1. Introducción
El origen del Impresionismo se da con la separación de un grupo de pintores —Monet, Renoir, Pissarro, Sisley y Cézanne, entre otros— quienes, hartos de verse excluidos por el arte oficial, organizaron una exposición. En ella se ridiculizó la obra de Monet Impresión. Sol naciente, de donde nació la denominación de «Impresionismo».
El Impresionismo tiende a llevar pinceladas sueltas combinadas con un interés por la luz que diluye las formas, aclara los colores, elimina el claroscuro y colorea las sombras. Tiene un constante contacto con la naturaleza y una temática variada. El Impresionismo se puede definir como un sistema pictórico que reproduce la impresión tal y como ha sido percibida realmente.
En este trabajo de investigación encontrará las características generales del Impresionismo, así como una pequeña historia de cómo se fue fomentando en sus representantes: Edgar Degas, Claude Monet, Berthe Morisot, Camille Pissarro, Auguste Renoir y Alfred Sisley.
2. Precedentes
En la primera mitad del siglo XIX, en pleno romanticismo, Joseph Mallord William Turner y John Constable —pintores paisajistas ingleses— sentarían las bases sobre las que más adelante trabajarían los impresionistas.
De Turner los impresionistas tomarían su gusto por la fugacidad, sus superficies borrosas y vaporosas y el difuminado y mezcla de amarillos y rojos intensos. Así como la descripción de un momento visual más allá de la descripción formal, en el que la luz y los colores dan lugar a una «impresión» más poderosa. El máximo exponente de estas características lo encontramos en Lluvia, vapor y velocidad (1844) de la National Gallery de Londres, un cuadro preimpresionista. Los impresionistas eliminarán el componente sublime de la obra de Turner, propio de la pintura romántica.
Un autor clave entre los precursores del movimiento impresionista es Édouard Manet. Dos de sus obras son esenciales en la comprensión de su influencia sobre el grupo.
En su Almuerzo sobre la hierba, Manet presenta un bodegón. Pese a que las figuras representadas son humanas, el autor trabaja el cuadro como si fuera una naturaleza muerta. Esto se evidencia por la ausencia de conexión de unos personajes con otros, tres personajes van vestidos mientras que el cuarto está desnudo; las miradas nunca se encuentran aunque haya un personaje hablando y la disposición en primer (cesta y comida), segundo (grupo) y tercer término (mujer en el agua) es meramente compositiva. Este trabajo influenciará a los impresionistas en la desatención del modelo y de la narración.
Por otra parte, El bar del Folies-Bergère evidenciará el deseo de tratar los fenómenos lumínicos al introducir un espejo al fondo que refleja toda la profundidad de la sala y las grandes lámparas de araña, iluminación artificial que crea una luz difusa y menos directa y, por tanto, más difícil de pintar, recordándonos a las escenas festivas de Renoir.
Los impresionistas habían tenido un precedente en Camille Corot y en la Escuela de Barbizon. Corot tuvo un importante papel en la formulación del Impresionismo, porque renunció a muchos de los recursos formales renacentistas prefiriendo concentrar su atención en espacios más planos, más sencillos y en superficies más luminosas. Y, aunque a diferencia de los impresionistas nunca llegó a fragmentar la luz en sus componentes cromáticos y siempre organizó y simplificó sus formas para conseguir una cierta composición clásica, también usó con frecuencia una elevada clave tonal así como, en términos generales, un frescor y una espontaneidad nuevos en el Salón oficial.
3. Contexto histórico
Con anterioridad al Impresionismo, el marco artístico era dominado por el eclecticismo, al que respondió la generación de las rupturas estilísticas, una serie de rupturas que darán personalidad propia al arte moderno. La primera de ellas o, si se prefiere, su preámbulo, es el Impresionismo, un movimiento, resultado de una prolongada evolución, que coloca definitivamente al siglo XIX bajo el signo del paisaje y que busca un lenguaje nuevo basado en un naturalismo extremo.
Tiende a usar con creciente frecuencia colores puros y sin mezcla, sobre todo los tres colores primarios y sus complementarios, y a prescindir de negros, pardos y tonos terrosos. Aprendieron también a manejar la pintura más libre y sueltamente, sin tratar de ocultar sus pinceladas fragmentadas y la luz se fue convirtiendo en el gran factor unificador de la figura y el paisaje.
