14.5. La Guerra Civil: La sublevación militar y el estallido de la guerra. El desarrollo del conflicto: etapas y evolución de las dos zonas.
Al día siguiente de las elecciones de Febrero de 1936, Gil Robles (líder de CEDA) y Franco solicitaban al presidente Alcalá Zamora la proclamación del estado de guerra.
La gran polarización política originada arrastraba a amplios sectores sociales hacia el fascismo o hacia los movimientos revolucionarios. Crecía un clima de violencia y enfrentamiento entre izquierdas y derechas. Se sucedían las acciones revolucionarias protagonizadas por obreros y campesinos; y la derecha conspiraba y buscaba el apoyo del ejército para frenar la revolución social, mientras que el terrorismo de la extrema derecha se dedicaba a desestabilizar la situación mediante atentados contra locales y líderes de izquierdas.
Hay dos teorías que explican las causas de la Guerra Civil: Como consecuencia de una intervención fascista, o como resultado de la reacción de un sector de españoles para frenar el avance del comunismo internacional.
Pero la realidad era mucho más compleja.
Un grupo de generales monárquicos y conservadores (Falange, monárquicos, carlistas) preparaban desde el triunfo del Frente Popular una conspiración militar que contaba con el apoyo financiero de Juan March y de contactos extranjeros. El coordinador de la conspiración era el General Mola, pero el alzamiento lo llevó Franco. La iniciativa fue militar, sin que participaran civiles. El objetivo no era restaurar la monarquía conservadora, sino implantar un régimen autoritario.
Desarrollo: El ejército de África, bajo el mando de Franco, cruzó el estrecho de Gibraltar con la ayuda de Alemania e Italia, permitiendo la ocupación de Andalucía y Extremadura en los meses siguientes. El general Queipo de Llano ocupó el sudoeste de Andalucía. Mola se apoderó del Norte, desde Navarra a Galicia por Castilla – León, pero no consiguió dominar la franja cantábrica desde Asturias a Vizcaya. La conquista de Badajoz permitíó unir los territorios ocupados por el ejército sublevado. El objetivo prioritario de Franco era la conquista de Madrid. Los ataques de Franco contra Madrid chocaron con la resistencia de los madrileños, que lo soportaron con gran sacrificio, por lo que Franco optó por rodear y aislar la capital. Pero las victorias republicanas de Jarama y Guadalajara impidieron el éxito de esta nueva estrategia franquista.
Se interrumpíó la ofensiva contra Madrid, transformándose en una guerra de desgaste, favoreciendo los propósitos de Franco de consolidar sus conquistas y aniquilar cualquier señal de republicanismo dentro de sus territorios ocupados.
En 1937 se inició la campaña del norte, que se prolongó hasta la conquista de Asturias, pero aquí surgíó el bombardeo de Guernica, que la propaganda franquista no dudó en atribuir la matanza a los republicanos. Conquistado el norte, las tropas de Franco iniciaron la ofensiva del Bajo Aragón. Más tarde, las tropas de Franco llegaron hasta el mediterráneo, con lo que la República quedó dividida en dos: Cataluña y Madrid.
La Batalla del Ebro (1938) fue la más sangrienta de toda la guerra, suponiendo la derrota casi definitiva del ejército republicano, que tenía intención de volver a unir sus territorios prolongando la resistencia.
Ante la debilidad y el desánimo de los republicanos, la ofensiva franquista en Cataluña fue rápida. Madrid ya era el último objetivo de importancia, que fue aquí donde se produjo el último enfrentamiento entre comunistas por un lado y anarquistas y socialistas por otro.
