Al-Andalus
Los musulmanes denominaron Al-Andalus al territorio hispano que conquistaron. Al-Andalus no solo fue un fenómeno de conquista, sino que la mayoría de los hispanogodos aceptaron esta civilización y formaron con sus conquistadores un estado con personalidad propia. Desde el siglo XI, la península se convirtió en una zona de contacto de dos estructuras socioeconómicas distintas:
- Islámica: economía tributaria-mercantil, eje fundamental en Próximo Oriente.
- Cristiana: economía feudal, eje fundamental entre el Sena y el Rin.
La frontera entre ambas se caracterizó por:
- Difícil delimitación y su oscilación durante casi 800 años de existencia, debido a las conquistas cristianas.
- Permeabilidad económica y cultural.
La sociedad islámica permaneció desde el siglo VIII hasta el XV, con cuatro periodos:
1. Emirato dependiente del califato omeya de Damasco (711-756)
Al-Andalus era una provincia con gobernadores árabes.
2. Emirato independiente de Bagdad (756-929)
Obra de Abd al-Rahman I, de la familia de los Omeyas, consecuencia del primer fraccionamiento político del imperio islámico. Supuso su independencia política.
3. Califato de Córdoba (929-1035)
El máximo apogeo económico, político y cultural. Este suponía, además de la independencia política, la religiosa.
4. Reinos de Taifas (1035-1492)
Reinos independientes que surgen de la desintegración del califato. Tres fases divididas por invasiones norteafricanas:
- Primeras taifas e invasión almorávide: son unificadas.
- Segundas taifas e invasión almohade: vuelven a ser unificadas.
- Terceras taifas: solo sobrevive Granada hasta su conquista por los Reyes Católicos en 1492.
Los soberanos andalusíes ejercieron poder absoluto a partir del emirato independiente, concentrando la máxima autoridad política y religiosa durante el califato. De su organización económica y social cabe destacar la importancia que tuvieron las ciudades. Córdoba, gran centro cultural en época del califato. Fue muy importante su agricultura: impulso a los regadíos y nuevos cultivos, su actividad comercial basada en la abundancia de moneda al encontrarse dentro de las rutas del Imperio Islámico. Tras ocho siglos de convivencia, la cultura islámica nos dejó huella, como transmisores de conocimiento (sobre todo del mundo helenístico y de Oriente), en el léxico y en el arte.
Repoblación cristiana: Cartas de población y fueros
Durante la Edad Media, el avance de los ejércitos cristianos sobre el territorio musulmán vino acompañado de un movimiento de colonización del mismo, que implicó una nueva organización política, social y administrativa, conocida como repoblación, llevada a cabo de manera distinta según la época y las características del territorio conquistado. En algunas zonas permanecieron musulmanes (mudéjares) gracias a unas capitulaciones de rendición generosas. La tierra fue entregada a los nobles que participaron en la conquista, órdenes militares o grandes concejos encargados de su repoblación. Debido a que estos territorios habían sido conquistados recientemente, se formaba una zona fronteriza con Al-Andalus, estando expuestos a posibles ataques de los andalusíes. Por ello, los colonos que se decidían a asentar eran recompensados con privilegios fiscales, económicos y jurisdiccionales ofrecidos por los reyes y señores. Estos privilegios se recogían en las llamadas cartas de repoblación y fueros.
Las cartas de población eran documentos otorgados a grupos de personas con el fin de procurar su asentamiento en un lugar, fijando el límite de los términos, condiciones de acceso a la tierra, concesión de franquicias y normas básicas de la vida municipal. Los otorgantes de estas cartas eran los propios señores del territorio, el rey, o los señores (por voluntad propia o delegados del rey). Las cartas más antiguas conservadas son del siglo IX. Son similares a los»fueros breve».
A partir del siglo X, el derecho local se empezó a fijar por escrito, apareciendo los fueros (instrumentos jurídicos, otorgados por los monarcas que regulan la vida local). Hay dos tipos:
1. Fueros breves
Más antiguos, se limitan a regular aspectos de la vida local, caracterizados por la falta de sistematización, lenguaje elemental y escasa precisión.
2. Fueros extensos
Siglo XII, caracterizados por su carácter sistemático, recogen el derecho vigente en todas sus facetas de la localidad. En Aragón, a partir de 1247, se produce un proceso de unificación foral que da lugar a los Fueros de Aragón (normas legales emanadas del rey con las Cortes).
