Glosario de Términos Históricos de España


Términos del Antiguo Régimen y la Restauración

Foro

Tipo de contrato, esencialmente agrario, de larga duración, por el que una persona o institución propietaria cede a otra el uso y disfrute de un bien, generalmente una tierra, a cambio de una serie de obligaciones: cuidarla, pagar la renta establecida (fija o proporcional pero casi siempre en especie), comunicar los cambios… De esta forma se establece una relación mutua entre el que concede el foro (dominio directo) y el concesionario (dominio útil); este último tiene garantizada su estabilidad en el cultivo de la tierra, al tiempo que adquiere ciertos derechos sobre el bien aforado. La complejidad de los foros es enorme porque los bienes aforados podían, a su vez, ser subaforados.

Sufragio Censatario y Universal

El sufragio es el derecho político que permite elegir, mediante el voto, a los cargos públicos electos. El censatario limita este derecho a los ciudadanos incluidos en el censo en función de un determinado nivel económico y social, mientras que el universal solamente establece la condición para votar de la mayoría de edad. En España, el censatario fue defendido por los liberales y el universal por los demócratas. La Constitución republicana de 1931 estableció el derecho de voto de las mujeres.

Ludismo

Movimiento de protesta de los trabajadores, en los inicios de la revolución industrial, caracterizado por la destrucción de máquinas y fábricas a las que culpaban de dejarlos sin trabajo. Recibe este nombre por Ned Ludd, un obrero británico a quien se le atribuye la primera destrucción de telares mecánicos en 1779. En España una de las primeras acciones ludistas fue la quema de la fábrica Bonaplata en Barcelona en 1835.

Reservista

Soldado que, una vez cumplido el servicio militar obligatorio, pasaba a la reserva, incorporándose a la vida civil pero siguiendo a disposición del ejército.

Caciquismo

Práctica política que en España controlaba las elecciones gracias a la figura del cacique, persona que dominaba el poder local y controlaba los votos de su territorio valiéndose de su poder económico, estatus social o influencias. El caciquismo hizo posible la fraude electoral masiva existente en el sistema de la Restauración borbónica.

Pucherazo

Uno de los métodos de manipulación electoral empleado durante la Restauración borbónica, para permitir el triunfo de un determinado candidato. Consistía en la sustitución en el puchero (urna electoral) de los votos ya emitidos por otros favorables al candidato que se deseaba que saliese elegido, o en la modificación del acta del recuento de los votos.

Protectorado

Tipo de colonia que conserva, para los asuntos internos, sus propias autoridades, pero estas están sometidas a la metrópoli.

Pistolerismo

Práctica empleada por los empresarios consistente en contratar a pistoleiros y matones para matar o dar palizas a destacados sindicalistas con el objetivo de frenar sus reivindicaciones.

Estraperlo

Especie de ruleta trucada inventada por Strauss y Perlo que proporcionaba grandes beneficios a sus propietarios. Lerroux y varios familiares próximos fueron acusados de estar beneficiándose, lo que originó un escándalo que le costó la presidencia de gobierno.

Morgado

Institución destinada a perpetuar el poder territorial de los señores, por la que solo heredaba las propiedades el primogénito, que las tenía que transmitir de forma íntegra a su heredero. De este modo se vinculaba el título nobiliario con la propiedad territorial.

Regalismo

Doctrina política y jurídica que afirmaba la superioridad de la autoridad de los reyes sobre la Iglesia del territorio sobre el que reinaban; busca crear una Iglesia sometida al rey, poder influir en el nombramiento o elegir los titulares de los altos cargos eclesiásticos, así como autorizar la publicación y divulgación de los escritos papales en el propio reino.

Ilustración

Movimiento cultural e ideológico, característico de la Europa del siglo XVIII, que defendía, tanto la capacidad de la razón humana para descubrir la verdad y las leyes de la naturaleza, como la necesidad de proponer y realizar reformas con el objetivo de incrementar el bienestar material del país, mejorar la sociedad y alcanzar la felicidad personal. Las nuevas ideas, aceptadas y desarrolladas por una minoría de personas (oficiales de la Administración, clérigos, nobles, comerciantes) tuvieron una enorme influencia política.

Remensa

Nombre que recibían los campesinos catalanes que estaban sujetos al pago de numerosos impuestos y servicios y no podían abandonar la tierra en que vivían sin pagar previamente a los señores su redención (remensa).

Mans Mortas

Denominábanse así los bienes inmuebles que pertenecían a la Iglesia a perpetuidad por cesión que los fieles hacían de sus bienes en sus testamentos a cambio de beneficios para su alma. No podían ser vendidos ni alienados.