Conclusiones: La intervención militar extranjera fue fundamental en ambos bandos. El ejército sublevado se caracterizó por su disciplina y la alta cualificación de sus mandos, ya que el ejército republicano no dispónía se suficientes mandos profesionales. Como la sublevación no triunfó, derivó en una larga Guerra Civil, en la que la iniciativa la tenían los sublevados y los derrotados fueron los republicanos. Tras el fracaso inicial de ocupar Madrid, Franco optó por un desarrollo lento de las operaciones militares: consolidar su poder personal, aniquilar militar y políticamente a la república, y eliminar en los territorios ocupados cualquier pervivencia republicana (incluidas las personas). La estrategia republicana consistíó en resistir todo lo posible, con la esperanza de que estallara una guerra europea entre las potencias democráticas y las potencias fascistas.
14.6. La Guerra Civil: La dimensión política e internacional del conflicto. Las consecuencias de la guerra
Entre 1936 y 1939 se desarrolla la Guerra Civil española tras la sublevación de unos militares encabezados por Mola contra la República presidida por Manuel Azaña y con sucesivos gobiernos del Frente Popular.
Bando Republicano: En los comienzos se suceden gobiernos cortos, que son desbordados por las organizaciones revolucionarias, por lo que el socialista Largo Caballero intenta un cambio de gobierno. Este está formado por el Frente Popular, incluyendo ministros anarquistas, como Federica Montseny. Crea un ejército de mando unificado, recuperando la obediencia de las diversas fuerzas políticas y sindicales. La capital de la República (el gobierno y las cortes) se había trasladado a Valencia, y se concedíó la autonomía al País Vasco, y se estudiaron proyectos autonómicos para Valencia y Galicia, pero no cuajaron.
El problema más grave del bando republicano era el amplio enfrentamiento ideológico y táctico entre las distintas posturas: comunistas por un lado (PCE y PESUC), y los anarquistas-comunistas-trotskistas (POUM) por otro lado. Este enfrentamiento se trasladó a la calle originando luchas callejeras en Barcelona, liquidadas por intervención de guardias de asaltos enviados por el gobierno de Madrid.
La negativa a ilegalizar grupos como el POUM, lleva a Largo Caballero a dimitir, siendo sustituido por Juan Negrín (último presidente del Gobierno). La presión comunista hará que estos conquisten el poder, dominen los mandos de los ejércitos eliminando a sus adversarios (especialmente a los anarquistas).
Preside Negrín, con Indalecio Prieto como ministro de Guerra y Vicente Rojo al frente del Estado Mayor, desarrollando una política de resistencia ante el enemigo, confiando en el estallido de una guerra europea. Como esta se dilata, los grandes reveses en Valencia ye en la batalla del Ebro deja dos bolsas de republicanismo (catalana y madrileña) que son imposibles de defender.
La evolución política en el bando nacional: En los comienzos del alzamiento militar se reúnen proyectos conjuntados por la reacción ante la república. Estos son los carlistas (defensores de una monarquía propia), los falangistas (ideología fascista), monárquicos alfonsinos y partidos católicos. La muerte de Mola y Sanjurjo obliga a crear un embrión de Estado, capitalizado en Burgos con una Junta de Defensa Nacional. Los generales proclaman a Francisco Franco generalísimo de los ejércitos y jefe del Estado, unificando el poder político y militar, formando una Junta Técnica del Estado, desmantelando las propuestas republicanas como la reforma agraria.
El Decreto de Unificación (1937), pone a Franco al frente de todas las fuerzas que secundan el golpe militar y reúne en la Falange Española Tradicionalista (FET) y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS). Los oficiales del ejército se convierten en miembros del nuevo partido, separando a Hedilla, que es encarcelado en Canarrias. Los símbolos son la camisa azul, boina roja, saludo fascista y los himnos como el Cara al Sol.
Franco cuenta con el apoyo de la Iglesia, que esta justifica su postura de resultas ante la masacre anticristiana del Frente Popular. En Enero de 1938, Franco forma su primer gobierno en Burgos, contando con generales y civiles. Serrano Suñer, cuñado de Franco, es nombrado ministro de Gobernación. Comienza a construirse una nueva legalidad sin pluralidad política.
Dimensión internacional: Las potencias europeas están en un contexto de fuertes tensiones entre ellas.
