Impacto del Imperialismo
El imperialismo, fenómeno predominante a finales del siglo XIX y principios del XX, dejó una huella profunda y duradera en todo el mundo. Sus consecuencias se manifestaron en múltiples ámbitos:
Impacto Cultural
Se produjo un proceso de aculturación, donde la cultura de las metrópolis se impuso, llevando a la desaparición de costumbres, lenguas, religiones y otros rasgos culturales locales. Un aspecto positivo, aunque limitado, fue la alfabetización de parte de la población.
Impacto Político
Las potencias occidentales se repartieron los territorios colonizados, como se ejemplifica en el reparto de África durante la Conferencia de Berlín. Se crearon fronteras artificiales que a menudo unían a tribus rivales o separaban a grupos con lazos comunes de lengua, religión, cultura o parentesco. Estos trazados arbitrarios generaron conflictos que, en muchos casos, persisten hasta la actualidad.
Impacto Económico
Las colonias se volvieron económicamente dependientes de las metrópolis. Los recursos naturales de las colonias fueron explotados en beneficio de las potencias coloniales. La metrópoli obligaba a la colonia a comprar sus productos industriales, arruinando la actividad artesanal local. Las mejores tierras fueron expropiadas para establecer grandes plantaciones de monocultivo, como el café, por ejemplo.
Impacto Ecológico
Se produjo una sobreexplotación de recursos, como la madera, y una caza indiscriminada, generando un impacto ambiental significativo.
Impacto Social
- Positivo: Introducción de vacunas y medidas higiénicas, lo que disminuyó la mortalidad y causó un aumento de la población.
- Negativo: Se produjeron genocidios, la población local vivía en condiciones laborales precarias, y se establecieron nuevas élites europeas que gozaban de privilegios. Aunque se ofrecieron privilegios a las élites locales leales, la desigualdad social se incrementó.
La Conferencia de Berlín (1884-1885)
Promovida por el canciller alemán Bismarck, esta conferencia reunió a trece potencias europeas y a Estados Unidos para establecer las reglas de la colonización en África. El acta resultante promovía la «civilización» de los pueblos africanos y las misiones religiosas, prohibía la esclavitud y declaraba la libre navegación y comercio en las cuencas del Congo y del Níger. Sin embargo, el principal resultado fue la regulación del reparto de África, con el trazado de fronteras artificiales que desencadenaron numerosos conflictos.
El Sistema de Alianzas de Bismarck (1870-1890)
Bismarck, canciller alemán, diseñó un conjunto de alianzas entre 1870 y 1890 para consolidar la hegemonía del Imperio Alemán y aislar a Francia, su principal rival tras la pérdida de Alsacia y Lorena en la guerra franco-prusiana. Buscó acercarse al Imperio Ruso y al Imperio Austrohúngaro mediante la Liga de los Tres Emperadores. En 1882, logró pactar con Italia y el Imperio Austrohúngaro la Triple Alianza.
La Paz Armada (1890-1914)
Este período se caracteriza por una tensa calma en Europa. Aunque no había una guerra declarada, las potencias europeas incrementaron sus gastos en armamento, impusieron el servicio militar obligatorio, difundieron propaganda nacionalista y buscaron alianzas en respuesta a las forjadas por el Imperio Alemán. A pesar de que la mayoría no deseaba la guerra, existía la percepción generalizada de que un conflicto era inminente, y se preparaban para él. Como reacción a la Triple Alianza, se formaron el acuerdo franco-ruso y la Triple Entente (1907) entre Francia, Rusia y Reino Unido.
Guerra Total
Concepto que describe un conflicto en el que los países participantes emplean *todos* sus recursos disponibles (políticos, humanos, tecnológicos, industriales, agrícolas, científicos, etc.) para ganar la guerra. Todo se subordina al esfuerzo bélico. No hay límites en el tipo de armas utilizadas, y se busca destruir la economía, infraestructuras e industria del enemigo. El objetivo es desmoralizar al enemigo y aniquilar sus recursos para impedirle continuar la guerra. El número de víctimas civiles suele ser elevado.
Sóviets
La palabra «sóviet» significa «asamblea» o «consejo» en ruso. Los sóviets eran asambleas de obreros, soldados y campesinos que surgieron en 1905 en el Imperio Ruso. Desempeñaron un papel crucial en la organización de huelgas y en la oposición al gobierno zarista. Fueron fundamentales en las revoluciones de febrero y octubre de 1917 y, posteriormente, en la estructura de la Unión Soviética.