Son tantos momentos vividos… ¿Será consciente? Todo empezó un día. Él vio mi nombre y mi foto en Tuenti y decidió agregarme. Me mandó un privado: «Me suenas muchísimo». Yo le acepté. En esa época solo me importaba tener a millones de amigos en Tuenti, te hacía sentir más popular. Los días siguientes empezamos a hablar por privado y acabé pidiéndole el MSN. Curiosa la confianza que tenía con esa persona tan pronto; no me costaba hablar con él, simplemente ser yo misma… Pasó el tiempo e íbamos escribiendo el principio de una historia que ninguno de los dos nos imaginábamos…
La Obsesión y el Primer Contacto
Todo empezó a ser una obsesión para mí. Ese chico empezó a volverme loca y eso era algo que me asustaba… ¡Yo no le conocía! Cómo podía obsesionarme de esa manera… Así fue transcurriendo el tiempo y yo, cada vez más loca por él. Aún recuerdo la primera vez que hablé con él por teléfono. Yo estaba en Callao con una amiga y, de repente, sonó mi móvil. Era él. Qué voz más bonita tenía… Quería llegar a casa para decirle que me había encantado su voz.
Otra tarde que recuerdo como si fuera ayer fue cuando yo estaba de compras y me llamó. No sabía qué hacer, solo gritaba: «¡Andrea! ¿Qué hago? ¡¡Es él!!». Después de tranquilizarme, le cogí el teléfono (sí, un poco patético) y dijo: «¿Quedas?». ¡Sí, sí, sí! Por fin iba a conocerle. Cogí el metro y quedamos en Pirámides… De repente, le vi llegando. Estaba nerviosísima, lo recuerdo con claridad. No me lo podía creer; después de meses hablando con él, iba a conocerle en persona. Estuvimos dando una vuelta, subí a su casa, me enseñó sus guitarras y tocó esa canción que tanto me marcó: *Sweet Child O’Mine*.
El Primer Beso y Momentos Inolvidables
Volvió a pasar el tiempo y llegó el 5 de diciembre, uno de los mejores días de mi vida. Quedamos, pasamos la tarde genial, como siempre, y tengo la imagen en la cabeza de cómo pasó todo. Estábamos tumbados en la cama, cansados por una guerra de cosquillas, y él se quedó mirándome, sonriendo. No me esperaba lo que iba a pasar, pero de repente me dio un beso en la mejilla, un beso dulce, cargado de cariño, y me miró de reojo para ver mi reacción que, obviamente, fue buena, y ahí me besó. Aquello era el paraíso. Son tantos recuerdos que nunca se podrán borrar…
Otro gran día… el 30 de enero de 2009, él me quitó mi niñez. Estaba contenta porque sabía que había sido con la persona que tenía que ser. Otro recuerdo que me gusta visitar en mi mente fue cuando se hizo muchísimos kilómetros en coche solamente por verme en la playa dos días.
Un Amor que Crece
Y con estos recuerdos podría seguir eternamente, pero lo que verdaderamente me gusta recordar son los momentos que ocurrieron después de que algo cambiase en él, más o menos por noviembre o diciembre de 2009, y que sigue hasta hoy: empezó a quererme, pero no a quererme de una forma normal, no, sino de la misma manera en que yo lo hacía. Y pasaban los meses: diciembre, enero, febrero, marzo, abril, mayo… Y así será el resto de mi vida, lo sé con certeza.
Qué bonito fue el fin de semana que me fui con él a Zaragoza. Allí conocí a su familia y, lo mejor de todo, estuve con él día y noche. O cuando me llevó al Zoo; yo había pasado mi infancia allí y volví tras muchos años con él. Y aunque esto me hizo llorar, fue muy bonito: cuando estaba estas Navidades en la playa, se quiso venir a darme una sorpresa y poder pasar la Nochevieja juntos. Cómo pude llorar cuando me lo dijo… Le echaba tantísimo de menos; está claro que no puedo estar sin él mucho tiempo.
Declaraciones y Regalos
Ahora, cuando lo recuerdo, me hace gracia. Cuando me decía: «Te quiero un poco, pero solo a veces, ¿eh?». Qué tonto era, y qué tonta era yo, que cada vez que me decía eso se me caía la baba con él. Otra fecha: 8 de enero, primera vez que me dice que me ama. Sensaciones impresionantes recorrieron mi cuerpo en ese momento. Fue espectacular y yo no me lo podía creer. Estaba tan feliz en mi nube azul… Donde todo era como yo lo inventé.
Por San Valentín me regaló mi móvil preferido, el rojito, igualito que el suyo. Yo le regalé un álbum con mis fotos, fotos que reconstruyen mi vida entera, y una chaquetita muy mona, casi me la quedo yo.
Promesas de Futuro y un Amor Eterno
Un mensaje que me gustó mucho fue: «Inicio y final del cuento popular: érase una vez que se era un Yeu que estaba enamorado de la princesita Cepo […] y fueron felices para siempre». También: «Y cada día mirarte a los ojos y decirte que te quiero es lo único que pretendo…». ¿Cómo podía ser tan extremadamente adorable? O las millones de veces que habremos ido al cine y, más aún, las películas que hemos visto en su casita, como la de *Aladdin*…
Haciendo un salto al pasado… Las tardes jugando al SingStar. Qué rabia, ¿cómo me podía ganar siempre, cómo canta tan bien? Y un recuerdo muy reciente fue la fiesta sorpresa que me montaron. Ahí estaba él, no me lo esperaba, qué ilusión me hizo… Y por mi cumple me regaló un marco digital con fotitos dentro, más bonito… ¿Cómo puede ser tan mono y cómo le puedo querer tanto? Es mi vida entera y más, siempre le querré.
Es que ahora… miro al futuro y al que veo a mi lado es a él; él y yo… siempre, viviendo juntos, jugando con nuestros hijos. Es que lo veo tan claro… Y sí, la verdad es que las palabras «para siempre» asustan, pero mientras esté conmigo sé que no tengo que preocuparme por nada. Ya llevamos bastante tiempo juntos, pero sé que eso no es nada con la vida entera que nos queda por delante. Y me da igual que la gente diga que soy pequeña, que no sé lo que digo y que todo se acaba… Mentira, porque cuando encuentras a esa persona se sabe, no hace falta darle más vueltas… Él es para mí y yo soy para él.
En todo este tiempo he aprendido muchas cosas, he vivido momentos inolvidables, pero sobre todo he sacado una cosa en claro: él me ama y yo le amo a él, y esto no es ninguna tontería, esta es una historia de verdad…
Para siempre, te amo Jesús.
10 de junio de 2010, Irene.