Francia y Gran Bretaña habían promovido un Comité de no Intervención para la Guerra Civil española, con sede en Londres, con acuerdos de no proporcionar armas a los beligerantes, pero este fue ineficaz.
En el bando de los nacionales desempeñan un papel importante el armamento, la aviación y los cuerpos expedicionarios enviados por Hitler y Mussolini. Franco cuenta también con la colaboración portuguesa y de capitalistas americanos e ingleses. Goza asimismo de buena prensa por parte de grupos y partidos católicos.
La República contó con ayuda de Francia solamente cuando el Frente Popular francés accede al poder . Será especialmente la Uníón Soviética la que proporciona cuadros técnicos, víveres y armamento, en parte costeado con los fondos del Banco de España. Contó también con unos 60.000 voluntarios de sindicatos y partidos de izquierda extranjeros que acudieron a luchar contra el fascismo: las Brigadas Internacionales (comunistas en su inmensa mayoría). El presidente mexicano, envió pertrechos militares movido por su simpatía hacia la República.
El pacto de Múnich en Septiembre de 1938 entre las potencias europeas evita un conflicto directo con el nazismo y aleja la posibilidad de ayudas al conflicto español, provocando la retirada de extranjeros en nuestra Guerra Civil.
El contexto ideológico y cultural de la guerra se vivíó con gran interés en todo el mundo. Por ello hubo tantos corresponsales de prensa y escritores que acudieron a España o reflejaron los acontecimientos (Orwell, Neruda). Un amplio movimiento de solidaridad de intelectuales progresistas apoyó la causa republicana. El pabellón de España de la Exposición Internacional de París de 1937 expuso el Guernica, realizado por Picasso.
Consecuencias de la guerra: Los costes de los materiales, la producción agraria disminuyó en algo más del 20%; y la Industrial, en más del 30%. La renta per cápita cayó también y hasta 1952 no se recuperó el nivel de antes de la guerra. El valor económico de la ayuda militar proporcionada por los países extranjeros a los dos bandos. El número de muertos durante la guerra podría superar los 300.000. El exilio de los perdedores hacia Francia y México y en menor medida a la URSS fue una nueva tragedia que afectó a miles de personas. En paralelo tuvieron que aceptar las consecuencias los sufridos presos que quedaron retenidos.
15.1. La creación del estado franquista: Fundamentos ideológicos y apoyos sociales. Evolución política y coyuntura exterior. Del aislamiento al reconocimiento internacional. El exilio.
El régimen franquista perduró casi cuatro décadas, pero con grandes cambios. Lo único que permanecíó inmutable fue la voluntad del dictador de mantenerse en el poder hasta su muerte. Los grupos políticos que apoyaron la sublevación militar compónían un abanico ideológico amplio, aunque todos repudiaban la República. Sus proyectos fueron la confesionalidad católica del Estado, la implantación de un poder nacionalista fuerte y centralizado y la imposición de un orden social rígido, basado en la defensa de la familia y la propiedad privada.
A diferencia de Hitler y Mussolini, Franco era un militar de escasa formación política, por lo que no se puede hablar de ideología franquista, sino de un espíritu de mando y una gran habilidad para adaptarse a las circunstancias, con un unido objetivo: mantenerse en el poder y ejercerlo sin limitaciones. Nunca tuvo un proyecto político sobre la organización del nuevo Estado, pero si rechazaba cualquier forma política derivada del pensamiento liberal o democrático, que había abierto la puerta al desorden social y al triunfo del comunismo ateo.
Los monárquicos pertenecían a dos grupos ideológicos distintos: Los carlistas o tradicionalistas, cuya organización política había quedado integrada en el partido creado por Franco mediante el decreto de Unificación (Falange Tradicionalista y de las JONS) y los partidarios de la restauración en el trono del legítimo heredero de la Corona, Juan de Borbón. Ambos aspiraban al restablecimiento de una monarquía católica y autoritaria, pero con algunas diferencias: los carlistas carecían de candidato definido para el trono y defendían la tradición de los fueros locales, los juanistas optaban por la continuidad de la línea dinástica reinante en España.
