Soluciones de la evaluación
1. El narrador protagonista recibe la visita del
sueco, quien inmediatamente le encañona con
una pistola al tiempo que se sienta en la cama.
Ante este gesto inesperado, el narrador reacciona
con un discurso elogioso para su interlocutor, a
través del cual intenta ganar su confianza. Sin
embargo, el sueco, lejos de deponer su actitud,
continúa firme, clavando fijamente su mirada
inexpresiva en el protagonista y abstraído en unos
pensamientos que este juzga tristes, melancóli-
cos.
Los elementos de la comunicación son :
ÎProceso comunicativo externo
Emisor: Eduardo Mendoza.
Receptor: los lectores reales del texto, en este
caso, nosotros.
Mensaje: el fragmento que acabamos de leer,
en que el narrador refiere lo sucedido durante
la visita que recibíó por parte del sueco. Y, en
sentido amplio, la novela El misterio de la
cripta embrujada.
Código:
código lingüístico escrito. Idioma
código lingüístico escrito. Idioma
español.
Canal: papel en que está impreso el texto.
Referente: el misterio al que alude el título de
la novela y con el cual ambos personajes están
vinculados.
ÎProceso comunicativo interno
Emisores: el personaje narrador y el sueco en
su breve intervención hablada, en la segunda
línea, y, a través de sus gestos y movimientos,
en el resto del fragmento.
Receptores: alternativamente, el sueco,
cuando el personaje narrador se dirige a él, y el
personaje-narrador, cuando se expresa el
sueco.
Mensaje: lo expresado por el texto, el temor
que suscita el sueco en el protagonista y la
reacción de este para ganar su confianza y
neutralizar sus gestos amenazadores.
Códigos: en el fragmento aparecen varios
códigos: el idioma español en sus variedades
escrita (testimonio del personaje como
narrador) y hablada (intervenciones de los dos
personajes en estilo directo); y los códigos
paralingüístico, cinético y proxémico (detalla-
dos en la respuesta a la actividad 5).
Canales: el aire, que transmite los sonidos
pronunciados por los personajes en el diálogo;
los cuerpos de los personajes, que emiten
gestos; y el papel, en el caso del testimonio del
personaje-narrador.
Referente: el sueco y el episodio a que da lugar
su visita.
2. De acuerdo con su intención comunicativa, de
índole estética, se trata de un texto literario
narrativo. Dependiendo de su objetivo
comunicativo, otros tipos de textos posibles
serían:
Si la intención comunicativa es informativa,
los textos pueden ser noticias periodísticas,
textos científicos o de carácter humanístico.
Si el objetivo comunicativo es preceptivo, se
distinguen textos legales, judiciales o
administrativos.
Si la intención comunicativa es persuasiva,
los textos pueden ser propagandísticos,
publicitarios o ensayísticos.
3. La intención comunicativa del protagonista
cuando emite el parlamento a que se hace
referencia consiste en ganarse la confianza del
sueco y, así, convencerle de que cambie de
actitud y no le apunte con la pistola.
4. Se mencionan signos visuales en las siguientes
frases:
«Y algo en el aspecto del sueco me decía que
estaba en presencia de un hombre de bien»
(el aspecto físico del sueco tranquiliza al
protagonista).
«El hecho de que sacara un pistolón de la
faltriquera y me encañonara con él al tiempo
que se sentaba en la cama» (expresa el gesto
de amenaza y a la vez la serenidad del sueco
al encañonar al protagonista).
«Con profusión de ademanes» (el protagonista
expresa su mensaje verbal acompañado de
abundantes gestos, que el sueco debe percibir
como el empeño que aquel pone en ser
comprendido).
«El natural recelo que inspira mi facha» (el
aspecto físico del protagonista inspira
desconfianza, tal y como reconoce él mismo).
5.
CÓDIGOS NO VERBALES
Paralingüística «Con voz temblorosa»
«dije lentamente»
«procurando vocalizar bien»
Cinética «Vacilé unos instantes, pero
acabé franqueándole el paso»
«con profusión de ademanes»
«con los ojos clavados en mí y
el rostro inexpresivo»
«el hecho de que me sacara
un pistolón de la faltriquera y
me encañonara con él»
Proxémica «Al tiempo que se sentaba en
la cama»6. Una lengua histórica es aquella que se ha
constituido con el tiempo en una unidad ideal
para todos sus hablantes y que es reconocida
como tal, tanto por estos como por los
hablantes de otras. Así, en el texto, la lengua
histórica que se emplea es la castellana.
Aparece, además, la palabra sister, que
pertenece a otra lengua histórica: el inglés.
Todas las lenguas históricas están constituidas
por un conjunto de lenguas funcionales o
variedades internas. Estas variedades dentro
de una misma lengua histórica pueden ser de
tres tipos, a cada uno de los cuales
corresponde un sistema lingüístico concreto:
Variedades diatópicas
Son las realizaciones
que adopta una misma lengua histórica en
diferentes zonas territoriales. En el texto el
protagonista se expresa en la variedad
septentrional del español peninsular.
