En esta ocasión, Rojas Marcos toma como tema de su artículo la autoestima española. Considera y demuestra, mediante la alusión a estudios realizados, que los españoles no somos conscientes del alto grado de autoestima que poseemos debido a que concebimos la modestia como virtud.
Se aprecia que el texto está distribuido en cuatro párrafos, frente a las tres partes en que está dividido internamente. El texto estaría compuesto entonces por una introducción, un desarrollo del tema y finalmente una conclusión. En este caso la primera parte se corresponde con el primer párrafo, en el que el autor recurre a una anécdota personal a modo de introducción tanto del tema, como de la tesis. Mediante esa anécdota nos es posible comprobar que el autor tiene conocimientos sobre psiquiatría y por tanto, se trata de un psiquiatra: “…había reaccionado con lo que llamamos en psiquiatría pensamientos automáticos.”. En la segunda parte (línea 10 a 19), Rojas Marcos expone el hecho de que la autoestima española se encuentra entre las más altas: “…la autoestima de los españoles […] se sitúa actualmente entre las más saludables y elevadas del planeta.”. Además de hacernos saber esta circunstancia, también nos informa sobre la subjetividad de la autoestima, vista como la opinión que tenemos de nosotros mismos, y el modo en que puede medirse y estudiarse: “La autoestima […] es subjetiva.”, “El único método para estudiarla es preguntar.”. Pero la autoestima también también es algo personal, siendo muy dispar el modo en que se valora cada persona; cada uno tiene un orden de prioridades diferente. La tercera parte, la conclusión, coincide con el último párrafo. Rojas Marcos compara dos culturas con un toque irónico: la estadounidense y la española. De este modo contrasta el alarde por parte de los americanos de su alta autoestima con el hecho de que en España esta acción esté tachada de incultura, de ignorancia, por tradición. El autor plantea varias razones posibles para dar explicación a este hecho, conjetura que o bien es debido a la identificación de la modestia como virtud, o bien al miedo de sobresalir, de destacar sobre los demás, ya que como dice el refrán: “…la uña que sobresale es la que recibe los golpes.”. Al final del artículo el autor cita de nuevo la anécdota y junto con ella la tesis: “Finalmente, no puedo evitar volver a la anécdota del principio para expresar mi convencimiento de que los pensamientos automáticos derrotistas, que tanto abundan en este Reino, nos roban continuamente la conciencia de nuestro alto y saludable bienestar emocional.”. Observamos que la tesis aparece al comienzo del artículo y también al final, lo que nos permite comprobar que este texto sigue una estructura de encuadre o circular.
El autor adopta tanto una actitud objetiva como subjetiva. Muestras de objetividad son, por ejemplo, el uso de adjetivos posteriores al nombre: pensamientos automáticos, autoestima sana…; o la mención de estudios realizados para medir la autoestima: “Ésta es la conclusión a la que llegan, con singular consistencia estadística, estudio tras estudio.”. Sin embargo, Rojas Marcos, tiende más hacia una actitud subjetiva ya que encontramos una mayor abundancia de rasgos subjetivos. Algunos de estos rasgos serían: el empleo de una experiencia personal; el uso de primeras personas en los verbos, tanto en plural como en singular: me ha llamado la atención, creo, no puedo evitar, hacemos, relacionarnos…; la cita de un refrán popular, ya que no es algo probado, sino mera sabiduría popular y tradicional que puede o no resultar cierta; el empleo de adjetivos antepuestos al nombre (afable señora, alto y saludable bienestar…) y el uso de léxico connotado, como sería la percepción negativa de los términos: derrotistas, vanagloriarse ; o por el contrario, una apreciación positiva del término autoestima.
Entrevemos, entonces, que Rojas Marcos trata de modificar, de algún modo, ese pensamiento derrotista en aquel español que lea el artículo. El empleo de una anécdota como introducción, demuestra que el autor busca una reacción en el lector, busca su atención para que lea el artículo y lograr su objetivo, por ello podemos identificarlo como el uso de la función apelativa o conativa del lenguaje. También aparecen la función referencial y expresiva.
Si relacionamos el predominio de subjetividad, el tema y la ironía con que lo trata, y el conocimiento de que el texto ha sido publicado en el periódico español El País y que está firmado por el autor, podemos confirmar que se trata de un texto periodístico de opinión ya que muestra en su totalidad un mayor número de rasgos propios de este tipo de texto.
Me parece interesante destacar la fácil compresión del artículo, ya que si tenemos en cuenta que Rojas Marcos, debido a su profesión, es un gran conocedor del tema que trata, podemos ver que ha buscado que sea un texto accesible para gran parte de la sociedad. No considero que haya empleado un registro excesivamente culto, de hecho creo que ha utilizado un registro correcto y adecuado al destinatario, todo aquel lector español del diario que además tengo una idea negativa sobre el nivel de autoestima en España. Además, para mi gusto, ha sabido tratar el tema con ironía utilizando la comparación con Estados Unidos y su gran concepto y exaltación de ellos mismos, o como en la anécdota del principio la señora interviene con un tópico cada vez más extendido entre el pueblo español, así como con el uso del refrán.