Pronunciamiento

Levantamiento de parte del ejército, contando con el apoyo de un determinado sector de la sociedad, que “se pronuncia” a favor del cambio del sistema político vigente. Fueron frecuentes los que defendían el liberalismo frente al absolutismo de Fernando VII y los que defendían el liberalismo progresista frente al conservador en el reinado de Isabel II.

Ciudadanía

Condición que reconoce a una persona libre y le ofrece una serie de derechos y deberes político-sociales en la sociedad en la que vive. En los derechos políticos destaca el de poder intervenir en el gobierno con el voto.

Milicia Nacional

Fuerza cívico militar creada por las Cortes de Cádiz para mantener el orden público. Fue empleada por los gobiernos liberales progresistas y suprimida por los absolutistas y liberales moderados.

Masonería

Asociación secreta de personas que traman contra el gobierno, apoyado por el ejército liberal se organizan en grupos nombrados «logias». Su divisa es «Libertad, igualdad, fraternidad».

La Guerra Civil Española (1936-1939)

Trazos Generales de la Guerra Civil

Este conflicto está caracterizado por diferentes trazos:

  • Una guerra ideológica presentada como un enfrentamiento entre el fascismo y la democracia, entre la civilización cristiana y el comunismo.
  • Una guerra que implicó a toda la población, ya que participaron todos los sectores de la sociedad. En el bando nacional el ejército se convirtió en la columna vertebral de la sociedad, mientras que en el republicano, debido a la fragmentación del poder del Estado, fueron las organizaciones obreras las que actuaron como canal de la movilización popular. La mujer participó activamente en el conflicto, pero con distinta función: en el bando nacional, desempeñó tareas vinculadas con el auxilio social, atención a los heridos, confección de ropas para el ejército…, en el bando republicano, además de ejercer funciones semejantes a las del bando nacional, la novedad fue la presencia de milicianas en la frente bélica, especialmente en los inicios de la guerra.
  • Una guerra que presenta trazos de combate social y de lucha de clases, por el enfrentamiento entre grupos: obreros contra patrones, jornaleros contra grandes propietarios.
  • Una guerra que militarmente mezcla formas de combate arcaicas con otras nuevas: el combate cuerpo a cuerpo, la ocupación del terreno palmo a palmo, el escaso equipamiento del soldado, las trincheras… contrastan con la movilidad de algunas acciones, con el combate de tanques y carros blindados y con los bombardeos a la población civil.

En el bando republicano la guerra tuvo también un elevado componente popular y revolucionario favorecido por la descomposición del ejército. El pueblo, a través de las organizaciones obreras, tomó las armas, creó sus propias milicias populares y marchó a combatir a las frentes, pero con escasa organización, disciplina y estrategia. Las necesidades del combate trajeron consigo tanto la unificación y coordinación de las milicias en un nuevo ejército popular como la aparición de numerosos mandos procedentes de las filas obreras (Durruti, Líster…).

La Guerra Civil española tuvo lugar en España entre 1936 y 1939 entre el bando republicano y el nacional, que estaba dirigido por Franco. El presidente de España era Manuel Azaña, un republicano elegido democráticamente. Parte del ejército español estaba asentado en Marruecos, varios generales más influyentes, con Franco a la cabeza, dieron el Golpe de Estado, que fracasó en su intento inicial y dio inicio a la Guerra Civil.

Tradicionalmente la Guerra Civil española se considera como un antecedente de la Segunda Guerra Mundial (1939-45), no solo por sus implicaciones políticas, sino que también por los trazos que caracterizan el conflicto.

La Internacionalización del Conflicto

La guerra originó implicaciones internacionales inmediatas. Las tensiones políticas e ideológicas existentes en los países europeos se vieron reflejadas en los acontecimientos que se vivían en España, y tanto los gobiernos como la población tomaron posición a favor o en contra de la rebelión. Los dos bandos enfrentados pidieron ayuda en material bélico: el Gobierno de la República, a Francia; Franco y Mola, a Hitler y Mussolini.

Ayudas en el Bando Nacional:

Potencias fascistas intervinieron en el conflicto apoyando a los sublevados por una mezcla de motivos ideológicos y políticos: Alemania, Italia y Portugal.

Ayudas en el Bando Republicano:

Fundamentalmente ayuda de la URSS: Francia, Gran Bretaña, México, Unión Soviética y las Brigadas Internacionales.

Finalmente, Franco ganó la guerra y se instauraron cuarenta años de dictadura franquista.