Los planteamientos ideológicos de los falangistas estaban próximos a los fascismos europeos, pero la muerte de su fundador Primo de Rivera y su posterior fusión con los tradicionalistas bajo el mando de Franco, les había hecho perder gran parte de sus señas de identidad. Seguían aspirando a imponer un régimen totalitario controlado por un único partido, el Movimiento Nacional. En los primeros años del franquismo, la Falange logró una gran influencia en la sociedad. Tras la derrota en la Segunda Guerra Mundial, Franco se distancio de los planteamientos totalitarios de los falangistas.
Los católicos no pertenecían a ninguna corriente o partido político, aunque habían militado en la CEDA durante la República, pero normalmente estaban adscritos a alguna de las dos grandes organizaciones católicas: La Asociación Católica Nacional de Propagandistas y el Opus Dei. La Asociación Católica Nacional de Propagandistas (1909) fue fundada con el fin de difundir el pensamiento católico y combatir el anticlericalismo, defendiendo una enseñanza católica. El Opus Dei se creó en Madrid en 1928, y su objetivo era la santificación personal de sus miembros, quienes debían de poner interés en la aplicación de los valores cristianos en su lugar de trabajo. En la España franquista adquiríó una importancia extraordinaria. Figuras importantes del Opus Dei ocuparon ministros, que fueron los denominados tecnócratas. La influencia del clero y del Opus permiten calificar a la ideología del régimen de Franco como nacional-catolicismo.
El franquismo tuvo grandes apoyos sociales, como los pequeños y medianos propietarios, que defendían la mentalidad tradicional, la familia, la propiedad privada y la religión. También, con esta misma mentalidad, estaban las clases medias de las pequeñas y medianas ciudades y capitales de provincia. También la oligarquía agraria industrial y financiera, así como pequeños y medianos empresarios, apoyaron al nuevo régimen. El ejército desempeñó importantes cargos políticos y aseguró la supervivencia del régimen, mientras que el clero recibíó todo tipo de ayudas de un Estado declarado católico, asumiendo la defensa de la religión y el mantenimiento de la Iglesia. Franco quiso participar en la Segunda Guerra Mundial del lado de las potencias fascistas, por lo que mantuvo conversaciones directas con Hitler y Mussolini, pero la lamentable situación en la que se encontraba España tras la Guerra Civil prefirieron dejar a España al margen del conflicto. La aportación española se limitó a la División Azul y a la Escuadrilla Azul. Franco empezó a distanciarse de las potencias fascistas para inclinarse hacia los previsibles vencedores, aunque no sirvió de mucho. Finalizada la guerra, las potencias aliadas sometieron al franquismo a una dura condena política y a un aislamiento internacional, que alcanzó su expresión más contundente en la resolución de la ONU en 1946. La España de Franco solo contaba con el apoyo oficial de Portugal y Argentina. Con el final de la guerra, de la lucha contra el fascismo se pasó a la guerra fría contra el comunismo. La organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se creó en 1949.
La ONU revocó en 1950 la resolución de bloqueo contra España, y el año de los éxitos diplomáticos del franquismo fue 1953. Se firmó el Concordato con el Vaticano a cambio de su apoyo al régimen. Se suscribíó un tratado con EEUU que autorizaba a este país a establecer determinadas bases militares en la Península a cambio de una dudosa ayuda económica. En 1955 la admisión de España en la ONU culminaba una fase fundamental de la política exterior de Franco, y España se pudo integrar en otras organizaciones internacionales: El Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización Europea de Cooperación Económica (actual OCDE), etc.
