de la persecución de los españolistas en Portugal por el citado motivo), estuvo el haber reconocido y defendido la superchería de una monja dominica milagrera de la Anunciata de Lisboa. Era ya muy anciano y casi no veía; pero, cuando se convenció de su equivocación, escribió, retractándose humildemente, su Sermón de las caídas públicas, sobre el escándalo levantado por las falsas llagas y fingidos milagros. Sus honras fúnebres y entierro constituyeron una exaltada manifestación de devoción popular a su persona. Había contado también con la admiración de las grandes personalidades de la vida religiosa de su época, empezando por el papa Gregorio XIII, que elogió su virtud y saber.

Fray Luis de León

(Belmonte, España, 1527-Madrigal de las Altas Torres, 1591) Escritor español en lenguas castellana y latina. De ascendencia judía, desde muy joven militó en la orden agustina.

Estudió en las universidades de Alcalá de Henares y de Salamanca, donde obtuvo dos cátedras: la primera de filosofía moral y la segunda de Sagradas Escrituras, que abandonó más tarde para dedicarse a su orden. Fue detenido por la Inquisición y encarcelado durante casi cuatro años (1573-1576) a causa de su Comentario al Cantar de los Cantares (1561), traducción al castellano del texto bíblico, entonces prohibido.

Fray Luis fue un gran humanista de espíritu cristiano y muy buen conocedor de los clásicos latinos. Destacó ante todo como prosista en castellano: su conciencia estilística, que se manifiesta en los efectos rítmicos que introdujo en su prosa, y su empeño en conseguir un lenguaje cuidado y natural lo convierten en un escritor fundamental para la consolidación de la prosa castellana.

Obras destacadas:

  • La perfecta casada (1583)
  • De los nombres de Cristo (1574-1575)

Sin embargo, su fama literaria se debe a sus composiciones poéticas, veintitrés poemas publicados por primera vez por Quevedo en 1637 en un intento de ofrecer contramodelos a la corriente gongorina.

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