Josefina de la torre me busco y no me encuentro


La increíble artista,Josefina de la Tore nace en Gran Canaria en 1907,en el seno de una familia de destacados artistas.Dentro de estos destaca su hermano Claudio de la Torre, escritor y compañero de toda su vida, (figura muy conocida dentro del grupo de la Generación del 27, sirva como ejemplo el episodio en que Lorca le pide 25 pesetas para que Buñuel pueda volver a Zaragoza), pero también está su tío Néstor de la Torre o su parentesco con Galdós. Todo un mundo de grandes artistas que indudablemente influirá en su formación y posterior proyección. Viajará a Madrid y París, cuna por excelencia de artistas. Conoce a Buñuel, Alberti, Lorca… Innumerables anécdotas inundan sus biografías. Una más de las sin sombrero, mujeres singulares que vivieron su vida intensamente haciéndose oír.

La vida de Josefina de la Torre se puede definir “entre el papel y la escena”. La canaria pasó su vida sobre los escenarios más importantes del momento.
Fue actriz de cine, teatro, televisión, actriz de doblaje y cantante lírica. Desde muy pequeña disfruta del teatro, en el “Teatro Mínimo”, construido por su hermano para pasar las tardes de verano en las Canteras, donde se sitúa la residencia familiar del momento, pero también desde muy temprana edad, cohe la pluma para escribir, a los siete años ya escribe.

“Muchacha-isla” en palabras de Pedro Salinas quien prolongará su primer libro, Versos y estampas, será un voz importante dentro del grupo capitaneado por García Lorca, la voz insular de la Generación del 27. Ya nadie duda de su pertenencia a este grupo. Ella y Ernestina de Champourcin son las dos únicas mujeres que figuran en Poesía Española publicada por Gerardo Diego. Curiosamente en 1936 ofrece un concierto en la Residencia de Estudiantes para sus amigos y compañeros de generación. Será allí donde se ver en su última aparición pública, con 93 años, en una exposición en su nombre. Los álbumes de Josefina de la Torre: la última voz del 27”

La Guerra Civil también deja huella en ella y su familia teniendo que partir a Canarias hasta 1940 que regresa y se vuelve a subir a los escenarios y con las compañías más importantes del momento, tanto de cine como de teatro.

En 1968, publicará su tercer poemario, Marzo incompleto, una exquisita obra dividida en cinco partes más un poema criminal, en el que la autora presenta su vida desde su tierna infancia hasta su funeral en forma de un torturado diario.El poema expuesto se encuentra al final de la cuarta parte del poemario. El libro se publica en 1968, pero la crítica sitúa su creación mucho antes, en la década de los 30, lo que justifica la temática y lo que supone para una mujer muy joven esa pesada carga en aquel momento, según nos relata ella misma. Ya el título nos muestra esa primavera, ese brotar de las flores, de la naturaleza, de la vida en general, que no llega a verse realizado,”ese Marzo incompleto”, como su autora.

Desasosiego, dolor, angustia son los únicos sentimientos que existen, solo queda esperar el fatal desenlace.


En cuanto al tema es la soledad, la tristeza y su incapacidad para ser madre, que afecta en gran medida en la vida de la autora y en su forma de ver el mundo y verse  así misma.


En cuanto a la estructura del texto, en el poema se pueden observar tres partes: en la
primera parte (vv. 1-7) presenta su desorientación vital, la autora se busca y no se encuentra a sí misma; en la segunda parte (vv. 8-11) se reflejan las causas de esa insatisfacción personal que siente (“y no pude ser tierra, ni esencia, ni armónía”…); la tercera parte (vv. 12-13) corresponde a la conclusión, en la que ilusoriamente le queda un hálito de esperanza, pues sigue esperando ese momento mágico que ilumine su vida, pero se trata sólo de un espejismo de su sombra. La autora parte de una situación de presente (“ahora”), con un paréntesis de mirada al pasado (“y no pude ser tierra”) para volver al presente, y así hasta el final, a la espera de su propio descubrimiento


Métricamente, se trata de un poema de 13 versos, en los que se combinan versos de 7
(heptasílabos) con versos de catorce sílabas (alejandrinos). Los heptasílabos sólo son dos
versos (1 y 5). La rima es consonante en los versos 2, 5,12, y asonante en aquellos versos que tienen rima, pues hay cinco versos que aparecen sueltos dentro del conjunto. A partir del verso
5 el poema se distribuye en pareados, marcados por el uso del punto. El esquema métrico es el siguiente: 7a, 14B, 14-, 14- 7b, 14-, 14B, 14B, 14ª, 14-, 14B, 14B, 14-. Vemos, por tanto, que el poema no responde a ninguna estrofa conocida.


En el espacio la autora realiza una búsqueda metafórica de su yo más íntimo por las
“esquinas”, las “paredes” de su ser, “tanteando”, rondando entre la oscuridad, sin hallar
aquello que busca. Se trata de un espacio “vacío”, que pudo ser real y contundente como la
“tierra” y sus “frutos”, o cósmico como el “universo”, lo cual evidencia su profundo anhelo y

Consecuente frustración



El poema viene marcado por numerosos recursos estilísticos que potencian en el poema la desconcertante situación vital de la poetisa. El paralelismo, las repeticiones, las enumeraciones confieren un carácter compacto al poema. Así, el empleo paralelístico e hiperbólico de los presentes: “me busco”, “rondo”, “interrogo”, “no acierto”, “no me encuentro”. Las frecuentes anáforas -“y” (v. 4, 6, 8, 12), “no” (v. 5, 10), “que” (v. 9, 11)-, realzan la búsqueda incesante de sí misma. Son recurrentes figuras estilísticas como la personificación: “interrogo al silencio” , “tanteando la noche”; la metáfora: “oscuras paredes”, “torpe vacío” (soledad e impotencia), “eco de mis incertidumbres”(sus preguntas se repiten),“la noche de todas las esquinas” (rincones más recónditos y oscuros de su alma), “sordas paredes”(sin respuesta), “sombra”, “herida”, “tinieblas”…
En el aspecto morfo-sintáctico,la mayoría de los verbos son presentes habituales de indicativo que forman una gradación ascentente: “me busco”, “rondo”, “interrogo”, “no acierto”, “no me encuentro”.


En los gerundios que insisten en la permanencia de la desazón: “tanteando” (v.6),
“esperando” (v.13) y con el verbo en pasado “no pude” (v.8) .Los sustantivos son
de carácter abstracto la mayoría, referidos éstos al desasosiego de su mundo interior.

Podemos observar el uso de epítetos:“oscuras paredes”, “torpe vacío”, “desalentado y lento desgranarse”, “sordas paredes”.


En cuanto al plano léxico-semántico, podemos decir que se trata de un léxico sencillo. Destacamos diferentes campos semánticos relacionados con la angustia y la tristeza (“noche, oscura, tinieblas, sombra, incertidumbre, vacío”); la soledad (“silencio, eco, sordo, vacío”).


Llama profundamente la atención un poema tan duro y amargo donde todo parece llevarnos al silencio más profundo. Si pensamos en su autora, una verdadera mujer de vanguardia, que vivíó grandes momentos de apertura en la sociedad española: la sociedad de la República donde la mujer consigue retos como votar, acceder a la educación y a la vida pública, incluso poder divorciarse, cuesta creer que más que nada, en ese momento su vida se viera marcada por la frustración de no ser madre. Ella que casi lo logró todo, vivíó limitada por el hecho de no ser madre.

Por suerte la mujer actual se puede permitir no tener como meta el ser madre, ¿o no?


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