La Familia Real española había apoyado la sublevación militar que originó la Guerra Civil. Juan de Borbón se había ofrecido como voluntario en varias ocasiones para participar en el levantamiento militar, pero fue rechazado por Franco. En 1943 un grupo de procuradores en Cortes y otro de tenientes generales solicitaron a Franco el restablecimiento de la monarquía, pero la propuesta fue rechazada. En 1495 don Juan publicó el Manifiesto de Lausana, en el que pedía a Franco su dimisión, y, una vez más la restauración de la menarquía. En conclusión, don Juan de Borbón pretendía por encima de todo recuperar el trono que hubo de abandonar su padre en 1931.
Un objetivo prioritario de Franco tras su victoria en la Guerra Civil era la creación de un nuevo Estado, pero nicamente tenía claro que sería un Estado autoritario, nacionalista y católico, y cuya imagen exterior debería girar en torno a la defensa de la religión y la lucha contra el comunismo.
En el afán de ganarse el apoyo de las democracias occidentales, vencedoras de la Segunda Guerra Mundial, la propaganda fascista empezó a calificar al nuevo régimen como democracia orgánica. Para reforzar la nueva imagen del Estado, se relegó a los falangistas para dar mayor protagonismo político a miembros de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas. Pero la tarea más importante consistía en poder presentar al exterior una organización política con la apariencia de un Estado de derecho. Se elaboró un conjunto de Leyes Fundamentales (equivalentes a una constitución) que pretendían proporcionar al franquismo una imagen de estado democrático a su manera. Se definía a España como una monarquía católica, social y representativa; pero estas leyes eran solo una fachada para ocultar la verdadera naturaleza del régimen, la férrea dictadura militar de Franco.
Para controlar el aparato productivo del país, se establecíó una organización sindical, fiscalizada por el estado a través del Movimiento Nacional, en la que se encuadró de forma obligatoria a empresarios, técnicos y obreros. Su fundamento ideológico era el principio fascista de que no existían conflictos entre los trabajadores, sino armónía social e intereses comunes entre los españoles, para levantar la economía nacional. Los altos cargos estaban controlados por falangistas. Entre 1944 y 1949 se organizó en las zonas montañosas un movimiento de resistencia guerrillero (el maquis) integrado por anarquistas, comunistas y socialistas, que habían participado en la resistencia francesa frente a la ocupación alemana durante la 2ª Guerra Mundial. Su intención era aplicar esa misma estrategia para desgastar y derrocar al régimen franquista. Pero la actuación de la Guardia Civil y el Ejército limitaron su capacidad de actuación a determinadas zonas rurales. Desde 1948 se vio que no tenía ningún sentido seguir con una guerrilla que carecía de apoyo, ya que la población no estaba en condiciones de emprender una guerra de liberación.
Las huelgas se produjeron con cierta frecuencia en Cataluña y el País Vasco, sobre todo por las condiciones de vida y los bajos salarios de la clase trabajadora. También tuvo gran resonancia la protesta universitaria de 1956 en Madrid, que condujo al cierre de la universidad. Solo el Partido Comunista emprendíó una labor de reorganización en el interior del país, que explica su protagonismo como oposición popular clandestina durante toda la vida del régimen de Franco.
La cultura del exilio: Al acabar la Guerra Civil, un grupo de intelectuales optó por huir de la represión franquista y exiliarse. Por el contrario, su ausencia en la España de Franco, dejó un notable vacío que contrastaba con la intensa vida cultural de la etapa precedente, la llamada Edad de Plata. Los intelectuales y artistas más de izquierdas no tuvieron posibilidad de visitar España ni de ver circular legalmente sus libros hasta los últimos años del franquismo. Estos intelectuales fueron Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas, Rafael Alberti, Jorge Guillén, como escritores. Salvador de Madariaga, Claudio Sánchez entre los historiadores. Ortega y Gasset entre los filósofos…
15.3. Elementos de cambio en la etapa final del franquismo. La oposición al régimen. Evolución de las mentalidades. La cultura.
En 1969 el escándalo de MATESA provocó una crisis de gobierno. Franco cesó a los tecnócratas y a sus oponentes, y formó un gobierno monocolor, con Carnero Blanco en la vicepresidencia.
