Los Decretos de Nueva Planta (DNP): Unificación y Centralización en España
Contexto Histórico
El ascenso de los Borbones tras la Guerra de Sucesión Española (1701-1714) marcó una etapa de reformas trascendentales en España. Los Decretos de Nueva Planta, promulgados por Felipe V entre 1707 y 1716, fueron una pieza clave en este proceso. Estos decretos, aplicados en la Corona de Aragón debido al apoyo prestado por el archiduque Carlos durante la guerra, supusieron la supresión de los fueros e instituciones particulares de los reinos aragoneses con el objetivo de lograr un estado más unificado. Cabe destacar que el País Vasco y Navarra quedaron exentos debido a su apoyo a Felipe V.
Reformas Implementadas
Los Decretos de Nueva Planta introdujeron las leyes, instituciones y cargos castellanos en los territorios afectados. Se impuso el castellano como idioma oficial, se eliminaron las fronteras internas con Castilla, se instauró un impuesto único y se llevó a cabo una nueva división territorial en provincias.
Reformas de la Administración Territorial
Los derechos de nueva planta transformaron los reinos de la Corona de Aragón en provincias gobernadas por un capitán general, sistema que se generalizó en España, dividiéndola en capitanías generales. La administración territorial quedó en manos de nuevos cargos:
- Intendentes: Con poderes judiciales, administrativos, fiscales e incluso militares, fueron creados durante la Guerra de Sucesión y establecidos definitivamente en 1749. Dependían del monarca o del Secretario de Estado, y a su vez controlaban a los antiguos corregidores que gobernaban los municipios.
- Capitanes Generales: Con funciones militares y judiciales, presidían las Audiencias y sustituían a los virreyes, excepto en América.
Otras Reformas Borbónicas
- Reformas centralizadoras: Se creó una nueva administración central para la unificación del Estado. Se suprimieron los Consejos Reales en favor de las Secretarías de Estado y Despacho, con control sobre ámbitos específicos. Esta medida buscaba limitar el poder de la nobleza y agilizar la administración. Las Cortes de Castilla se convirtieron en las Cortes de España, pero con escasa convocatoria, limitándose a tomar juramento al nuevo rey.
- Reformas en el Ejército: Se sustituyeron los tercios por regimientos, creando un ejército profesional a través de levas y el reclutamiento de vagos y maleantes. La Marina se profesionalizó durante el reinado de Fernando VI, convirtiendo a España en una potencia naval.
- Reformas administrativas en América: Estas reformas, implementadas principalmente durante el reinado de Carlos III, incluyeron la limitación de las funciones del Consejo de Indias, el traslado y posterior supresión de la Casa de Contratación de Sevilla a Cádiz (1790), la introducción de la figura del intendente en América, la creación de nuevos virreinatos (Nueva Granada y Río de la Plata) para mejorar la defensa del territorio, y la creación de un ejército regular americano. La sustitución de criollos por funcionarios españoles y la introducción de nuevos impuestos provocaron numerosas revueltas.
Conclusión: Aunque muchas de estas reformas fracasaron en sus objetivos a corto plazo, contribuyeron a limitar la corrupción y sentaron las bases para los cambios políticos posteriores, incluyendo la independencia de las colonias americanas.
El Sistema de la Restauración Borbónica: Cánovas del Castillo
Antonio Cánovas del Castillo fue el arquitecto de la Restauración borbónica y el ideólogo del sistema político de la Monarquía parlamentaria en España. Su principal objetivo fue preparar el retorno de Alfonso XII al trono español. Para ello, redactó y obtuvo la firma del príncipe Alfonso del Manifiesto de Sandhurst, donde exponía sus ideales religiosos y propósitos conciliadores. Sin embargo, los militares se adelantaron, y el general Martínez Campos proclamó rey a Alfonso XII en Sagunto.
