LA GENERACIÓN DEL 27 Y FEDERICO GARCÍA LORCA
En torno a la 2º década del s. XX, los nuevos caminos poéticos preparan el ambiente para que surja un grupo de jóvenes poetas que realizarán una síntesis entre tradición y vanguardismo. Se le conoce con el nombre de Generación del 27.
CARACTERÍSTICAS
Entre sus preferencias caben desde la sencillez lírica de la poesía popular hasta la complejidad vanguardista. Aunque no hay un estilo común, cada uno de ellos cultiva poesía compartiendo rasgos comunes. El aspecto más notorio es su original síntesis entre tradición y renovación. Reciben influencias de las vanguardias de los maestros inmediatos como Ortega y Gasset, JR Jiménez. Respetan a autores anteriores como Unamuno, Machado, Darío. Es clara la influencia de Bécquer en algunos, su admiración por Góngora, además admiran la poesía popular. En métrica, sienten veneración por las formas tradicionales, adquiere un amplio desarrollo el verso libre y el versículo. Los temas son variados: por un lado utilizan temas relacionados con la técnica, lo moderno, por otro lado recuperan temas tradicionales: el amor que da sentido a la vida, preocupaciones sociales: el destino, frustraciones, la angustia existencial: el sentido trágico de la vida y la muerte. En todos se observa una síntesis entre ciertos polos: entre lo intelectual y lo sentimental, entre la pureza estética y la autenticidad humana que irá en aumento, entre lo universal y lo español y en casi todo hay una apertura del yo al nosotros.
ETAPAS
1º etapa: En sus inicios se distinguen tonos becquerianos. Más tarde el influjo de las primeras vanguardias y de JR Jiménez. Es el momento de la poesía pura y deshumanizada. Pero lo humano aparece bajo la influencia de la lírica popular.
2º etapa: Se inicia el proceso de rehumanización que intensifica el compromiso social de los poetas del 27 y el interés por la lírica de Machado. Esto coincide con la llegada del Surrealismo, sobran importancia los sentimientos. Es una poesía humana apasionada y con acentos sociales y políticos.
3º etapa: El grupo se dispersa, Lorca muere: algunos permanecen en España y otros se exilian. Sin embargo, ninguno abandonará la poesía humana agudizada por el sufrimiento de la guerra y sus consecuencias inmediatas.
Autores de la Generación del 27
Pedro Salinas: Considera la poesía como un modo de acceder a la esencia de las cosas y experiencias vitales. Sus características son: la autenticidad, la belleza, el ingenio, los versos cortos pero suele renunciar a la rima.
Jorge Guillén: Busca la esencia de las cosas con un lenguaje elaborado condensado que renuncia a la musicalidad fácil. Destaca: Cantico, expresión del entusiasmo ante el mundo y la vida.
Gerardo Diego: Presenta 2 direcciones: la poesía vanguardia y la poesía clásica. Versos humanos que presentan el amor, lo religioso y lo humano. Variedad, gracia y perfección es la síntesis entre renovación y tradición.
Dámaso Alonso: Poeta, investigador y crítico literario. Constituye un grito de protesta contra la crueldad, la injusticia y ‘podredumbre’ que le rodea. Una serie de preguntas angustiadas a Dios sobre el sentido de la vida y la mísera condición humana.
Vicente Aleixandre, Rafael Alberti: Se sustentan en la irreprimible nostalgia de aquello que han perdido con los años.
Luis Cernuda: El centro temático de su obra es el conflicto entre su deseo de realización personal y los límites impuestos por el mundo que le rodea. Otros temas: la soledad, el ansia de belleza perfecta, el amor. Cultiva versículos llenos de imágenes para ceñirse al lenguaje hablado y de tono coloquial.
Federico García Lorca: Producción poética
Sus primeras obras quedan recogidas en el Libro de Poemas. En ellas está presente la influencia de Bécquer, Machado y JR Jiménez. El contenido es variado. En 1931 publica Poema del Cante Jondo. Con Romancero Gitano alcanza gran éxito. En 1940 publica Poeta en Nueva York.
Obra teatral
El teatro lorquiano puede llamarse con propiedad poético por la raíz poética de la que nacen sus argumentos y su lenguaje. El tema dominante siempre es el mismo, un tema presente en sus libros es: el enfrentamiento entre el individuo y la autoridad. El individuo tiene como armas el deseo, amor, libertad, pero es derrotado por la autoridad, es decir el orden, el sometimiento. En sus obras predominan los personajes femeninos.
Clasificación del teatro de Lorca
Su primer intento dramático, ‘El manifiesto de la mariposa’, resultó fallido.
Las farsas: ‘Tragicomedia de Don Cristóbal y la Señá Rosita’ es una farsa de guiño. Esta línea teatral de las farsas tiene otros ejemplos, son ‘La zapatería prodigiosa’ y ‘Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín’. Las dos son piezas que provocan una risa amarga a partir del tema tradicional de la mujer casada con un hombre viejo.
El teatro lírico: ‘Mariana Pineda’ supone la primera tentativa de acercamiento al drama lírico, al representar la historia de la heroína ajusticiada por bordar una bandera republicana en la época del absolutismo.
El teatro surrealista y comprometido: ‘El paseo de Buster Keaton’ anuncia el giro hacia el surrealismo. Dos obras testimonian este giro: ‘El público’ y ‘Así que pasen cinco años’. La primera despliega la historia de un amor homosexual; la segunda es ‘una comedia imposible’ que anula las convenciones espaciales y temporales del teatro realista. El humor, el lirismo y un ambiente onírico e ilógico son las características dominantes de esta ‘leyenda del tiempo’.