4. Autores importantes
Édouard Manet (1832-1883): Más que un impresionista es un precursor, un símbolo del antiacademicismo. Su formación es clásica, con influencias de Tiziano, Velázquez o Goya, aunque concibe sus obras con un sentido muy moderno del color y del dibujo a base de grandes manchas de colores planos aplicados con una pincelada suelta. Dentro de su obra destacan temas con referentes clásicos pero contextualizados en su época: El almuerzo campestre, inspirado en una obra veneciana del siglo XVI, o la Olimpia, inspirada en la Venus de Urbino de Tiziano. No obstante estas obras escandalizaron fuertemente a la sociedad burguesa al situar en el siglo XIX a desnudos femeninos junto a hombres (El almuerzo campestre) o retratar una prostituta junto a su criada negra (Olimpia). Dentro de su producción sobresalen también las escenas de la vida urbana (El bar del Folies-Bergère) o los retratos (Émile Zola).
Claude Monet (1840-1926): Es el impresionista por excelencia. Se interesa sobre todo por el paisaje y la incidencia de la luz a diferentes horas. Capta la vibración lumínica mediante pequeños y rápidos toques de colores puros que dan aspecto inacabado a sus obras desde cerca, pero que se funden a determinada distancia. Es amante de representar los efectos de la niebla, el humo, los reflejos de las aguas o la luz solar. A veces realiza series de un motivo a diferentes horas o estaciones del año: Catedral de Rouen, Estación Saint Lazare, o las series de Nenúfares efectuadas al final de su vida. A él se debe el título de la obra que dio pie a la denominación de impresionistas para el grupo: Impresión. Sol naciente.
5. Repercusión en España
La influencia de Carlos de Haes fue decisiva en la pintura paisajística española. Haes fue un pintor belga afincado en España, que se dedicó a enseñar pintura de paisaje en la Escuela de San Fernando, promoviendo la reproducción fiel de la naturaleza siguiendo la tradición de Barbizon. Durante la segunda mitad del siglo XIX, el impresionismo tiene en España algunos seguidores como Beruete o Regoyos, que fueron alumnos suyos. Sin embargo, muchos pintores españoles irán a estudiar a París y a Bruselas, donde entran en contacto directo con la pintura al aire libre. Es el caso de Adolfo Guiard, Darío de Regoyos, Ramón Casas o Santiago Rusiñol. Será entre 1886 y 1890, cuando los artistas regresan de París y Bruselas, el momento de recepción de las aportaciones del impresionismo y postimpresionismo.
6. Características técnicas
- Rechazo del realismo academicista. La línea, el volumen y el claroscuro no tienen ninguna importancia.
- Figuración con eliminación del detalle y de todo carácter descriptivo.
- Indiferencia por el tema, la única preocupación es la luz y el color fugaces.
- Búsqueda de la belleza de la sensación directa. Las formas se plasman de modo no acabado, impreciso y vaporoso, llegando incluso a desmaterializarse.
- Preocupación por fijar las impresiones momentáneas de la naturaleza. El pintor sale al campo con su caballete en busca de la luz fugaz y el rápido cambio de los colores.
- Representación plástica de la vibración óptica de la luz. Creación de efectos cromáticos mediante la utilización de colores complementarios y colores modulados en cálidos y fríos del mismo valor.
- Búsqueda de la claridad y la luminosidad. Rechazo de los colores oscuros, el negro queda proscrito. Aplicación directa de los colores puros en la tela, sin mezclarlos previamente en la paleta, con la finalidad de obtener coloraciones luminosas, «limpias» y transparentes.
- Interés por plasmar los efectos cambiantes de la luz. (Monet pinta más de cuarenta telas de la catedral de Ruán vista a diferentes horas del día).
- Utilización de una reducida gama de colores. Principalmente los colores puros del prisma.
- Enriquecimiento de la pintura con nuevos temas. Bulevares, calles trepidantes, jardines, carreras de caballos, etc.
7. Conclusión
Creo que esta vanguardia siempre deja al espectador una sensación de apacibilidad y extrañeza, ya que no define la obra, sino que fusiona los objetos que la componen.