El Sistema de Cánovas
El sistema político de Cánovas se basaba en:
- Dos grandes partidos: Un sistema bipartidista que se alternaría en el poder para evitar la atomización parlamentaria y garantizar las mayorías. Ambos partidos debían aceptar la oposición si perdían la confianza regia y parlamentaria, y respetar la legislación de sus predecesores. Esto se basaba en la doctrina inglesa de la balanza de poderes.
- Tres vértices del proyecto político: El Rey y las Cortes como instituciones fundamentales; el bipartidismo como sistema de alternancia en el poder; y una Constitución moderada como marco jurídico.
Cánovas retomaba los planteamientos del liberalismo doctrinario y la defensa de la soberanía compartida entre el rey y las Cortes, base ideológica del antiguo Partido Moderado. La plasmación jurídica de este régimen se encuentra en la Constitución de 1876, una constitución flexible con un articulado poco preciso que permitía la variación de leyes sin modificar la Constitución, ofreciendo estabilidad al sistema.
El Bipartidismo y el»Turno Pacífic»
Cánovas diseñó un sistema bipartidista: el Partido Conservador (heredero de moderados y unionistas, apoyado por las clases altas) y el Partido Liberal (liderado por Práxedes Mateo Sagasta, apoyado por la burguesía industrial y la población urbana). Ambos partidos representaban un eclecticismo político que permitía un turno pacífico en el poder. El resto de partidos formaban la oposición.
El»turno pacífic» o»turno a la ingles», donde conservadores y liberales se alternaban en el poder, era en realidad una farsa. Las elecciones estaban manipuladas desde el poder, y el cambio de gobierno se pactaba previamente. Para asegurar los resultados electorales, ambos partidos participaban en un sistema de corrupción con la figura clave del cacique, un personaje local que controlaba los votos a través de una red piramidal que llegaba desde la oligarquía madrileña hasta los pueblos y aldeas. El analfabetismo y el control de los caciques facilitaban la obtención de mayorías para el partido gobernante.
Conclusión: El sistema político de la Restauración era una fachada institucional que ocultaba el control del poder por una reducida oligarquía.
El Sexenio Revolucionario (1868-1874): Inestabilidad e Intentos Reformistas
El Sexenio Revolucionario, comprendido entre 1868 y 1874, comenzó tras el triunfo de la Gloriosa y finalizó con el pronunciamiento militar de Martínez Campos en diciembre de 1874, que restauró la monarquía borbónica. Fue un periodo de gran inestabilidad política y social, con numerosos cambios de gobierno, movimientos sociales, guerras y proyectos de reforma que no llegaron a concretarse. En estos seis años se sucedieron diferentes fórmulas políticas: la monarquía y, a partir de 1873, la república.
Grandes Conflictos del Sexenio
- Guerra de Cuba (1868-1878): Una guerra antiesclavista y anticolonialista que fortaleció el sentimiento nacionalista cubano. Las causas fueron políticas (restricciones a los cubanos en cargos públicos y derechos) y económicas (caída del precio del azúcar y aumento de la presión fiscal). La persistencia de la esclavitud y las diferencias entre las regiones de la isla también contribuyeron al conflicto. El gobierno provisional intentó acabar con la insurrección mediante reformas, pero la oposición de la burguesía habanera, el»partido peninsula», impidió su éxito. La guerra finalizó con la Paz de Zanjón (1878), pero el incumplimiento de las promesas españolas llevó a la reanudación del conflicto. Esta guerra generó inestabilidad política, económica y social en España.
- Tercera Guerra Carlista (1872-1876): El triunfo de la Gloriosa y el establecimiento de la monarquía democrática llevaron a algunos moderados a apoyar las pretensiones carlistas ante el incipiente anticlericalismo. La insurrección carlista fue sofocada durante el reinado de Amadeo I, pero el pretendiente carlista volvió a sublevarse, y el gobierno de la Primera República tuvo dificultades para poner fin al conflicto, coincidiendo con la Guerra de Cuba y la insurrección cantonal. La guerra terminó con la derrota carlista y la ley de 1876 que abolió los fueros, incrementando el sentimiento fuerista vasco y dando lugar al Partido Nacionalista Vasco (1895).