Variedades diastráticas. Se refieren a las
diferencias de expresión observadas en los
individuos a partir de diferencias sociocultu-
rales. Se manifiesta en los niveles de lengua
o sociolectos, que pueden ser culto, común o
vulgar. Por la forma de expresarse el
protagonista, observamos que su dominio del
idioma es notable, ya que se ciñe a la
corrección sintáctica y a la propiedad léxica
acordes con la norma, al tiempo que busca
cierta originalidad expresiva que huye de la
frase estereotipada. Emplea un nivel culto
que denota el hecho de que ha recibido una
educación más allá que primaria. Ejemplos
de ello son expresiones tan precisas como
franqueándole el paso», «el interlocutor
idóneo», «esta fineza, ya algo anacrónica,
no menoscabó mi estima», «profusión de
ademanes», o «no fuera óbice», entre otras.
Variedades diafásicas. Responden a la
acomodación de un acto de habla a la
situación comunicativa. Intuitivamente, el
hablante selecciona rasgos que le parecen
adecuados a la intención de su mensaje. En
el texto de Mendoza podemos distinguir
varios estilos o registros lingüísticos, que van
desde los más elaborados y técnicos hasta
los más informales. El protagonista se
expresa en un nivel formal medio, más
acusado cuando narra que cuando reproduce
el mensaje que dirige a su interlocutor. En
este caso, al tratarse de la variedad
lingüística oral y pretender inspirarle
confianza al sueco, el hablante —que no
abandona el tono respetuoso y elevado ni el
trato de usted— se permite el uso de alguna
expresión más propia del registro familiar
(así, «facha», «malas lenguas», «nuestra
santa madre, que Dios haya en su gloria»).
7. RESPUESTA ORIENTATIVA. [Aquí tomamos como
ejemplo la palabra melancolía.
La palabra melancolía es un signo lingüístico
porque se trata de una entidad que presenta
dos caras:
Significante, compuesto por unos fonemas
que tienen una representación gráfica
dada: m-e-l-a-n-c-o-l-í-a.
Significado o imagen mental a que nos
remite, que es «tristeza vaga, profunda,
nacida de causas físicas o morales».
El concepto de melancolía no está vinculado
de forma natural, sino convencional o
arbitraria, al significante m-e-l-a-n-c-o-l-í-a.
Este es lineal, ya que como se pronuncia un
sonido detrás de otro, constituye una
secuencia temporal.
En relación con la comunidad de hablantes,
el signo es inmutable, ya que un individuo
no puede modificarlo a su gusto y tener a la
vez la certeza de que será entendido por su
interlocutor.
Sin embargo, con el tiempo, los signos
pueden modificar su significado o incorporar
otros nuevos. Así, en el pasado melancolía
remitía a uno de los «humores o líquidos
vitales del cuerpo humano», que se creía
causaban un determinado estado de ánimo
en el individuo; concretamente, significaba
«bilis negra», es decir, «mal humor».]
8. RESPUESTA ORIENTATIVA. [La palabra elegida,
melancolía, es un símbolo porque mantiene
con su referente una relación convencional,
no motivada.
Los símbolos se diferencian de los iconos en
que estos guardan cierta semejanza con el
objeto al que hacen referencia, y de los
índices en que estos mantienen una relación
de contigüidad física o una relación causal
con su referente.]
9. Las funciones del lenguaje que aparecen en
el fragmento son las que siguen:
Función referencial. Es la que predomina
en el fragmento, ya que el protagonista
nos transmite información acerca de unos
hechos que le sucedieron y pretende
hacerlo con objetividad, aportando
razones que justifican sus reacciones e
incorporando a su relato intervenciones en
estilo directo que reproducirían, por lo
tanto, literalmente sus palabras.
Función expresiva. Esta función jalona
todo el texto, pues como adopta laprimera persona gramatical para referirse
a un episodio que él protagonizó, resulta
normal que imprima en este sus propios
sentimientos y opiniones. La percibimos,
por ejemplo, en estas expresiones: «Me
dan miedo las armas»; «puedo asegurarle
[…] que no tiene usted nada que temer de
mí»; «Soy perspicaz y aunque no tenga el
placer de conocerle […] no he dejado de
advertir que es usted hombre de princi-
píos, instruido».
Función apelativa. Aparece en la primera
intervención del protagonista: en la
pregunta «¿En qué puedo servirle?».
Función poética. Se observa en la mayor
parte del fragmento debido a la elabora-
ción con que este se presenta, que denota
una intención estética. A pesar de que el
sueco puede no entender al protagonista
narrador (parece que ni siquiera le
escucha), el protagonista manifiesta un
interés especial en quedar como un
hombre educado, culto y fino; es decir,
quiere causar una buena impresión. Y ese
afán prevalece en todo su testimonio.
Las funciones que no aparecen en el texto
son la función fática y la función metalin-
güística. Resto, RESPUESTA ORIENTATIVA. [Un
ejemplo de cada una de ellas sería:
Función fática. ¿Oiga, hay alguien?
Función metalingüística. La palabra
inglesa sister significa «hermana».]
10. RESPUESTA LIBRE. [Deben tenerse en cuenta las
páginas 9, 10 y 11 del Libro del alumno.]
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