Mudéjares y moriscos
Los mudéjares son los musulmanes sometidos a los poderes cristianos tras el avance de estos sobre el territorio de Al-Andalus. Se les permitió conservar su religión, costumbres y cultura, y se organizaron en aljamas que gozaron de protección real. A lo largo de los siglos, hubo una convivencia, en general, respetuosa entre cristianos y musulmanes. No obstante, eran poblaciones sometidas a cierta segregación social, no fueron víctimas de la intolerancia por su escasa riqueza y poca cultura, pero sí sufrieron un desprecio generalizado, y estaban sometidos a cargas fiscales mayores que las soportadas por los cristianos. La tolerancia religiosa declinó tras la toma de Granada y se caminó hacia una única religión. Los musulmanes representaban gran parte de la población (1/4 en la Corona de Aragón, fuertes porcentajes en Valencia, valle del Ebro, Jalón y Jiloca. En Castilla solo 1/20 y en Navarra concentrados en la Ribera Tudelana). La importancia de estos se aprecia en la arquitectura, sobre todo en Aragón.
A comienzos del siglo XVI, fueron obligados a convertirse al cristianismo, y se les denominó cristianos nuevos o moriscos. Este proceso de integración avanzó en algunas regiones, pero la presencia de piratas berberiscos y de los turcos (enemigos de la monarquía) los hizo sospechosos y fueron expulsados por el rey Felipe III, por»malos cristiano» y por ser potenciales aliados de los turcos. Las consecuencias fueron graves: había zonas donde los moriscos eran más numerosos, lo que afectó al campo. Y desde el punto de vista demográfico, muchos pueblos quedaron vacíos y tuvieron que ser repoblados.
La Guerra Civil Española (1936-1939)
La Guerra Civil Española fue un conflicto armado que tuvo lugar en España entre 1936 y 1939. La guerra se desencadenó tras el fracaso parcial del golpe de Estado del 17 y 18 de julio de 1936 llevado a cabo por una parte del Ejército contra el gobierno de la Segunda República Española, presidido por Manuel Azaña. El golpe de estado fracasó en su objetivo de tomar el poder de forma rápida, pero provocó el estallido de una guerra civil que terminaría con la victoria de los sublevados y la instauración de una dictadura, dirigida por el general Francisco Franco, que duraría hasta 1975.
Las causas de la Guerra Civil Española son complejas y aún hoy en día son objeto de debate entre los historiadores. Entre las causas más importantes se encuentran:
- La crisis económica y social de la década de 1930: La Gran Depresión tuvo un fuerte impacto en España, provocando un aumento del paro, la pobreza y la conflictividad social.
- La polarización política: La Segunda República Española estuvo marcada por una fuerte polarización política entre la izquierda y la derecha. La izquierda, representada por partidos como el PSOE y el PCE, defendía reformas sociales profundas, mientras que la derecha, representada por partidos como la CEDA y Renovación Española, se oponía a estas reformas y defendía el orden social tradicional.
- La violencia política: La violencia política fue una constante durante la Segunda República. Grupos paramilitares de ambos bandos se enfrentaron en las calles, creando un clima de inseguridad y miedo.
- El fracaso del sistema democrático: El sistema democrático español se mostró incapaz de resolver los problemas del país y de canalizar la conflictividad social y política.
La Guerra Civil Española tuvo consecuencias devastadoras para España. Se calcula que murieron entre 500.000 y un millón de personas, y millones más tuvieron que exiliarse. La guerra también provocó una profunda división social y política que tardaría décadas en cerrarse.
Desarrollo de la Guerra Civil
Tras el fracaso del golpe de estado, España quedó dividida en dos zonas: la zona republicana, que controlaba el este y el norte del país, y la zona nacional, que controlaba el resto. La guerra se desarrolló en diferentes frentes, siendo los más importantes los de Madrid, Andalucía, Aragón y Cataluña.
La Guerra Civil Española se convirtió en un conflicto internacional, con la intervención de potencias extranjeras. La Alemania nazi y la Italia fascista apoyaron a los sublevados, mientras que la Unión Soviética y México apoyaron a la República. También participaron en la guerra voluntarios de diferentes países, organizados en las Brigadas Internacionales.
La guerra terminó el 1 de abril de 1939 con la victoria de los sublevados. Francisco Franco se convirtió en dictador de España, instaurando un régimen autoritario que duraría hasta su muerte en 1975.
Consecuencias de la Guerra Civil
Las consecuencias de la Guerra Civil Española fueron devastadoras para el país. Entre las más importantes se encuentran:
- Pérdidas humanas: Se calcula que murieron entre 500.000 y un millón de personas.
- Exilio: Millones de personas tuvieron que exiliarse al extranjero.
- División social y política: La guerra provocó una profunda división social y política que tardaría décadas en cerrarse.
- Dictadura: La victoria de los sublevados supuso la instauración de una dictadura que duraría hasta 1975.
- Atraso económico: La guerra destrozó la economía española, provocando un fuerte atraso económico.
La Guerra Civil Española fue un conflicto traumático que marcó profundamente la historia de España. Sus consecuencias se dejaron sentir durante décadas, y aún hoy en día sigue siendo un tema controvertido en la sociedad española.