Goethe y su Época
Nace en 1749 en Fráncfort del Meno, una ciudad pujante, grande y muy importante desde el punto de vista administrativo y político. Su familia era ilustre y acomodada. Su padre era consejero de la ciudad, un político local relevante que gozaba de tiempo y posibilidades monetarias para educar a sus hijos. Tuvo una gran preocupación por la educación de su hijo Wolfgang y Cornelia. Les dio una enseñanza privada y muy cuidada, con altas miras ya que consideraba que Goethe debería ser diplomático y político. Su familia es, por tanto, un factor importantísimo a tener en cuenta por su influencia para convertir a Goethe en un auténtico amante de la lectura, el estudio, la cultura, la ciencia, el arte y la sabiduría. Por decisión paterna, a los 16 años marcha a Leipzig a estudiar Derecho. Es aquí donde comienza su producción literaria, verdadero desahogo y gran ilusión de Goethe. Tardará seis años en finalizar sus estudios ya que no sentía gusto alguno por la carrera que le habían obligado a estudiar. Se cruzó además una enfermedad grave que lo hizo volver a casa. Tras recuperarse marchó a Estrasburgo donde finalizó su carrera. Es el año 1771, un año muy importante porque aquí conocerá a una de las personas que más influyó en su vida: Herder. Su amistad, sus consejos y su influencia convertirán a Goethe en un gran poeta y le harán asimilar las teorías de un nuevo movimiento que están alumbrando y al que Goethe se sumará y ayudará a crecer: el conocido como “Sturm und Drang”. Vuelve a Fráncfort y allí intentará ejercer de abogado sin mucho éxito. Compatibiliza en esta época una infelicidad palpable por una profesión que no le llena con una vocación de escritor en la que empieza a despuntar.
Ascenso Social y Vida en Weimar
En 1774, cuando tenía 25 años escribe su obra más conocida e inmortal: Las desventuras del joven Werther. El joven Goethe vive un ascenso social que hace que el duque de Sajonia le proponga trasladarse a Weimar para ejercer de tutor y mentor de su hijo durante un tiempo. Goethe, hastiado de su vida laboral en Fráncfort, accede. Así empieza su vida de cortesano, cercano al poder, labrando una carrera política de meteórico ascenso: de tutor del duque pasó a consejero y de allí a ministro. Tuvo relación con muchos departamentos del gobierno (minas, finanzas, caminos…), lo que le formó más aún en diversas disciplinas técnicas y científicas. No debemos olvidar que Goethe no será solo un fantástico poeta, dramaturgo, novelista y ensayista, sino que además publicará numerosas obras de carácter científico y técnico: Filosofía, Botánica, Zoología, Mineralogía, Medicina, Teología, Dibujo, Pintura, Anatomía, Física, Química, Meteorología incluso de Astrología y Ocultismo. Publicará numerosos estudios filológicos y críticas literarias. Era un sabio con mayúsculas, con unos conocimientos multidisciplinares apabullantes y raros. Con 35 años viaja a Italia, un poco asfixiado por la vida y el ambiente inmovilista de Weimar. Allí pasará dos años que son realmente muy productivos en su vida porque refuerza sus ideas sobre el nuevo sistema literario. Cuando vuelve a Alemania, en 1788, el Romanticismo ya se ha formado como escuela literaria y está en su punto álgido. Entrará entonces en contacto con Schiller, autor de moda que ocupa el lugar de privilegio entre los lectores. Su amistad con Schiller vuelve a abrirle las puertas del Olimpo literario y le sitúa de nuevo en primera línea, además de ponerle en contacto con los autores e ideólogos del Romanticismo más importantes.
Relaciones Personales y Legado
En 1791 inicia una relación con Christiana Vulpius de la cual nacerá un hijo. La lista de las mujeres en la vida de Goethe es muy extensa llegando hasta alcanzar su ancianidad pero de entre todas ellas mencionaremos solamente a Friederike Brion, quien le serviría de modelo para algunos de sus personajes femeninos, Charlotte Buff, prometida de su amigo Kestner e inspiradora de la Carlota del Werther, al convertirse en su amor imposible, Charlotte von Stein, el gran amor de su vida, siete años mayor que él, casada, y madre de numerosa prole, Bettina von Armin, y Ulrike von Lewetzon, su última pasión amorosa en la vejez. En cuanto a su esposa, aun siendo la oficial, escaso relieve tiene en su vida y, desde luego, nunca se convirtió en heroína de ficción.