Los dramas rurales
Las obras más importantes de Lorca forman la llamada trilogía rural: ‘Bodas de sangre’, ‘Yerma’ y ‘La casa de Bernarda Alba’. Las tres presentan rasgos comunes: la índole de los problemas tratados, la mujer como protagonista, la ambientación en el campo andaluz y el desenlace trágico. ‘Bodas de sangre’ representa los preparativos de una boda entre el novio y la novia. ‘Yerma’ trata el drama de la mujer estéril. ‘La casa de Bernarda Alba’ es un drama muy intenso, es la obra cumbre de Lorca en la que el lenguaje adquiere un acento poético difícilmente superable.
NUEVOS MODELOS NARRATIVOS EN LA 2º MITAD DEL S. XX. GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
En la inmediata posguerra domina un ambiente de desorientación total. La familia de Pascual Duarte de Cela inaugura el tremendismo literario. Carmen Laforet publica ‘Nada’, novela que inicia la novela existencial. Así, la novela de la posguerra describe el amargo vivir cotidiano destacando el malestar y la angustia de la sociedad. Sus personajes son marginados, angustiosos e insatisfechos, son poco innovadores, el protagonista es individual y el lenguaje está elaborado con el propósito que sirva para expresar el fondo existencial. Obras importantes: ‘La sombra del ciprés es alargada’ de Delibes, ‘El fulgor y la sangre’ de Aldecoa. En la década de los 50 sus novelas dejan a un lado la angustia existencial denunciando las injusticias sociales. ‘La colmena’, ‘El camino’ refleja con cierta simpatía un estilo sencillo, el paisaje de una aldea castellana. En 1954 se inaugura la novela social con autores como Carmen Martín Gaite, Sánchez Ferlosio. En los temas se produce un desplazamiento del interés de lo individual a lo colectivo. Obras: ‘Dos días de septiembre’, ‘La colmena’, ‘Tormenta de verano’. En cuanto a técnicas y estilos, a él se subordinan las técnicas elegidas. La estructura del relato suele ser sencilla: narración lineal con descripciones ambientadoras. Ejemplo de esta técnica: ‘El Jarama’ de Ferlosio.
Los novelistas del exilio
Francisco Ayala (‘Muertes de perro’), Ramón J. Sender escribió ‘Requiem por un campesino español’. Arturo Pérez, Rosa Chacel autora de ‘Memorias de Leticia Valle’. Dos factores marcan la narrativa de los 60: el cansancio del realismo social, la influencia de los grandes innovadores. Grandes novelistas europeos y americanos someten a una renovación los elementos de la novela tradicional. Las innovaciones técnicas son intensas. El argumento, en la estructura externa encontramos secuencias en lugar de capítulos. Desaparece el orden cronológico y aparece la técnica del contrapunto que consiste en presentar varias historias que se combinan y alternan. Cuando son muchas las anécdotas y personajes, se habla de técnica caleidoscopio. Se busca el personaje colectivo. Las personas de la narración pueden variar. El diálogo es poco habitual, las descripciones adquieren valor por sí mismas y renovación del lenguaje literario. La verdadera renovación llega en 1962 con ‘Tiempo de silencio’ de Luis Martín Santos. Destacan: Miguel Delibes, con ‘Cinco horas con Mario’ y ‘Parábola de náufrago’. Los autores más importantes de los años 60 son: Juan Marsé con ‘Últimas tardes con Teresa’, Juan Benet con ‘Volverás a la región’ y Juan Goytisolo con ‘Señas de identidad’.
La novela a partir de 1975
Los novelistas enlazan con la renovación iniciada por los escritores anteriores, predomina lo imaginativo, lo onírico, lo absurdo y en consecuencia hay un alejamiento de lo real. Poco después comenzará a absorberse una moderación de los experimentos. Los temas recogen aspectos como el desencanto, las preocupaciones existenciales, la intimidad, la soledad. Autores importantes: Luis Goytisolo con una tetralogía llamada ‘Antagonía’, Eduardo Mendoza con ‘La verdad sobre el caso Savolta’, Julio Llamazares con ‘Lluvia amarilla’, José María Merino con ‘El cadero de oro’.
La novela hispanoamericana
Aparición de temas urbanos, junto con los temas rurales antes dominantes, los problemas del hombre contemporáneo, sus deseos y sentimientos, la fantasía, reciben influencias de las vanguardias, lenguaje brillante y barroco cargado de sugerentes imágenes. Autores más importantes: Borges, Miguel Ángel Asturias, Alejo Carpentier y Juan Rulfo. Se encuentran rasgos comunes en la narrativa hispanoamericana: el subjetivismo, rechaza el narrador omnisciente a favor de el narrador en 1º persona, se caracteriza por la variedad de las perspectivas, la ruptura de la linealidad temporal, variedad temática: recogen la realidad hispanoamericana, es recurrente el tema de la soledad, la incomunicación, la sexualidad, la preocupación por los aspectos formales: se complican las estructuras. Manifiestan interés por la experimentación lingüística. Buscan un lenguaje anticonvencional y auténtico que busca sugerir.
Gabriel García Márquez
Autor más representativo del momento, autor de obras como ‘La hojarasca’, ‘El coronel no tiene quien le escriba’, ‘Cien años de soledad’, ‘El amor en los tiempos de cólera’. ‘Cien años de soledad’ es una de las novelas más representativas, está constituida como una sucesión de episodios perfectamente hilvanados. Dos son los rasgos característicos de este autor: la imaginación creadora y el don de contar. Su estilo se caracteriza por una prosa riquísima, fluida en la que destaca sus hallazgos expresivos.