Fundamentos de la Ética Humana: Una Dimensión Inexcusable
La acción ética o moral se orienta a nuestra realización como seres humanos. Al hacernos libres y estar siempre eligiendo lo que somos, somos morales. La filosofía moral aclara cómo podemos ser humanos de la mejor manera. La moralidad es una dimensión constitutiva del ser humano. Somos morales aunque no queramos, porque somos humanos. Nuestra naturaleza se gestó como moral cuando alcanzó la racionalidad en el proceso de humanización.
La moral es una creación de la inteligencia: el ser humano es el más necesitado y menos adaptado que cualquier animal. Los instintos animales ceden el paso a respuestas inteligentes que son inciertas o arriesgadas. El humano necesita acomodarse al medio ambiente y a los otros. La moral es una creación colectiva: es resultado de una interacción en la que nuestra subjetividad se amplifica, quien ya no es un mero estímulo ni una simple cosa, sino un sujeto con quien crear. Y nuestra plenitud, la felicidad, se encuentra en el universo de lo personal. La dignidad es este modo de ser persona nacido en libertad. Es la razón del respeto incondicional del ser humano.
La Estructura Moral
Toda acción moral consta de motivación e intención: los aspectos en los deseos y las tendencias nos mueven a obrar ante la presencia de estímulos externos, a esto le llamamos talante. A partir de aquí, elaboramos racionalmente nuestros fines objetivos y escogemos los medios adecuados para alcanzarlos. Es tan importante que los fines respondan a lo que queremos como que los medios sean los adecuados.
El proceso de deliberación y elección: la conciencia moral analiza la convivencia de los fines y los medios, y los valores de acuerdo con una serie de normas. Una buena elección puede producir efectos contrarios a los pretendidos. La acción humana va acompañada de sentimientos, que nos han ayudado en el reconocimiento del bien; toda acción despierta sentimientos de aprobación o desagrado. La acción ética transforma a quien la realiza. La continuidad de los actos crea en nosotros un hábito, llamado vicio, y el conjunto de estos hábitos forma el carácter moral. De este modo de ser, el objeto de la ética, es la vida entera.
Relativismo y Exigencia de Universalidad
Cada persona y cada sociedad tiene su propia moral. Algunas teorías consideran que las normas morales son un producto social. Desde el relativismo moral, no hay ningún valor universal por encima de las normas particulares de cada persona o de cada pueblo. Los sofistas concebían las normas morales como resultado de una convención o acuerdo de los ciudadanos, llegando a oponer las normas morales con la ley natural universal. Hay diferencias morales que dependen de la sociedad o de la cultura en que se vive. Nadie tiene acceso absoluto a la verdad, nadie puede presentar como absoluta su moral.
La Conciencia Moral
Las razones del bien se expresan en la conciencia moral. La conciencia es la razón en su función de discernir y valorar. La conciencia responde al yo libre. Es la persona quien, de forma autónoma, reconoce y se apropia los valores guiada por la razón y la sensibilidad moral, emitiendo juicios morales o de valor, a los que damos un carácter imperativo por su validez universal. La prudencia analiza las situaciones y aplica esos principios generales. Una ética define el deber como la vinculación que la persona establece entre sus fines y los medios para lograrlos. La responsabilidad es la otra cara de la libertad.
Algunos psicólogos:
- Piaget: La maduración moral consiste en aprender a decidirse por uno mismo y teniendo en cuenta a los demás.
- Kohlberg: El individuo evoluciona desde la motivación por el miedo hasta regirse por principios universales de justicia.
La Libertad: Una Exigencia de la Moralidad
La moralidad es la libertad que es la responsabilidad. Mi libertad termina donde empieza la tuya. El significado de libertad es hacer lo que uno quiere, pero el libertinaje es hacer lo que a uno le da la gana. La libertad es un presupuesto necesario de la acción moral. Sin libertad no puede haber moralidad ni responsabilidad. Es difícil determinar qué es la libertad. A primera vista es hacer lo que uno quiere, ello ha llevado a que la libertad sea un concepto límite que expresa la naturaleza incomprensible del ser humano.
Libertad moral o interna: También llamada libertad de querer. Es la capacidad de elegir algo pudiendo haber elegido otra cosa.
Libertad y Moralidad
El proceso en la libertad se interpreta como una recuperación de un sujeto activo en una sociedad abierta, como una liberación política y social. Ya no es sólo la capacidad de responder ante el deber, sino una tarea creativa ante los dilemas del mundo. La superación de la apatía cívica y el deseo del bien se convierten así en la cooperación por un mundo más justo junto con un grupo. La responsabilidad convierte al individuo en ciudadano, alguien que participa en el discurso colectivo sobre la justicia y la alienta con sus valores e ideales. Civilidad o práctica virtuosa de la ciudadanía.
La Sinrazón del Mal
El mal está demasiado presente en nuestra sociedad, a veces, nos estremece tanto por su cantidad como por su causalidad. El mal moral es aquel que brota de nuestras decisiones: por traición o crueldad, pone en cuestión el sentido de la libertad. El mal moral es fruto de la ignorancia, y la moral es algo que se puede aprender. San Agustín decía que el mal es la ausencia del bien y no tiene entidad por sí mismo. El mal es inseparable de la armonía del mundo. Entendida la libertad como liberación, la reducción del mal es una de sus tareas. Educar la conciencia crítica se convierte en exigencia de una libertad.
Dos Formas de Ética: Material y Formal
Las éticas veteranas son más materiales, las éticas autónomas formales. Sin embargo, la autonomía absoluta es imposible.
Éticas Materiales
- Aristóteles: El objetivo del hombre es la felicidad, la actualización de la tendencia natural que caracteriza al ser humano: la razón. La felicidad requiere bienestar corporal y social, ya que también tenemos otras necesidades. Las acciones adquieren bondad en la medida en que se orientan a este fin último, y su repetición va formando los hábitos: si son acciones buenas se consolida una virtud, si son malas un vicio.
- Epicuro: El bien y la felicidad consisten en la búsqueda del placer y la evitación del dolor. Los placeres más conformes con la naturaleza humana son más consistentes que los que satisfacen los instintos.
- Bentham y Stuart Mill: Identifican el bien con la utilidad. El valor moral reside en el logro de la máxima felicidad para el mayor número de personas.
- La ética material de los valores: Critica el informalismo e intenta dar contenido a la acción moral, pero sin perder universalidad. Los valores son cualidades ideales de las cosas, pero objetivas.
Éticas Formales
Formalismo kantiano: Rechaza las éticas anteriores a él. Esencialmente, se quedaban en el contenido de la acción y dependían de la experiencia para establecer su último fin. Una moral universal tiene que ser formal, vacía de contenidos empíricos, esto es, la experiencia. La bondad de la acción se decide por sí misma, sin tener otra cosa en cuenta que el cumplimiento del deber. Una persona puede hacer cosas en contra del deber y acordes con él. Esta última forma es correcta, pero no es suficiente si no se realiza con la intención de cumplir el deber. El deber puede realizarse interesadamente, y entonces la acción no es propiamente moral.