Historia de la filosofía de la naturaleza y cosmovisiones


La filosofía de la naturaleza, a veces llamada filosofía natural o cosmología es el nombre que recibió la rama de la ciencia que hoy conocemos como física hasta mediados del siglo XIX.

Esta rama trata de dar una explicación racional a las preguntas relacionadas con la composición de la materia, su origen, el movimiento y las leyes que lo rigen. Se podría decir que la filosofía de la naturaleza es la antecesora de las ciencias modernas.

Estos «filósofos de la naturaleza» se interesaron por el problema cosmológico, es decir por el origen del mundo, y trataron de dar respuesta a sus interrogantes partiendo de objetos concretos de la naturaleza a los que llamaron arjé (principio).

Cosmovisión

Para hacer referencia al conjunto de ideas sobre el mundo que comparten los habitantes de una misma civilización, cultura o sociedad se recurre a la noción de COSMOVISIÓN.

Proviene de la palabra griega cosmos, que significa “belleza, armonía, orden”. En la Antigüedad se utilizaba para referirse al universo como una totalidad ordenada. Por lo que podríamos decir que su significado es la “visión del universo”, que puede cambiar según cultura o época. Conjunto sistemático de creencias y concepciones que influyen en la manera de percibir la realidad de un grupo de personas.

Tres grandes cosmovisiones científicas:

– C. Antigua: Antigua Grecia (S. IV a.C) hasta primera mitad S. XVI.

– C. Moderna: Ideas nacidas de la Rev. Científica, entre S. XVI y XIX.

– C. Contemporánea: Principales ideas desde principios S. XX hasta actualidad.

Si mirábamos el movimiento de los astros durante veinticuatro horas continuas, todos ellos se movían de forma conjunta, realizando un movimiento circular completo (de 360º) alrededor de un mismo eje. Si nos dejáramos llevar, como ellos, por lo que nuestros sentidos nos muestran, claramente concluiríamos que la Tierra no es la que se mueve sino que es la bóveda celeste, en la que están sujetos los planetas. Les parecía que el cielo que era inmutable, puesto que nada cambiaba en él a pesar del paso del tiempo, ya que todo ocurría siempre igual. Esta regularidad contrastaba con el cambio permanente que se producía en las cosas de la tierra, donde lo único constante es el cambio. Parecía que se trataba de mundos opuestos, uno inmutable y otro sometido al constante cambio. Esto los llevó a pensar que la Tierra y los cielos eran mundos diferentes, a pesar de formar parte del mismo universo.

Los filósofos de Mileto coincidieron en considerar que las sustancias provienen de un principio único y natural llamado arjé. Todas las cosas provendrían de sucesivas transformaciones de este principio. Para Tales era el agua, y para Anaxímenes era el aire.

Podríamos explicar el PROBLEMA DE PLATÓN como las incoherencias que observó Platón desde la Tierra. Consideraban a las estrellas como eternas, divinas e inmutables; que se movían según la trayectoria divina, que era el círculo, pero observó cuerpos celestes que parecían errantes, y con movimientos irregulares y desconcertantes, es decir, sin describir un círculo. Este fue el problema que planteó Platón en sus observaciones astrales.

Pero Eudoxo trató de solucionar esta incoherencia con la Teoría de las Esferas Homocéntricas.

El movimiento de cada planeta era el resultado de su vínculo con grupos de cuatro esferas, dando lugar a los aparentes y azarosos movimientos planetarios, de tal modo que decían que esos movimientos aparentemente irregulares se explicaban por la unión sucesiva de movimientos circulares, la figura divina y perfecta.

Para Aristóteles el cosmos se dividía en dos mundos de naturaleza distinta:

– Mundo sublunar o Terrestre: Habita el ser humano, forma esférica, Tierra como centro del universo (geocentrismo), formada por 4 elementos (tierra, agua, fuego, aire) y la Luna es la frontera entre los dos mundos.

– Mundo supralunar o Celeste: Más allá de la Luna, con límite en la esfera de las estrellas fijas. Más allá no hay nada. Compuesto por un quinto elemento, el éter, perfecto, puro, inalterable y sin peso. Este mundo es eterno e inmutable.

Metáfora con que se alude al cambio radical de perspectiva que supone el colocar al sol como cetro del universo (heliocentrismo). También estableció que la Tierra realizaba tres movimientos:

– Rotación: sobre su propio eje.

– Traslación: alrededor del Sol.

– Precesión: ligero movimiento de balanceo.

Copérnico no fue creído, pero gracias a él, en el futuro, Kepler pudo desarrollar su tesis, y a Newton formular sus leyes. LA visión moderna del universo estaba en marcha.