Se aprecia que el texto está distribuido en cuatro párrafos, frente a las tres partes en que está dividido internamente. El texto estaría compuesto entonces por una introducción, un desarrollo del tema y finalmente una conclusión. En este caso la primera parte se corresponde con el primer párrafo, en el que el autor recurre a una anécdota personal a modo de introducción tanto del tema, como de la tesis. Mediante esa anécdota nos es posible comprobar que el autor tiene conocimientos sobre psiquiatría y por tanto, se trata de un psiquiatra: “…había reaccionado con lo que llamamos en psiquiatría pensamientos automáticos.”. En la segunda parte (línea 10 a 19), Rojas Marcos expone el hecho de que la autoestima española se encuentra entre las más altas: “…la autoestima de los españoles […] se sitúa actualmente entre las más saludables y elevadas del planeta.”. Además de hacernos saber esta circunstancia, también nos informa sobre la subjetividad de la autoestima, vista como la opinión que tenemos de nosotros mismos, y el modo en que puede medirse y estudiarse: “La autoestima […] es subjetiva.”, “El único método para estudiarla es preguntar.”. Pero la autoestima también también es algo personal, siendo muy dispar el modo en que se valora cada persona; cada uno tiene un orden de prioridades diferente. La tercera parte, la conclusión, coincide con el último párrafo. Rojas Marcos compara dos culturas con un toque irónico: la estadounidense y la española. De este modo contrasta el alarde por parte de los americanos de su alta autoestima con el hecho de que en España esta acción esté tachada de incultura, de ignorancia, por tradición. El autor plantea varias razones posibles para dar explicación a este hecho, conjetura que o bien es debido a la identificación de la modestia como virtud, o bien al miedo de sobresalir, de destacar sobre los demás, ya que como dice el refrán: “…la uña que sobresale es la que recibe los golpes.”. Al final del artículo el autor cita de nuevo la anécdota y junto con ella la tesis: “Finalmente, no puedo evitar volver a la anécdota del principio para expresar mi convencimiento de que los pensamientos automáticos derrotistas, que tanto abundan en este Reino, nos roban continuamente la conciencia de nuestro alto y saludable bienestar emocional.”. Observamos que la tesis aparece al comienzo del artículo y también al final, lo que nos permite comprobar que este texto sigue una estructura de encuadre o circular.
El autor adopta tanto una actitud objetiva como subjetiva. Muestras de objetividad son, por ejemplo, el uso de adjetivos posteriores al nombre: pensamientos automáticos, autoestima sana…; o la mención de estudios realizados para medir la autoestima: “Ésta es la conclusión a la que llegan, con singular consistencia estadística, estudio tras estudio.”. Sin embargo, Rojas Marcos, tiende más hacia una actitud subjetiva ya que encontramos una mayor abundancia de rasgos subjetivos. Algunos de estos rasgos serían: el empleo de una experiencia personal; el uso de primeras personas en los verbos, tanto en plural como en singular: me ha llamado la atención, creo, no puedo evitar, hacemos, relacionarnos…; la cita de un refrán popular, ya que no es algo probado, sino mera sabiduría popular y tradicional que puede o no resultar cierta; el empleo de adjetivos antepuestos al nombre (afable señora, alto y saludable bienestar…) y el uso de léxico connotado, como sería la percepción negativa de los términos: derrotistas, vanagloriarse ; o por el contrario, una apreciación positiva del término autoestima.
Entrevemos, entonces, que Rojas Marcos trata de modificar, de algún modo, ese pensamiento derrotista en aquel español que lea el artículo. El empleo de una anécdota como introducción, demuestra que el autor busca una reacción en el lector, busca su atención para que lea el artículo y lograr su objetivo, por ello podemos identificarlo como el uso de la función apelativa o conativa del lenguaje. También aparecen la función referencial y expresiva.
Si relacionamos el predominio de subjetividad, el tema y la ironía con que lo trata, y el conocimiento de que el texto ha sido publicado en el periódico español El País y que está firmado por el autor, podemos confirmar que se trata de un texto periodístico de opinión ya que muestra en su totalidad un mayor número de rasgos propios de este tipo de texto.
Me parece interesante destacar la fácil compresión del artículo, ya que si tenemos en cuenta que Rojas Marcos, debido a su profesión, es un gran conocedor del tema que trata, podemos ver que ha buscado que sea un texto accesible para gran parte de la sociedad. No considero que haya empleado un registro excesivamente culto, de hecho creo que ha utilizado un registro correcto y adecuado al destinatario, todo aquel lector español del diario que además tengo una idea negativa sobre el nivel de autoestima en España. Además, para mi gusto, ha sabido tratar el tema con ironía utilizando la comparación con Estados Unidos y su gran concepto y exaltación de ellos mismos, o como en la anécdota del principio la señora interviene con un tópico cada vez más extendido entre el pueblo español, así como con el uso del refrán.