Los Pueblos Prerromanos
Cuando llegaron los romanos a la Península Ibérica, se encontraron con una serie de pueblos que eran el resultado de una larga evolución cultural. El pueblo de los íberos, cuya cultura se formó por la evolución indígena junto con la influencia de fenicios, griegos y cartagineses, tenía una sociedad principalmente agrícola. Experimentaron un desarrollo cultural y artístico, con la creación de una escritura propia y la utilización de la moneda. Los pueblos del norte de la Península Ibérica, introducidos en el hierro, eran pueblos pastores y agricultores que ofrecieron una gran oposición a la ocupación romana. En cuanto a los colonizadores, destacan los fenicios y los griegos. Los fenicios, establecidos en la Península Ibérica, desarrollaron técnicas mineras y una escritura alfabética, dedicándose principalmente al comercio de metales. Ambos pueblos dieron un gran salto en su desarrollo social, económico y cultural. Los colonizadores llegaron atraídos por Tartessos, la cultura más antigua, localizada en el valle del Guadalquivir. Tartessos fue un reino cuya base económica, aparte de la agricultura, era la minería y el comercio. También contaba con una estructura monárquica y una legislación estricta.
Descubrimiento de América
1492 fue un año fundamental en la historia de España. Además de culminar el proceso de Reconquista, se produce la expansión hacia el oeste. La guerra de Granada termina con Boabdil acordando la rendición a Castilla, pero la ruptura de este acuerdo sirvió como excusa para asediar Granada en 1492. Posteriormente, en 1499, ocurre la conversión católica de Cisneros y la expulsión de musulmanes y judíos en 1502. En este mismo año, se firman las Capitulaciones de Santa Fe, que reconocen a Colón como Almirante, Virrey y Gobernador General, y también la décima parte de lo que consiguiese en la financiación del viaje. El viaje fue posible por los avances de la navegación, la caída de Constantinopla en 1453 y la ruta portuguesa por el sur de África. El 12 de octubre de 1492 se produce el descubrimiento. Esto desencadena una guerra entre Portugal y Castilla por los límites, que se resolverá con el Tratado de Alcaçovas, y más tarde con el Tratado de Tordesillas en 1494.
Exploración y Colonización de América
La colonización terminó con Carlos I y Felipe II, llevándose a cabo mediante las capitulaciones entre la corona y los conquistadores. Hernán Cortés conquista el Imperio Azteca, Francisco Pizarro el Imperio Inca y Pedro Alvarado el Imperio Maya. La colonización se llevó a cabo mediante las encomiendas (asignación de indios para trabajar), el repartimiento y la mita (trabajo en las minas). El comercio fue regulado por la Casa de Contratación y para la administración se crea el Consejo de Indias. Como consecuencias, se empiezan a importar nuevos productos como el cacao, el oro y la plata, pero también hubo malas consecuencias, como la desaparición de los pueblos precolombinos por el mestizaje, la imposición del cristianismo y nuevas enfermedades.
El Imperio de los Austrias
Los dominios de Carlos I se configuraron gracias a las herencias de Isabel (Castilla, Navarra, Canarias y dominios americanos) y Fernando (Aragón, Cerdeña, Nápoles, Sicilia y el Rosellón). Tras la muerte de Fernando en 1516, Carlos accede al trono, y en 1520 es coronado emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Durante su reinado tuvo que hacer frente a conflictos tales como la rebelión de los Comuneros en Castilla y las Germanías en Aragón y Valencia. En el exterior, tuvo que hacer frente a los turcos en Túnez, a la Francia de Francisco I (que fueron derrotados en Pavía en 1525) y al auge de las rebeliones protestantes en Alemania. Se pactará una Contrarreforma en el Concilio de Trento en 1545, pero en la Paz de Augsburgo se da libertad religiosa en Alemania en 1556. Carlos abdica en su hijo Felipe II.
La Monarquía Hispánica
Carlos V abdicó en 1556, dejando a su hermano Fernando los dominios austríacos y el título imperial, y a su hijo Felipe II el resto. El reinado de Felipe II (1556-1598) configuró la Monarquía Hispánica. Esta se basa en la defensa del catolicismo, la política autoritaria, la tendencia al centralismo y el respeto por las leyes de cada territorio. Logró la unión de Portugal a la península tras las Cortes de Tomar. Las instituciones durante su reinado serán las ya preexistentes, donde los virreyes toman importancia ante la decadencia de las Cortes. La administración recae en los consejos y la regulación burocrática se lleva a cabo por Hacienda. Se llevó a cabo una reforma fiscal para la centralización administrativa. Los conflictos internos durante su reinado fueron la rebelión de las Alpujarras (por la prohibición de costumbres islámicas) o la huida de Antonio Pérez, que causó la supresión de privilegios y la toma de Zaragoza. En el exterior, se enfrentó a los turcos, a Francia y perdió contra los ingleses.
Los Austrias del Siglo XVII
La dinastía de los Habsburgo mantendrá su hegemonía hasta la derrota ante Francia en la Guerra de los Treinta Años. Durante esta época destaca la figura del valido, que gobernaba en nombre del rey. Felipe III tuvo de valido al Duque de Lerma y al Duque de Uceda, que expulsará totalmente a los moriscos en 1609, dañando así la economía y la demografía. El valido de Felipe IV fue el Conde-Duque de Olivares, cuyo proyecto fue la Unión de Armas (cada territorio aportó dinero y tropas) y el mantenimiento de la hegemonía, que derivará en la grave crisis de 1640: independencia de Portugal a manos de Juan IV y la revuelta de *els segadors* en Cataluña, aceptando finalmente los fueros catalanes en 1652. Carlos II sucedió a Felipe IV, pero por su incapacidad para gobernar se apoyó en validos como Juan José de Austria, el Conde de Medinaceli y el Conde de Oropesa.
La Guerra de los Treinta Años
La latente rivalidad religiosa en el Sacro Imperio llevará en 1618 al estallido de la Guerra de los Treinta Años. España estaba de parte del bando imperial para la defensa del catolicismo frente al protestantismo. Esta guerra forma parte de la política internacional del Conde-Duque de Olivares, donde buscaba la pervivencia de la hegemonía española con la unión de las dos ramas de los Austrias, que será aprovechada por Francia para predominar en Europa. El conflicto finalizará con la Paz de Westfalia en 1648, donde se reconoció la libertad religiosa en el Imperio y la Monarquía Hispánica es obligada a conceder la independencia a las Provincias Unidas. Este conflicto siguió activo en el frente franco-hispano. Tras la firma de la Paz de los Pirineos, España perderá el Flandes, el Rosellón y la Cerdaña.
La Guerra de Sucesión
La muerte de Carlos II en 1700 provoca un conflicto sucesorio entre los partidarios franceses y austríacos. El miedo a una hegemonía francesa lleva a la creación de la Alianza de La Haya entre el Sacro Imperio, a la que se le unirá Portugal con el Tratado de Methuen en 1703. Pero tras la muerte del emperador, la alianza se rompe y, por miedo de Inglaterra a la hegemonía, acepta a Felipe como rey de España si rechaza sus derechos sobre el trono francés. Felipe de Anjou pasa a ser Felipe V y, a pesar de sus muchas victorias, consolidará su poder hasta la caída de Cataluña en 1714. La paz se asienta tras la Paz de Utrecht, que permite a Gran Bretaña el acceso al Mediterráneo y el comercio americano con la concesión del navío de permiso.