Esta guía te ayudará a prepararte para tu dirección espiritual, cubriendo los temas más importantes para una conversación fructífera.
1. Preocupaciones, Tristezas y Alegrías
Comparte abiertamente tus preocupaciones, tristezas y alegrías desde tu última conversación. Habla de lo que ocupa tu mente y corazón, lo que te quita la paz, lo que te hace sonreír, lo que te desanima y lo que te anima, tus ilusiones. Comparte tus preocupaciones familiares, sobre amigos o cualquier asunto que te inquiete. Deja hablar a tu corazón.
2. Fe
2.1 Presencia de Dios
Reflexiona sobre la presencia de Dios en tu vida. ¿Con qué frecuencia piensas en Él, en sus cosas, en lo que le interesa y le preocupa? ¿Te acuerdas de Jesús en momentos de alegría o dificultad? ¿Ofreces tu estudio? Evalúa con sinceridad la importancia de Dios en tu vida y cómo se refleja en tu día a día.
2.2 Dudas de Fe
Habla sobre cualquier duda que hayas tenido respecto a la doctrina cristiana. Este espacio es para todos, no solo para «especialistas de la vida interior».
3. Pureza
Habla con sinceridad sobre tu lucha por vivir la pureza. No temas abordar tus mayores descuidos en esta virtud. Examina las causas de tus caídas o descuidos en la guarda del corazón: ¿Soledad frente a la televisión? ¿Descuidar la vista en la calle? ¿Malas compañías? ¿Pérdida de tiempo? ¿No cortar de raíz las tentaciones? ¿Uso indebido de internet? Habla de tus tentaciones, cómo las combates, lo que te dificulta mantenerte firme, cómo son las conversaciones con tus amigos. Aborda tu vanidad, el deseo de admiración y los detalles vanidosos que se presentan en tu día. Comparte los medios que utilizas para vivir esta virtud. No te asustes, todos tenemos nuestras debilidades y la juventud presenta muchas pasiones que debemos aprender a dominar.
4. Vocación
Todos tenemos una vocación, no solo sacerdotes o religiosos. Reflexiona sobre tu disposición a entregarle a Dios un «cheque en blanco», a preguntarle qué espera de ti. La llamada de Dios es exigente, pero no evites esta pregunta crucial. Descubrir lo que Dios espera de ti puede ser la respuesta a la pregunta más importante de tu vida.
5. Prácticas de Piedad (Plan de Vida)
Revisa el cumplimiento de tus prácticas de piedad (asistencia a misa, rezo del rosario, oración, devoción a la Virgen, etc.). Evalúa el cariño, puntualidad y exigencia que pones en cada una. Habla también de los puntos de lucha específicos que estableciste en tu última conversación.
6. Estudio y Trabajo
Comparte cómo te va con tu horario de estudio, si has mantenido la presencia de Dios en tu trabajo y si has utilizado algún recurso para ofrecer tu estudio (crucifijo, estampa, etc.). Habla de tus inquietudes ante los exámenes, si estudias con compañeros, si facilitas el estudio de otros, tus luchas contra la pereza, la pérdida de tiempo y los caprichos.
7. Mortificación
El sacrificio es necesario en la vida cristiana. ¿Te cuesta estudiar, vivir la pureza, orar diariamente? La mortificación es esencial para quien se toma en serio su vida cristiana. No se trata de grandes sufrimientos, sino de pequeñas renuncias para hacer la vida más agradable a los demás y cumplir con nuestros deberes. Recuerda el sacrificio de Cristo en la cruz.
8. Apostolado
El apostolado es un mandato de Jesús: «Id por todo el mundo y predicad el Evangelio». Busca hacer feliz a la gente, y la felicidad se encuentra cerca de Dios. En tu dirección espiritual, habla de tus planes apostólicos, la oración y los sacrificios que realizas antes de hablar con un amigo sobre la fe, si te han vencido los respetos humanos, si te esfuerzas por dar buen ejemplo y si tienes planes apostólicos concretos para los próximos días.