Continuará su carrera política a la vez que sigue ejerciendo su magisterio literario publicando incansablemente. En 1807 legalizará su situación con Christiane Vulpius casándose con ella después de 16 años de relación.
Goethe es un trabajador incansable que tiene un volumen de escritura solamente comparable a los más grandes de la Historia. Sirva como ejemplo el hecho de que, siendo ya octogenario, es capaz de ponerse a recopilar toda su obra en una edición monumental de ¡40 volúmenes! que él mismo dirigirá.
Sirva también como anécdota ilustrativa de su carácter trabajador y perfeccionista la finalización de su obra Fausto, una obra que empezó a pergeñar en 1771: ¡sesenta años antes! y que le acompañó prácticamente toda su vida.
Justo al año siguiente, en 1832, con 83 años, muere en la ciudad donde pasó lo más importante de su vida literaria: en Weimar.
El Romanticismo: Contexto y Características
El Romanticismo es un fenómeno cultural y artístico que manda en Europa y América desde finales del siglo XVIII hasta mediados del siglo XIX. Surge en Alemania y de allí se extiende a las otras potencias culturales europeas (Inglaterra, Francia y España). Se basa fundamentalmente en una ruptura radical contra la anterior corriente neoclasicista que abogaba por el culto a la razón y el realismo ilustrado.
El nacimiento de esta nueva corriente está directamente influido por la compleja situación política, cultural, militar y económica de Europa. En plena eclosión de la Revolución Industrial Europa vive momentos tensos. Tras la Paz de Westfalia y el final de la Guerra de los Treinta Años se pone fin a la situación de inestabilidad que asoló Europa por la guerra entre el reformismo lutero y el catolicismo. Tras el reparto de Europa en dos bloques: católico y protestante, los países del centro de Europa empezarán a desarrollar una identidad propia cada vez más acentuada lo que conducirá el comienzo de las disputas fronterizas entre naciones y de la diferenciación cada vez mayor de sus identidades. El nacimiento de los movimientos proletarios y el auge del nuevo sistema económico que traerá consigo la Revolución Industrial (el capitalismo) provocará en sus comienzos desórdenes y desigualdades sociales así como una sensación bastante acentuada de pesimismo individual frente a un nuevo rumbo financiero e industrial muy prometedor para los estados. Con esta nueva coyuntura surgirá un nuevo modo de pensamiento que redundará en la identidad propia de las naciones basándose en el carácter particular de sus ciudadanos y en el imperio de los sentimientos del hombre.
El Movimiento Sturm und Drang
En Alemania un grupo de intelectuales asumirán el liderazgo cultural y creerán las bases del nuevo modelo de pensamiento. Este grupo de pensadores, capitaneando por Herder tomará el nombre de Sturm und Drang.
Dentro de él como discípulo de Herder estará Goethe.
Ideas Principales del Sturm und Drang
- Rechazo del racionalismo.
- Exaltación del sentimiento: el hombre no dominado por la razón ni por la fría interpretación matemática y científica del mundo encuentra en sus propios sentimientos, sus emociones y sus impulsos el verdadero motor para explicar la vida.
- Exaltación del subjetivismo (el yo).
- La revalorización de lo exótico, lo misterioso y lo sobrenatural: en un nuevo sistema donde se huye de la realidad no hay nada más propio que inspirarse en paraísos lejanos y exóticos, tierras maravillosas e inexploradas o en lo paranormal y absolutamente fantástico alejado de lo científicamente demostrable. Esto favorece también el auge de los relatos fantásticos, macabros, tétricos, góticos…, y los que se centran en la muerte las supersticiones o las leyendas increíbles.
- Exaltación de la naturaleza: en toda su extensión un ente misterioso, salvaje, inabarcable e inexplicable. La religión, libre por definición del cientifismo y toda explicación coherente, está presente en la interpretación que el hombre hace de la naturaleza, ya que los románticos interpretaban que la grandeza, la belleza y todos los aspectos de la naturaleza eran manifestaciones de la voluntad divina. Se podía llegar al entendimiento y la contemplación de Dios a través de la exaltación del entorno natural ya que para los románticos Dios estaba detrás de cada tormenta, de cada catarata, de cada mar rugiente, de cada flor enhiesta, de cada lluvia benéfica, de cada prado refulgente… Es lo que se llama panteísmo naturalista.