En 1969 Franco nombró al príncipe Juan Carlos de Borbón su sucesor a título de rey. El objetivo era instaurar una monarquía que mantuviese la dictadura a su muerte.
En 1973 Franco formó nuevo gobierno con Carnero Blanco como presidente, fue la primera vez que no coincidieron en la misma persona la Jefatura del Estado y la Jefatura de Gobierno. Carnero Blanco fue asesinado por ETA en 1973.
En 1974 Arias Navarro promulgó la ley de Asociaciones Políticas, que no satisfacía a los miembros más aperturistas y provocó el rechazo de los inmovilistas. La política represiva se mantuvo. En la política exterior la dictadura franquista intentó acercar a España a Europa, en 1962 se solicitó la entrada en la CEE y en 1970 se firmó el Acuerdo Preferencial. En 1960 cerró la verja con el Peñón.
La oposición al régimen se organizó en torno a: El movimiento obrero: se desarrolló mediante sindicatos clandestinos, las huelgas crecieron… pero el sindicato comunista CCOO fundado en 1960 fue el más activo.El movimiento universitario, ya que hubo movilizaciones estudiantiles y de profesores desde 1968. La Iglesia Católica, ya que el clero catalán y vasco se acercó al nacionalismo, mientras que los sacerdotes se alineaban con los grupos de izquierdas. La oposición política moderada, formada por apartadas del régimen por su aperturismo, y quienes participaron en 1962 en el Congreso de Múnich. La oposición violenta, en 1959 se fundó ETA, y a finales del franquismo el FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriótico).La oposición política de izquierdas estaba liderada por el partico comunista (PCE), que fundó en 1974 la Junta Democrática. El PSOE dirigido por Felipe González era minoritario. La oposición nacionalista, destacando los grupos centristas, PNV y CDC. La oposición dentro del ejército, la UMD (Uníón Militar Democrática)
La mentalidad era autoritaria sobre la base de la intolerancia religiosa inspirada en el catolicismo y la obediencia. El cambio vino motivado por la llegada de turistas europeos, el regreso de los emigrantes y el acercamiento a Europa.
Entre 1939 y 1955 los intelectuales y artistas, las manifestaciones culturales estuvieron inspiradas en los principios estéticos y doctrinales del franquismo: el nacionalismo español y catolicismo militante.
La censura afectó a todas las actividades intelectuales, pero no pudo evitar que José Cela en la Familia de Pascual Duarte, o Buero Vallejo en Historia de una Escalera, reflejaran las duras condiciones de vida.
Entre 1956 y 1975, con el desarrollismo, propició la cultura de evasión: cine, comedia o la sub-literatura, que se vio favorecido por la inauguración de la televisión en 1956, que fue el medio por excelencia para difundir los valores del régimen, con los toros y el futbol. La respuesta de los intelectuales fue un mayor compromiso social: generación realista. El cine se renovaba dese la ironía o el Realismo, que reflejaban la sociedad española de una manera crítica. Pero la situación cambió debido a la aparición de una literatura experimental, con prosistas como Juan Goytisolo. La cultura española siguió desarrollándose fuera del país, con Rafael Alberti al cargo.
16.1 La transición a la democracia. La Constitución de 1978. Principios constitucionales y desarrollo institucional. El estado de las autonomías y su evolución.
El fallecimiento de Franco el 20 de Noviembre de 1975, introdujo un repertorio de posibilidades. Una vez declarado rey Juan Carlos I, se fue estableciendo sin violencia una ruptirreforma para dar lugar a un sistema democrático (Transición).
