Güera civil de Franco


13.5. La guerra civil:
La sublevación militar y el estallido de la guerra. El desarrollo del conflicto: etapas y evolución de las dos zonas.

            Causas de la Guerra Civil: Existe un amplio debate historiográfico sobre las causas, los autores del Golpe de Estado y el momento en que este comenzó a gestarse. No obstante, podrían señalarse tres causas del conflicto: la oposición creciente a la legislación de la izquierda (la política anticlerical de republicanos de izquierdas y socialistas provocó el descontento de muchos católicos, fracasando la línea posibilista de prelados como Vidal i Barraquer), el desorden público (la creciente tensión en la sociedad provocó episodios de conflictividad que tuvieron como origen: la represión de protestas obreras, destacando el caso de Yeste; los ataques a edificios religiosos y a sedes de organizaciones de derechas; y los homicidios premeditados a manos de militares de Falange y de organizaciones de izquierda), y el temor a una revolución socialista (Largo Caballero consideraba que la revolución estaba cercana y había que estimular la combatividad de sus seguidores, destacando el intento de 1934).

            Sublevación: Toda esta situación llevó a que, prácticamente desde el triunfo del Frente Popular (Febrero de 1936), algunos militares comenzaran a dar los primeros pasos para preparar un Golpe de Estado, estando el ejército dividido respecto a esta cuestión. Así, surgieron varios grupos de conspiradores militares, dirigidos por Sanjurjo desde su exilio en Portugal y en colaboración con civiles, como Calvo Sotelo. En el interior del país, el más activo fue el General Emilio Mola, que estuvo apoyado especialmente por tradicionalistas y falangistas, grupos que podían ofrecer voluntarios para combatir. No obstante, muchos militares que simpatizaban con los propósitos de Mola no veían motivo para sublevarse en ese momento, por lo que fue el asesinato de José Calvo Sotelo, el 13 de Julio de 1936, a manos de fuerzas de seguridad, lo que llevó a convencerles de que el gobierno era incapaz de mantener el orden y de que el Estado de derecho había dejado de funcionar.

            El 17 de Julio, la sublevación se inició en Melilla, triunfando rápidamente por Marruecos y extendíéndose a partir del día 18 por todo el territorio español. El alzamiento triunfó con facilidad en Galicia, Castilla y León, Álava, Navarra y parte de Aragón, lográndose un triunfo inicial en pocas ciudades andaluzas. Las autoridades republicanas lograron mantener el control en Madrid, casi todo el este y el sur peninsular, y en una franja aislada de la cornisa cantábrica (desde Asturias hasta Guipúzcoa). Así, ante el fracaso del golpe en media España, se dio paso a una Guerra Civil que enfrentó a las dos zonas durante casi cuatro años. Las causas del fracaso en la parte que quedó bajo control republicano fueron: la escasa motivación para combatir de algunas unidades militares de la Península; la no adición de algunos militares a la sublevación; la división de las fuerzas de seguridad, incluida la Guardia Civil, permaneciendo leales a la República en bastantes lugares; y la reacción de las organizaciones de izquierda, que formaron milicias revolucionarias. Estas últimas tomaron el control de cada localidad, iniciando su propia revolución y no pudiendo el nuevo gobierno de José Giral responder con un frente común a los sublevados. Así, esta descoordinación de la zona republicana contrastó con la zona sublevada, donde todo quedó bajo el control de las autoridades militares. Gracias a la ayuda de la aviación italiana y alemana, en Agosto, el grueso del Ejército de África se encontraba ya en la Península al mando del General Francisco Franco, el cual lanzó una ofensiva desde Andalucía que en Octubre ya había alcanzado las puertas de Madrid.

