La Celestina: Pasión y Perdición en la Obra de Fernando de Rojas


La Celestina: Amor y Perdición según Fernando de Rojas

La Celestina (Pr-El amor nos pierde) de Fernando de Rojas (1475)

Autoría

Existen estudios que cuestionan la autoría de Fernando de Rojas, argumentando que se menciona que Rojas encontró un manuscrito con el primer acto. Además, los autores anónimos eran comunes en las comedias humanísticas debido a la censura y la Inquisición. Se sugiere que Rojas utilizó el argumento del primer acto para proteger su nombre, o que se apropió de la obra de otro autor, limitando su participación. Sin embargo, también hay estudios que defienden la veracidad de la historia de Rojas sobre el encuentro del primer acto, señalando la desproporción entre este y los demás en extensión, estructura e integración en la obra. Por ejemplo, el primer acto muestra influencias de Aristóteles y Séneca, con menos refranes y un estilo sencillo, mientras que los actos posteriores reflejan a Petrarca.

Argumento

Calisto, un joven de clase alta, se enamora de Melibea. Tras ser rechazado, su criado Sempronio le sugiere recurrir a la vieja Celestina como intermediaria. Celestina logra interceder en favor de Calisto, y Melibea acaba correspondiendo a su amor. Sempronio y Pármeno, criados de Calisto, conspiran con Celestina para explotar la pasión de su amo, quien ha prometido una cadena de oro si logra sus propósitos. Los criados reclaman su parte a Celestina, quien se niega, y la asesinan. Tras huir, son apresados y ajusticiados. Calisto muere al caer al vacío, y Melibea, al enterarse, se arroja desde una torre.

Fuentes

La obra presenta paralelismos con el Pamphilos, comedia elegíaca anónima del siglo XII, donde aparece una alcahueta. También se relaciona con el Libro de Buen Amor, en el episodio de don Melón y doña Endrina, con el personaje de la trotaconventos (sinónimo de alcahueta). Destaca la presencia de clásicos como Aristóteles, Séneca o Petrarca, y fragmentos del Corbacho de Alfonso Martínez de Toledo, obra contra el amor mundano y la lujuria. También se observa influencia de la novela de Joanot Martorell, Tirant lo Blanc (visión de la dama sensual, la presencia de interlocutores Diafebus y Sempronio para resaltar la locura del amante…).

Influencias Posteriores

Se han realizado reelaboraciones, continuaciones y prolongaciones en los siglos XVI y XVII. Se consideran continuaciones directas la segunda parte escrita por Feliciano de Silva y la tercera por Gaspar Gómez de Toledo.

Género

El título en cualquiera de sus versiones indica el género dramático. Las diferencias de tono entre la primera versión de 16 actos y la segunda de 21 actos marcan un cambio de comedia a tragicomedia. El contexto de la obra remite a la comedia romana clásica, con el amor como tema central, los nombres de los personajes, la introducción de monólogos y la incorporación de elementos irónicos y sentencias. Sin embargo, se diferencia de la comedia romana clásica en la profundidad psicológica de los personajes y el elevado número de actos. También se observa influencia de la comedia elegíaca, en el protagonismo de la alcahueta y de los sirvientes. No obstante, la obra comparte mayores vínculos con la comedia humanística, ya que está escrita en prosa, precedida de un prólogo, con un argumento general sencillo y un tema central que gira en torno a un amor ilícito e incluye temas polémicos. En definitiva, La Celestina es una comedia humanística. Aunque se incluya en el género dramático, muchos estudiosos opinan que se trata de una novela dramática o dialogada por no cumplir con los cánones clásicos de acción, tiempo y espacio del teatro. A favor de esta interpretación están su extensión, el retrato de los personajes, la presentación de hechos desde una nueva perspectiva e incluso los pequeños episodios narrativos que evocan al pasado (como la relación de Pármeno con Celestina).

Propósitos

La voz del autor queda reflejada en la carta, prólogo, argumento general y en las octavas que abren y cierran la obra. Se hace hincapié en el manuscrito encontrado y la combinación de elementos románticos y didácticos. Hay tres teorías sobre el propósito de la obra:

  • Obra instructiva que propone pasar revista a los vicios humanos y deja patente su propósito moral.
  • Refleja una visión de la vida pesimista y negativa con un lejano eco de la situación del converso en la España de la Edad Media.
  • Lectura en clave histórica y sociológica que refleja la transición del momento.

Es evidente que Rojas cambió de propósito entre la primera y segunda versión. Se presenta como agradable y divertido, destinado a los cautiverios del amor. Los añadidos de la tragicomedia la hacen moralista y didáctica (desastres que tienen que enfrentarse aquellos que sucumben al deseo). La desambigüedad de la obra desafía al lector a profundizar en el universo de los sentidos que puede generar el texto y hace que siga siendo actual, además de por la lección ética y moral. En el Renacimiento, se observa el triunfo del goce de vivir y la libertad frente a la oscuridad impuesta por la Edad Media.

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