Importancia de la protección civil en Venezuela


Introducción La larga crisis del sistema canovista se resolvíó de forma inesperada mediante el golpe de Estado del General Miguel Primo de Rivera, el 13 de Septiembre de 1923, golpe aceptado por el monarca y parte de la opinión pública. Pronto se transformó en una dictadura que fomentó el desarrollo económico y mantuvo la paz social, a cambio de paralizar la Constitución, prohibir la actividad política y controlar la prensa. El intento final de establecer un Estado corporativista apoyado por un partido único, a imitación del modelo fascista, fracasó. Finalmente, terminó por producirse una crisis política que, tras acabar con Primo que dimite el 28 de Enero de 1930, desprestigió al rey Alfonso XIII y allanó el camino a la II República, que llegaría en 1931. CAUSAS Los años anteriores al Golpe de Estado estuvieron marcados por la crisis de la Restauración y el intervencionismo de Alfonso XIII. Por un lado, la división de los partidos del turnismo impulsó una política reformista marcada por la inestabilidad gubernamental que dio margen a la oposición para reforzarse: auge de los nacionalismos, consolidación del movimiento obrero en el socialismo y anarquismo, y surgimiento de nuevos partidos republicanos y carlistas. Por otro lado, la Guerra de Marruecos generaba un clima de tensión y conflictividad social que derivó en la Semana trágica en 1909 (revueltas populares en Barcelona duramente reprimidas) y la Triple crisis de 1917: huelga general de los sindicatos, intento de elaborar una nueva Constitución y la formación de Juntas de Defensa por militares que pedían subida del sueldo y ascenso por edad en lugar de por méritos). La última causa del fin de la Restauración fue el Desastre de Anual: en 1921 el ejército del general Silvestre fue derrotado en Anual por su mala gestión. La investigación de las responsabilidades (Expediente Picasso) implicaba al monarca y altos cargos del ejército. Además, el gobierno liberal de García Prieto en Abril de 1923 propónía reformas de la Constitución (limitar el poder real, leyes laborales a favor de los obreros y reducir la influencia de la Iglesia) y una nueva Ley electoral (acabar con el fraude electoral) que los perjudicaba. Golpe de Estado Bajo estas amenazas, Alfonso XIII y Miguel Primo de Rivera (General de Cataluña) se reúnen en secreto para acordar el Golpe de Estado, que se produjo el 13 Septiembre 1923 en Barcelona. Los militares se sublevaron y, ante la negativa del rey de despedirlos, el Gobierno se ve obligado a dimitir y las Cortes se disuelven (parada en el turnismo); declarándose el Estado de guerra. 


 Las primeras medidas estaban dirigidas a establecer una Dictadura, a la que inicialmente la población se mostró indiferente (“masa neutra”): personas apolíticas y de centro que anteponen la estabilidad política y social a las cuestiones ideológicas. La Dictadura atravesó dos fases: Directorio Militar y Directorio Civil. DIRECTORIO MILITAR (1923-1925) Durante el Directorio Militar el gobierno estuvo formado por 8 generales y 1 almirante, siendo Primo de Rivera el jefe de Estado. Para acabar con el caciquismo, elaboró un Estatuto Municipal y otro Provincial, y sustituyó a los alcaldes por Juntas de Vocales. Para poder pertenecer a ellas debías ser miembro de la Uníón Patriótica, “partido” (sin programa ideológico) único gubernamental creado en 1924 con el fin de prestar apoyo social a la Dictadura; apoyado por el Somatén (fuerzas de seguridad que Primo de Rivera vuelve a activar y extender por el país). Por lo que esta medida, en la práctica, se limitaba a sustituir unos caciques por otros. Otro de sus objetivos era el orden público: en Cataluña suprime el Estatuto de autonomía y prohíbe el catalán; y reprime cualquier tipo de protesta de la CNT (anarquistas) cuyos miembros acabarían exiliándose. Sin embargo, su gran éxito fue acabar con la guerra de Marruecos. Asumíó el mando e hizo un pacto con Francia, cuyo resultado fue el desembarco de Alhucemas en 1925 que acaba con la resistencia de las rifeños. Tras varias derrotas, su líder Abd-el Krim acabó entregándose a los franceses, y en 1927 se dio por terminada la guerra. También establecíó una legislación social, reguló el trabajo femenino, construyó viviendas para los obreros, e invirtió en obras públicas para aumentar el empleo, dando popularidad al régimen. DIRECTORIO CIVIL (1926-1930) Tras esto, Primo de Rivera decidíó sustituir el Directorio Militar por un Gobierno civil que contaba con civiles como Calvo Sotelo (ministro de Hacienda) y Eduardo de Aunós (ministro de trabajo), buscando el apoyo de los industriales y de la banca. Estaba formado por militares, funcionarios, organizaciones católicas y propietarios de zonas rurales. Para institucionalizar la Dictadura se convocó una Asamblea Nacional Consultiva (sustitución de las Cortes) cuyos miembros eran elegidos por sufragio indirecto entre las grandes instituciones públicas o directamente por el Gobierno (copia del Consejo Fascista Italiano). Elaboró un Estatuto Fundamenta l de la Monarquía, a modo de Constitución, que declaraba un Estado muy autoritario, sin soberanía nacional ni división de poderes. Sin embargo, no consiguieron darle el respaldo legal a la dictadura. 


