El universo simbólico
Si se puede caracterizar al ser humano como «animal simbólico» es porque su actividad básica y fundamental en cuanto habitante del mundo consiste en construir símbolos. Esa es la manera humana de estar en el mundo y la totalidad de los símbolos producidos es lo que solemos denominar cultura
. Por eso, el mundo propio del ser humano no es el físico, biológico o natural, sino más bien la red de símbolos que ha ido construyendo a lo largo de la historia. Es a través de esta realidad cultural como comprendemos la realidad física.
Cassirer diferencia cuatro formas simbólicas básicas que conforman la cultura o universo simbólico humano: el mito (y la religión), el lenguaje, el arte y la ciencia
. Todas ellas tienen en común que son formas de interpretar los datos que nos llegan del mundo y de objetivarlos, esto es, de convertirlos en objetos que podamos comprender y manejar.
No obstante, no todas configuran la realidad de la misma manera. Así, la ciencia y el lenguaje son creadoras de conceptos. El lenguaje humano nos permite hacer un proceso de selección, clasificación y organización de las percepciones que es la base de nuestro conocimiento.
Gracias a él reemplazamos el fluir continuo de las percepciones sensibles por el «nombre» que le asignamos a cada cosa concreta. La ciencia, por su parte, busca estructuras universales (las leyes científicas) que ordenen y expliquen cada caso particular. Estas leyes son formas abstractas de organización y formalización del mundo. Son, en definitiva, formas simbólicas.
Mientras tanto el mito, primera expresión de la capacidad simbólica humana, y el arte operan con la imaginacióny con la intuición. Su manera de organizar el mundo y de estructurar la experiencia es distinta a la del lenguaje y a la de la ciencia. No conceptualizan el mundo ni pretenden encontrar la causa de los fenómenos (o si lo pretenden, como los mitos, lo hacen a través de imágenes intuitivas).
Cassirer hablará del mito y, sobre todo, del arte como una forma de descubrimiento
ESTÉTICA
La estética es la rama de la filosofía que tiene por objeto el estudio de «lo bello», de las diferentes categorías estéticas, de cómo el ser humano aprehende y valora esas realidades artísticas y de cómo tiene lugar el proceso creativo artístico.
Kant definía la experiencia estética como «el estado emocional resultante de la contemplación desinteresada de ciertos objetos sensibles». De acuerdo con dicho estado emocional emitimos juicios estéticos (algo nos resulta bello/feo/desagradable/interesante) y elaboramos, a partir de ellos, categorías estéticas (lo bello, lo feo, lo sublime).
ELEMENTOS QUE COMPONEN LA EXPERIENCIA ESTÉTICA
(1) La contemplación desinteresada: En esta prescindimos de su utilidad y no la vemos como un medio para obtener algún fin. Esto diferencia la actitud estética de la técnica (que reduce a los objetos a instrumentos para un uso) y de la moral (que nos impulsaría a actuar con vistas a conseguir la existencia de sus objetos, los fines últimos). Esa relación desinteresada, que no indiferente, posibilita que afloren nuevos significados de las cosas, maneras nuevas de relacionarnos con ellas y, por tanto, de percibirlas.
(2) Los objetos sensibles: Aquello con lo que tratan los individuos cuando están viviendo algún tipo de experiencia estética no son entidades de carácter universal, sino objetos sensibles que, como tales, tienen que ser percibidos sensorialmente o imaginados con algún tipo de rasgo sensorial. Así, de un cuadro percibimos los colores y las formas, de una sinfonía el sonido, de un poema percibimos el sonido o imaginamos ciertas situaciones evocadas por las palabras, etc. Este hecho, el que la experiencia estética sea siempre una experienciade lo particular, la diferencia del conocimiento científico, cuyo contenido son las leyes y los conceptos.
(3) Un componente emocional subjetivo: La experiencia estética es siempre la experiencia de un individuo, de modo que ante un mismo objeto distintos individuos pueden tener distintas experiencias estéticas. Este componente subjetivo es, además, emocional, pues apela a los sentimientos.
(4) Pretensiones de objetividad: Los individuos que viven una determinada experiencia estética la hacen patente a través de juicios tales como «Esto es bello/feo/sublime». Tales juicios no expresan un mero sentimiento subjetivo, sino que pretenden expresar cualidades del objeto. Esto es, quien percibe algo como bello o feo siente que lo que es bello o feo es el objeto en cuestión, no que la belleza o fealdad esté en su modo particular de percibirlo. En otras palabras: pretende que ese juicio tenga un valor objetivo, absoluto y universalizable.