- Insurrección Cantonal (1873-1874): Un movimiento insurreccional, principalmente en el Levante y Andalucía, llevado a cabo por republicanos federales que rechazaban la determinación de la estructura federal del Estado desde el gobierno o las Cortes. La insurrección obligó a Pi y Margall a dimitir, y su sucesor, Salmerón, tuvo que recurrir al ejército para sofocarla. Castelar, sucesor de Salmerón, representó el triunfo de la República conservadora, hasta el golpe de Estado de Pavía, que puso fin a la República.
- Conflictividad Social: Los gobiernos del Sexenio enfrentaron un aumento de la conflictividad social. Las clases populares, decepcionadas por la falta de cumplimiento de sus reivindicaciones, se volcaron hacia corrientes internacionalistas. La llegada de Giuseppe Fanelli y Paul Lafargue introdujo el anarquismo y el marxismo en España, generando enfrentamientos entre ambas corrientes y la posterior ilegalización de la Primera Internacional en 1874.
Conclusión: El Sexenio Revolucionario fue un periodo de inestabilidad política y social, marcado por conflictos armados y la falta de consenso entre las diferentes fuerzas políticas. A pesar de sus fracasos, el Sexenio representó un avance en la conciencia política y organizativa del movimiento obrero español, con la introducción del anarquismo y el marxismo.
Ilustración y Despotismo Ilustrado en el Siglo XVIII
El siglo XVIII en España se caracterizó por una recuperación demográfica, económica y cultural. En este último ámbito surgió la Ilustración, un fenómeno cultural e intelectual basado en la razón, la libertad de pensamiento, la tolerancia y el progreso científico.
Despotismo Ilustrado
El despotismo ilustrado fue una forma de gobierno basada en el poder absoluto de la monarquía y el ideal del»rey filósof». Se creía que solo un rey, asesorado por una minoría ilustrada, podía llevar a cabo reformas para el bienestar del pueblo. La reforma provenía de arriba hacia abajo, considerando al pueblo como objeto y no como sujeto.
Difusión de las Ideas Ilustradas
Para la difusión de las ideas ilustradas se utilizaron:
- Educación: Los grupos sociales altos recibían educación académica, mientras que los grupos bajos se limitaban a conocimientos básicos.
- Sociedades Económicas de Amigos del País: Instituciones privadas que difundían nuevas técnicas económicas.
- Prensa: Principalmente científica.
Carlos III fue el monarca que mejor encarnó las ideas del despotismo ilustrado. Su reinado se divide en dos etapas: una con influencia italiana (ministros como Esquilache) y otra con ministros como Campomanes. Carlos III modernizó la capital y realizó reformas administrativas, económicas y fiscales.
Reformas de Carlos III
- Económicas: Se abordó el problema de las tierras amortizadas (propiedad de la nobleza y el clero) mediante el arrendamiento a campesinos y la colonización de nuevas tierras. También se impulsó el proteccionismo y la creación de manufacturas reales. En el comercio, se crearon infraestructuras como el Canal de Castilla.
- Fiscales: Se combatió la evasión de impuestos, se creó el Banco de San Carlos y la Lotería Nacional.
Conclusión: Las reformas ilustradas no transformaron las bases de la sociedad, pero sentaron las bases para el posterior desmantelamiento del Antiguo Régimen.
El Estatuto Real (1834), la Constitución de 1837 y la Constitución de 1845: Un Comparativo
Durante la Regencia de María Cristina se redactó el Estatuto Real (1834), una ley fundamental sobre el funcionamiento de las Cortes. En 1837, tras revueltas, se redactó la Constitución de 1837, con concesiones a los moderados. En la década moderada del reinado de Isabel II (1844-1854), se promulgó la Constitución de 1845, de carácter moderado.