  Para controlar el movimiento obrero, se fundó la Organización Corporativa Nacional en 1926, un sindicato vertical que agrupaba a los trabajadores en grandes corporaciones. Los conflictos se solucionaban a través de los Comités Paritarios en los que se regulaba el trabajo, los salarios, etc., bajo el control del Estado. Al principio recibíó el apoyo de la UGT. Económicamente, la Dictadura se benefició de la prosperidad económica internacional (los felices años 20). La idea principal era nacionalizar los sectores importantes y aumentar la intervención estatal: Decreto de Protección de la Industria Nacional para ayudar a las empresas que no podían competir en el exterior, concesión de grandes monopolios como La Compañía Telefónica Nacional, apoyo al regadío con las Confederaciones Hidrográficas que aprovechaban los recursos hidráulicos y las exposiciones de 1929 (Iberoamericana de Sevilla y Universal de Barcelona). Pero toda esta política supuso un endeudamiento del Estado por la mala reforma fiscal (los préstamos no se devolvían). LOS APOYOS Y LA OPOSICIÓN A LA DICTADURA: FIN DE LA DICTADURA. El Régimen dictatorial recibíó el apoyo de la oligarquía de terratenientes e industriales, el Ejército, la Iglesia, el Rey, gran parte de las clases medias y también parte del mundo obrero. Por su parte, los socialistas no ofrecieron resistencia y posteriormente se unieron a los apoyos. No obstante, contaba con la oposición de algunos líderes de los partidos dinásticos, los republicanos, los nacionalistas, los comunistas y los anarquistas. Intelectuales como Miguel de Unamuno y Ortega y Gasset también se opusieron al régimen. Así mismo, se formó la Federación Universitaria Española. Por otra parte, el creciente descontento en las filas del Ejército produjo numerosas conspiraciones militares. A principios de 1929, con la quiebra de la bolsa de Nueva York, una oleada de huelgas por el incremento del paro sacude el país. Hubo un intento de acabar con la dictadura, que fracasó porque no se pusieron de acuerdo las distintas facciones civiles y militares, ante el que Alfonso XIII optó por retirar la confianza a Primo de Rivera, que dimitíó el 28 Enero 1930 y se exilió a París. Fue sustituido por el general Berenguer con el objetivo de celebrar unas elecciones que permitieran volver a la Restauración. Fue un proceso tan lento que acabaron por llamarla “dictablanda” o “error Berenguer”. La oposición comenzó a organizarse y los republicanos, antiguos monárquicos del turno, catalanistas de izquierda y PSOE firmaron el pacto de San Sebastián en Agosto 1930 para poner fin a la monarquía y crear un comité 


revolucionario que se convertiría en el gobierno provisional de la futura República, proclamada el 14 Abril 1931 tras las elecciones que convoca el almirante Aznar. CONCLUSIÓN: CONSECUENCIAS DE LA DICTADURA. Los gobiernos del general Berenguer y del almirante Aznar no fueron capaces de reorganizar un sistema parlamentario en España porque la vinculación de la Corona con la Dictadura hizo imposible la credibilidad del rey como árbitro de todos los grupos políticos y representante del Estado. La proclamación de la II República española y el abandono del poder por parte de Alfonso XIII hicieron posible el inicio de un nuevo ensayo democrático bajo un régimen republicano, primero de izquierda durante el bienio progresista 1931-33, luego de derechas después de las elecciones de 1933. Las elecciones de Febrero de 1936 dieron la victoria al Frente Popular, que intentó desarrollar un proceso revolucionario de izquierdas. Un proceso que en modo alguno fue admitido por los grupos oligárquicos y que desembocó en el Golpe de Estado de Julio de 1936, preludio de la Guerra Civil.

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