Fue Galileo el que estableció el principio de inercia, según el cual los cuerpos tienden a permanecer en reposo o bien a velocidad uniforme a no ser que actúe sobre ellos una fuerza.

El principio de inercia justificaba que los planetas no se movieran por el impulso de un primer motor, como defendía Aristóteles, sino porque no había ninguna fuerza que lo frenara.

Determinismo. Al tener toda la información y conocer todas las leyes físicas, podríamos predecir cualquier fenómeno con absoluta seguridad ya que las leyes que gobiernan la materia son de tal manera, que siempre a una determinada situación le puede seguir un único acontecimiento posible.

– Copérnico: propuso la Teoría del Heliocentrismo. Rotación y Traslación.

– Brahe: consiguió detallar la aparición de una supernova, también demostró que la trayectoria de un cometa se encontraba más allá de la Luna.

– Kepler: Aceptó el heliocentrismo. Concluyó con sus observaciones que las órbitas de los planetas no eran perfectamente circulares, sino elíptica, y que el Sol se encontraba en uno de los focos. Elaboró tres leyes, llamadas las leyes de Kepler.

– Galileo: Júpiter contaba con un grupo de satélites que giraban a su alrededor. Observó las manchas solares. Estableció el Principio de Inercia, del que deriva el fenómeno de invarianza. Estudió los cuerpos en caída libre, y estudió la trayectoria parabólica de los proyectiles.

– Isaac Newton: Determinó que todos los cuerpos del universo son el origen de la fuerza de gravedad y a su vez se ven afectados por ella. Formuló y propuso la ley gravitacional universal.

Se concebía la idea del mundo como una máquina perfecta, donde todo sucede por causas controlables y predecibles. Universo magna.

Reduce el papel de Dios al de creador y diseñador del mundo y sus leyes. Una vez dios ha creado el mundo, ya no interviene sobre él.

Ocupa un diminuto rincón en un universo tal vez infinito. Esto causaba sentimiento de inseguridad en las personas.

Con la Teoría de la relatividad especial afirmaba que no existen un espacio y un tiempo absolutos e independientes del sujeto que los experimenta, por los que espacio y tiempo forman un continuo cuatridimensional. Y con la Teoría general de la relatividad propone la idea del campo gravitatorio, según el cual, la materia deforma la geometría del espacio que la rodea, influyendo sobre los cuerpos que se encuentran en él. (Y que en las prox. De una gran masa, el espacio está más curvado y el tiempo transcurre más lentamente).

– La acción gravitatoria detendrá la expansión del universo y originará un proceso de contracción (BIG CRUNCH) que conducirá, de nuevo, al momento inicial, a partir del cual se producirá un nuevo BIG BANG, y así sucesivamente.

– La expansión continuará indefinidamente y el universo “morirá” por enfriamiento al dispersarse la materia y la energía en un espacio cada vez más frío y grande.

Que las propiedades corpusculares y ondulatorias son incompatibles, ya que siempre se había considerado la materia discontinua y de manera corpuscular, formada de partículas indivisibles o átomos, y la energía, continua y de naturaleza ondulatoria.

Afirma que la mecánica cuántica no puede establecer, simultáneamente y con precisión, la posición y la velocidad de una partícula como el electrón, ya que toda medición implica una interacción entre el observador y el objeto observado que altera las condiciones de ese último.

– Imposibilidad de separación sujeto-objeto: Hemos visto al hablar del principio de incertidumbre que, para observar algo, hay que interaccionar con ello. Cuando lo observamos es de un tamaño suficientemente pequeño, esta interacción condiciona el resultado del experimento. Por tanto, la física cuántica llega a poner en entredicho la creencia (procedente de la herencia griega) de que el mundo es una realidad objetiva que el ser humano puede llegar a conocer.

– Indeterminismo e imprevisibilidad: Tanto como la mecánica cuántica como la teoría del caos cuestionan gravemente la imagen determinista del mundo. Según la primera solo se pueden establecer leyes estadísticas que no predicen con exactitud el resultado de una observación, sino que tan solo calculan sus probabilidades. Y la teoría del caos nos enseña que incluso si partiéramos de un enfoque determinista, los fenómenos muy sensibles a las condiciones iniciales impiden que se puedan hacer predicciones fiables a partir de un cierto tiempo.

– Alejamiento respecto al sentido común: La teoría de la relatividad, la física cuántica y la teoría del caos se distancian de nuestras intuiciones y percepciones habituales, por lo que resultan poco comprensibles para los que no son expertos.

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