Trazos Característicos del Antiguo Régimen

La denominación de Antiguo Régimen fue acuñada por los revolucionarios franceses para referirse al sistema político y al modelo de sociedad existente en Francia antes de 1789. Por extensión, se emplea este nombre para calificar los trazos característicos de la sociedad europea que se inició en el siglo XVI y alcanzó su plenitud en el siglo XVIII.

1. Sistema Económico Predominantemente Agrario

  • Las actividades agrícolas y ganaderas eran la principal fuente de riqueza, y en ellas se ocupaba la mayoría de la población.
  • Eran actividades básicamente de subsistencia, es decir, las producciones estaban destinadas a cubrir las necesidades de los campesinos (alimentación y semilla) y para pagar los numerosos impuestos que recaían sobre ellos.
  • La mayor parte de los excedentes agrarios estaban destinados al pago de rentas a los propietarios de la tierra, rentas que estos gastaban en productos suntuarios y de lujo, en lugar de hacerlo en inversiones que permitiesen la introducción de innovaciones.
  • Las técnicas e instrumentos agrícolas eran rudimentarios; los sistemas de cultivo más frecuentes eran de carácter extensivo (rotación bienal o trienal con barbecho).
  • Los rendimientos eran bajos y, en muchos casos, no cubrían las necesidades alimenticias básicas de una parte de la población.
  • Las innovaciones (del instrumental, de las técnicas agrícolas y de los nuevos cultivos) fueron escasas, salvo en algunas zonas debido a la introducción del maíz (en el siglo XVII) y de las patatas (finales del siglo XVIII) en Galicia y en la cornisa cantábrica, y a la extensión del regadío, de la vid y de la morera blanca (necesaria para la cría del gusano de seda) en Cataluña y Valencia.
  • El nivel de vida de los campesinos y jornaleros, sobre todo en Andalucía, Extremadura, Castilla y Galicia, era de permanente miseria y pobreza.
  • El régimen de propiedad de la tierra seguía modelos medievales. Eran escasos los campesinos que trabajaban tierras de su propiedad (según el censo de 1797 solo el 21% de los campesinos eran propietarios, frente al 30% de arrendatarios y al 48% de jornaleros). La mayoría de las tierras eran propiedad de los nobles, de los eclesiásticos o de los concejos y estaban sujetas a algún tipo de vinculación que impedía que se pudiesen vender (tierras vinculadas y de manos muertas). Los propietarios de las tierras las arrendaban a los cultivadores mediante contratos de corta duración (Castilla, Andalucía) o de larga duración (sistema de foros en Galicia).
  • Las actividades artesanales y comerciales tuvieron un escaso desarrollo y, por lo general, manifestaron una clara dependencia del extranjero.

2. Régimen Demográfico Antiguo

En el Antiguo Régimen, las altas tasas de natalidad y de mortalidad (en torno al 40 y 20-35 por mil respectivamente) hacían que el crecimiento de la población fuese moderado; este crecimiento iba acompañado de bruscos descensos provocados por la aparición periódica de crisis alimentarias y ondas epidémicas que producían una elevada mortalidad catastrófica. A lo largo del siglo XVIII disminuyeron las epidemias, pero continuaron las crisis periódicas de subalimentación o crisis de subsistencia provocadas por las alteraciones climáticas: a prolongados periodos de sequías o excesivas lluvias seguían cosechas insuficientes que provocaban la muerte por falta de alimentos.

3. Sociedad Estamental

En la sociedad del Antiguo Régimen, los criterios fundamentales de clasificación social y de prestigio venían determinados por la función, el nacimiento o el honor que los individuos desempeñaban en ella. De acuerdo con estos criterios, la sociedad era estamental y estaba dividida en tres grupos —estamentos, estados u órdenes— cada uno de ellos sujeto a normas jurídicas diferentes. No había igualdad ante la ley. Una minoría de nobles y eclesiásticos poseían privilegios y prerrogativas legales y políticos (exención de pago de tributos, reserva de los cargos públicos y de las distinciones honoríficas…). El resto de la población (pobres, jornaleros, campesinos, artesanos, comerciantes…) formaban la amplia mayoría de los no privilegiados —pecheros, estado llano o tercer estado—. Dentro de cada grupo o estamento existían fuertes diferencias determinadas, fundamentalmente, por el nivel de riqueza. La vida de los poderosos podía llegar a ser escandalosa por la ociosidad y el gasto superfluo en que se desarrollaba.