Comparativa de las Tres Declaraciones
Característica | Estatuto Real (1834) | Constitución de 1837 | Constitución de 1845 |
---|---|---|---|
Naturaleza | Carta otorgada, ley fundamental sobre las Cortes | Constitución | Constitución |
Soberanía | Monarca | Nacional (compartida en la práctica) | Monarca |
Cortes | Bicamerales (Estamento de Próceres y Estamento de Procuradores) | Bicamerales (Congreso de los Diputados y Senado de elección real) | Bicamerales (Congreso de los Diputados y Senado de elección real) |
Funciones de las Cortes | Consultivas (aprobar impuestos y recibir quejas) | Poder legislativo | Poder legislativo |
Poder del Rey | Poder legislativo | Comparte poder legislativo, elige ministros, disuelve Cortes | Comparte poder legislativo, elige ministros, disuelve Cortes, senadores de elección real |
Sufragio | Muy restringido e indirecto | Indirecto (4% de la población) | Directo (1% de la población) |
Declaración de Derechos | No existe | Limitada | Limitada (puede ser restringida por leyes posteriores) |
Relaciones Iglesia-Estado | Catolicismo como religión principal | Confesionalidad del Estado (menos tajante en 1837) | Confesionalidad del Estado |
Vigencia | Dos años | Ocho años (parte de la minoría de edad de Isabel II y dos de su mayoría de edad) | Nueve años (Década Moderada) y doce años más |
Conclusión: El Estatuto Real favorecía a los estamentos privilegiados. La Constitución de 1837 reflejaba el ideario progresista, pero con concesiones a los moderados. La Constitución de 1845 consolidó el poder de los moderados y el control de la oligarquía.
El Reinado de Isabel II: Inestabilidad Política y Reformas
Tras la muerte de Fernando VII, María Cristina asumió la regencia debido a la minoría de edad de Isabel II. El reinado de Isabel II se caracterizó por la alternancia entre progresistas y moderados y la inestabilidad política.
Regencia de María Cristina (1833-1840)
Inicialmente, María Cristina se apoyó en absolutistas moderados, quienes solo llevaron a cabo reformas administrativas. La necesidad de apoyos para la guerra la obligó a llamar a Martínez de la Rosa, quien redactó el Estatuto Real en 1834. El Estatuto dividió a los liberales en moderados y progresistas. Tras revueltas urbanas, los progresistas accedieron al gobierno en 1835, emprendiendo una reforma agraria (Desamortización de Mendizábal) y redactando la Constitución de 1837. Los moderados, tras ganar las elecciones, gobernaron limitando los aspectos progresistas de la Constitución. Nuevas revueltas llevaron a la renuncia de María Cristina y al ascenso de Espartero.
Regencia de Espartero (1840-1843)
Espartero continuó con las reformas, pero el levantamiento de Barcelona por la libertad arancelaria y la pérdida de apoyo lo llevaron a ser derrocado por una coalición de moderados y progresistas, quienes adelantaron la mayoría de edad de Isabel II.
Reinado Personal de Isabel II (1843-1868)
Década Moderada (1844-1854)
Dominio absoluto de los moderados con Narváez, con un giro hacia posiciones conservadoras, fijadas en la Constitución de 1845. Se buscó la estabilidad política mediante el control (censura, Guardia Civil, centralización). Se creó el Banco de España. Se enfrentaron a la Segunda Guerra Carlista y a la oposición de progresistas y demócratas.
Bienio Progresista (1854-1856)
Presidido por Espartero y O’Donnell, se redactó una nueva Constitución (1856, no promulgada) con tolerancia religiosa. Se llevaron a cabo reformas económicas para fomentar la industrialización (Ley General de Ferrocarriles, Desamortización de Madoz). La crisis económica y los levantamientos obreros llevaron a la dimisión de Espartero y el nombramiento de O’Donnell.
Conclusión: El reinado de Isabel II estuvo marcado por la inestabilidad política y la alternancia entre progresistas y moderados, con importantes reformas económicas y constitucionales.