–Narración y clase de textos: Anécdotas: por lo general, nacen del mundo cotidiano y son relatos para demostrar o ilustrar una idea o situación fuera de lo común. La mayoría se cuenta en primera persona. Dan características específicas de una persona, o describen o caracterizan una situación específica que transcurre en un texto escrito; Relatos de viaje: abundan las descripciones; Mitos y leyendas: los hombres necesitan explicar el origen de las cosas. Origen popular y anónimo; Fábulas: enseñanza de buenas costumbres, valores, formas de vida. Personajes: animales; Chistes.
-Formato de la crónica: sección (ordenamiento temático que realiza el diario: política, economía, sociedad, policiales); cintillo (identificación temática general para ciertas informaciones que se consideran importantes y que suponen una continuidad informativa por varios días); pie de página (nombre del diario, fecha, número de página o arriba en la misma línea de la sección); volanta (arriba del título con tipografía menor, anticipa información necesaria para la comprensión del texto); bajada (aclara el título, lo conecta con el cuerpo de la noticia, y a veces recupera información anterior, necesaria para la comprensión de lo nuevo).
–La descripción: es la organización jerárquica de una palabra clave, a la que se le aplican uno o más predicados y la progresión mediante la selección de palabras que se convierten en núcleos nuevos de predicados. Según Adam (1993), podemos definirla como una macro operación discursiva que presenta regularidades convencionales producto de opiniones del pensamiento que se manifiesta a través del lenguaje por medio de los organizadores lingüísticos. Una descripción tiene sentido si el receptor hace la imagen mental que le permita compararla con la realidad ya experimentada. Depende del conocimiento registrado en la memoria del lector/oyente. Otra característica es su aparente neutralidad u objetividad.
–Características o premisas: es una operación discursiva que presenta regularidades en el ámbito local y global; permite que el receptor pueda clasificarla como tal de acuerdo a la coherencia y la cohesión; se manifiesta mediante organizadores y operaciones propias de la descripción; está enfocada en la estructura superficial, a los elementos léxicos del discurso; su actividad es retrospectiva en cuanto a la verificación de los saberes; es parcial en cuanto manifiesta un punto de vista particular del sujeto. Esto es en cuanto a que la descripción es una forma de esquematizar la realidad, las manifestaciones de un saber que presenta una forma peculiar de ver el mundo, aparenta neutralidad pero expresa un punto de vista, el fundamento ideológico subyacente, etc.; presenta enunciados de estados que se actualizan en tiempos verbales (presente y pretérito imperfecto); carece de una temporalidad asociada a causalidad y a una consecuencia (cualidad de la narración); pueden aparecer textos de otras índoles.
–La estructura descriptiva y las operaciones de descripción: Adam (1987) distingue 4 operaciones:
Anclaje: mediante un nombre (tema o título), la descripción señala el elemento en cuestión. El nombre sintetiza la expresión y despierta en nuestra memoria 2 tipos de saber: el objeto discursivo (el conocimiento del sujeto del mundo real) y el léxico disponible (conocimiento de la lengua). Esta operación puede realizarse mediante 2 procedimientos: la afectación (inicial con un título donde no esté explícito el objeto de manera que la operación de anclaje tenga lugar en otro texto) y reformulación (nombrar de distintas maneras el objeto, con la finalidad de mostrar distintos aspectos).
Aspectualización: mediante ella se señalan las partes y propiedades del objeto descrito. Esta está guiada por la operación de selección y por las características pragmáticas de la descripción, y la asignación de las propiedades está directamente relacionada con las decisiones subjetivas del hablante. Las partes de un todo mantienen relaciones anecdóticas en ocasiones; es la selección de determinadas partes lo que sirve para caracterizar el objeto. Esta técnica es muy frecuente en los productos de belleza (publicidad) en la que prima la imagen sobre el texto en el que se incluye frecuentemente una lista de propiedades.
Puesta en relación: el objeto puede caracterizarse no solo por sus propiedades, sino por su lugar en el mundo y por las relaciones que puede mantener con su entorno. 2 procedimientos: de situacionalidad (relación metonímica porque se refiere a características contiguas al objeto descrito, tanto por su situación en el texto como por lo que respecta a otros objetos próximos, cuyas cualidades ayudan a definirlo, representarlo y situarlo) y de asimilación (puede realizarse mediante la comparación, que establece puntos de relación por semejanza entre el objeto descrito y otros objetos, o la metáfora, que identifica el objeto entre los que hay algún tipo de relación de analogía). En ambos casos, el punto de vista del que describe es el que determina las posibilidades asociativas entre los objetos en cuestión.
Tematización: con esta operación se hace posible la expansión descriptiva. Cualquier elemento de la descripción es susceptible de ser tematizado, como ocurre frecuentemente con las partes. Una parte seleccionada puede convertirse en la base de un nuevo desarrollo secuencial. Además, también pueden tematizarse las propiedades o las relaciones situacionales sin que se desarrolle en cada caso la totalidad del esquema secuencial. Es posible que lo que se tematice sea lo que se quiere destacar.