4. Sociedad Patriarcal

Además de las desigualdades sociales-estamentales, existía una profunda desigualdad entre hombres y mujeres. La sociedad era fuertemente patriarcal, tanto en su estructura organizativa como en el pensamiento dominante, caracterizado por su misoginia. En ella, los varones, en todos los estamentos, ejercían la autoridad y el dominio sobre las mujeres y el patrimonio familiar. Desde su nacimiento, las mujeres estaban condenadas a tener un papel secundario, siempre supeditadas a sus padres, maridos o hermanos. Los hombres tenían el control sobre su vida y su futuro. El destino de las mujeres era el matrimonio, formar una familia y tener descendencia. En la mayoría de los casos los matrimonios eran concertados e impuestos, escogiendo el padre el marido, de acuerdo con las posibilidades económicas que tenían. Dentro de esa realidad, su condición legal, su honorabilidad, las funciones o trabajos que podían ejercer, las pautas de comportamiento de las mujeres, e incluso las normas que las protegían, dependían primero, del estatus y riqueza de su familia, y después del estado en el que se encontraban: doncella, casada, soltera, viuda, monja, concubina o manceba, alcahueta, prostituta, mendiga… Además de asumir el rol de esposa y madre, las diferencias económicas hacían que mientras en los grupos privilegiados viviesen en la ociosidad, en los grupos populares debían ganarse la vida: en el campo desarrollando las tareas agrícolas y en las ciudades ejerciendo un oficio que mayoritariamente era el servicio doméstico.

5. Analfabetismo y Religiosidad

Salvo los grupos sociales de mayor riqueza económica, la mayor parte de la población era analfabeta, no sabía leer ni escribir. El número de escuelas era muy reducido y estaban destinadas fundamentalmente a proporcionar unos conocimientos básicos (leer y contar) a los hijos de los hidalgos, de los campesinos acomodados o de los comerciantes. Solo una minoría podía llegar a realizar estudios en la universidad, donde predominaban las enseñanzas de carácter eclesiástico y jurídico.

La mayoría de la población era practicante de la religión católica y profundamente religiosa. La defensa del catolicismo por los monarcas españoles llevó a situaciones de intransigencia e intolerancia religiosa que se tradujeron en la persecución y castigo de las desviaciones (herejías, ideas contrarias a la ortodoxia), en el control de las ideas y creencias, y en la vigilancia y aislamiento frente a las novedades (las más de las veces consideradas sospechosas y peligrosas) procedentes del extranjero.

La Inquisición seguía persiguiendo las manifestaciones y doctrinas religiosas heterodoxas (falsos conversos, judaizantes, herejes), así como la difusión y lectura de publicaciones consideradas peligrosas para la fe (recogidas en los Índices de libros prohibidos) y las desviaciones en la conducta moral (homosexualidad, bigamia, brujería). En el siglo XVIII se siguieron realizando autos de fe donde los condenados, vestidos con el sambenito (caparucho infamante), eran conducidos en procesión por las calles de la ciudad. Nadie escapaba a las reglas de vigilancia estricta de la Inquisición, incluidos los altos cargos de la Administración.

6. Persistencia del Régimen Señorial

Originado en tiempos medievales, el régimen señorial continuaba en todo su vigor. Todas las tierras, lugares y personas estaban sometidos a la autoridad directa de un señor, el dueño del señorío. Los señores, además del rey (señorío de reguengo), eran los nobles (señorío secular) y los clérigos y los monasterios (señorío eclesiástico y señorío de abadengo). En su señorío, los señores ejercían la justicia, nombraban las autoridades, imponían penas y castigos, exigían todo tipo de tasas y corveas (trabajos gratuitos) y gozaban de numerosos privilegios y monopolios (caza, pesca, horno, molinos…).

7. Monarquía Absoluta y Soberanía Real

El poder supremo y la soberanía residía y pertenecía al rey (soberanía real); este poder debía ser ejercido, según los defensores de los derechos reales, de forma absoluta y sin ninguna limitación, ya que, según ellos, lo recibía directamente de Dios (justificación divina del poder). En el siglo XVIII, los nuevos reyes de la dinastía Borbón buscaron en la Corona de España superponer su autoridad e incrementar su poder político en todos los territorios que la conformaban. Sin embargo, a pesar de sus tendencias absolutistas y centralizadoras, subsistió un elevado grado de diversidad jurídica y administrativa, dado que se mantuvieron tanto los privilegios particulares de ciertos territorios (fueros de las provincias vascas y de Navarra) como los privilegios personales (poder señorial y jurisdiccional de los nobles y de la Iglesia).

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