            Desarrollo del conflicto: La estrategia de Franco en la primera etapa de la contienda se centró en el rápido avance antes mencionado hasta Madrid. Sin embargo, en este lugar, el ejército sublevado se encontró por vez primera con una resistencia firme, en la que destacaron: la combatividad de las milicias madrileñas, la presencia de unidades bien equipadas, y la llegada de material soviético y de los primeros voluntarios de las Brigadas Internacionales en apoyo de los republicanos. Todo esto hizo fracasar el ataque, producíéndose en los meses siguientes diversas batallas en torno a la capital, entre las que destacaron: la batalla del Jarama (primera gran batalla en campo abierto de la guerra) y la batalla de Guadalajara (famosa por el fracaso de las tropas italianas). Estos combates mostraron la solidez de la resistencia republicana, optando Franco por una nueva estrategia, poco brillante pero efectiva. En vez de lanzar grandes ofensivas capaces de decidir la guerra en pocos meses, optó por una lenta y metódica ocupación del territorio enemigo.

            Destacado de momento el ataque a Madrid, Franco centró sus esfuerzos en el frente norte, aislado del núcleo del territorio republicano. La campaña comenzó en primavera, con la ofensiva sobre Vizcaya, en el curso de la cual la aviación alemana incendió la pequeña ciudad de Guernica, y concluyó en Octubre, con la toma de Asturias. El ejército republicano no pudo reforzar el frente norte, aunque lanzó ofensivas en otros frentes para aliviar la presión sobre el norte. La conquista de la cornisa cantábrica proporciónó a Franco importantes recursos industriales.

            A pesar de todo, el ejército republicano, aún siendo más débil, no se resignó a una estrategia defensiva, sino que lanzó ofensivas como las de Teruel y el Ebro, siendo las contraofensivas de Franco en el terreno elegido por el enemigo las que decidieron la suerte de la guerra. Respecto a la batalla de Teruel, diremos que, a finales de 1937, los republicanos atacaron y tomaron la ciudad. Sin embargo, la contraofensiva de Franco, apoyada por ayuda extranjera, dio lugar al hundimiento del frente republicano, alcanzando las tropas del General el Mediterráneo en Vinaroz en Abril de 1938. En relación a la batalla del Ebro, decir que fue la última ofensiva republicana, posibilitada por los suministros soviéticos llegados a través de Francia. Fue el enfrentamiento más duro de la guerra y supuso un terrible desgaste para las tropas republicanas, lo que permitíó a Franco dirigir una nueva ofensiva contra Cataluña, la cual apenas encontró resistencia. Así, a comienzos de Febrero, los sublevados alcanzaron la frontera francesa.

            Caída de la República: Una vez fue sometida Cataluña y Franco fue reconocido por los gobiernos de Londres y París, Azaña, refugiado en Francia, dimitíó como presidente de la República. Juan Negrín, presidente del gobierno, y los comunistas defendieron la continuación de la guerra, pero muchos jefes militares la daban ya por perdida. Así, el deseo de terminar una guerra sin esperanzas de victoria y la hostilidad hacia el Partido Comunista, acusado de pretender dominar la república, llevaron a que, en Marzo de 1939, un grupo de militares republicanos, al mando del coronel Segismundo Casado, diera en Madrid un Golpe de Estado contra el gobierno de Negrín. El intento triunfó y Casado formó un Consejo de Defensa, esperando obtener de Franco unas condiciones menos duras. Sin embargo, este sólo aceptó la rendición incondicional. De este modo, los principales líderes republicanos se exiliaron, lanzando Franco una última ofensiva que no encontró resistencia. El 1 de Abril de 1939 concluyó la guerra.

            Fueron muchos los que emprendieron el camino del exilio. Entre Enero y Febrero de 1939 cruzaron la frontera francesa unas 400.000 personas, siendo este el mayor éxodo de la historia de España. En Abril de 1939, había unos 430.000 refugiados en Francia y otros 20.000 en otros países. Durante el resto del año hubo un regreso masivo, pero a comienzos de 1940 aún había 180.000 españoles en el exilio. Ese mismo año, el número de presos en las cárceles españolas era de 270.000. Por último, decir que, según posteriores cálculos, el número de muertos durante la Guerra Civil Española fue de 350.000 personas.

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