En la primera etapa de la Transición (1975 a 1978) el gobierno de Arias Navarro desarrolla una política ambigua aumentada por la variedad de tendencias de sus ministros. Sus proyectos de unas mínimas aperturas mediante la ley de Asociaciones Políticas y el Proyecto de reforma de las Cortes se quedan sin aprobación, por lo que presenta su dimisión. De la terna presentada por el Consejo del Reino, el rey nombra nuevo presidente a Adolfo Suárez. Este presenta a las Cortes franquistas la Ley para la reforma política(1976), que una vez aprobada en las Cortes y en referéndum supónía poner las bases para el cambio del sistema político. Durante el año 1977 se fueron legalizando los distintos partidos políticos, con especial trascendencia la que afecta al Partido Comunista de España (PCE).
Las Primeras Elecciones Libres de Junio de 1977, da como resultado la victoria de Uníón de Centro Democrático (UCD) liderado por Adolfo Suárez, le sigue el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), PCE; Alianza Popular y otros partidos obtienen menor representación en el Congreso de Diputados. D
De nuevo presidente, Adolfo Suárez inicia una etapa de consenso con el resto de las fuerzas, para alcanzar antes de fin de año los “Acuerdos de la Moncloa”. Estos acuerdos dan el programa de saneamiento y reforma ante la crisis económica y la inflación rampante mediante unas medidas monetarias, financieras y de empleo soportados equitativamente por los distintos grupos sociales. El otro gran consenso se sitúa en la Comisión parlamentaria para elaborar la nueva Constitución, con participación de los distintos partidos quedándose al margen el PNV. Aprobada por ambas Cámaras y en referéndum nacional La Constitución de 1978 establece una monarquía parlamentaria con división de poderes.
La Corona juega un papel representativo, la jefatura del Estado, cuyo poder ejecutivo está en el presidente del gobierno elegido por el Congreso. El poder legislativo elegido por sufragio universal es bicameral, los proyectos de ley aprobados por el Congreso de Diputados pueden ser modificados o vetados en el Senado. Considera principios básicos la libertad, la igualdad y la soberanía nacional. El modelo de Estado es social y democrático acogiendo la mayor declaración de derechos, incluyendo la libertad religiosa y de culto Grandes novedades son la abolición expresa de la pena de muerte, la conservación del patrimonio artístico y la protección del medio ambiente. Garantiza la propiedad privada y la libertad de empresa. Establece la unidad de España pero con una división territorial.
La Constitución fue aprobada mayoritariamente tanto en Cortes como en el referéndum de Diciembre de 1978. Esta aceptación incluye a los catalanes, mientras que algo más de la mitad de los ciudadanos vascos se abstuvieron.
Entre 1979 y 1982 se establece la segunda etapa de la Transición después de aprobarse la Constitución y celebrarse nuevas elecciones generales en Marzo de 1979, que aunque vuelve a ganar UCD muestra un proceso de desintegración.
El Estado De Las Autonomías queda establecido en la Constitución de 1978. Se fueron elaborando progresivamente los 17 Estatutos de Autonomía que regulan su funcionamiento, el papel de cada Parlamento y Gobierno autonómico. Completa el conjunto el tardío estatuto de Ceuta y Melilla en 1995.
El proceso de constitución y desarrollo de las Comunidades Autónomas discurre por un periodo preautonómico desde la muerte de Franco para convertirse en periodo autonómico tras promulgarse la Constitución de 1978.
En el periodo preautonómico, Adolfo Suárez concede un régimen de autonomía provisional a Cataluña que luego se extendíó a otras trece regiones. En ese momento La Rioja y Cantabria estaban integradas en Castilla y León. Madrid manténía el dilema de incorporarse a Castilla la Mancha o formar Comunidad propia. Las preautonomías contaban con organismos representativos y ciertas competencias, pero todavía carentes de capacidad legislativa.
El periodo autonómico se desarrolla desde la Constitución de 1978 que garantiza dentro de la unidad española, el derecho de fijar su propio autogobierno. Fija para su constitución la presencia en las provincias de carácterísticas históricas, culturales o económicas comunes o el carácter insular de las mismas. La Constitución no creó por lo tanto un mapa de Comunidades Autónomas, sino que indica las condiciones y las dos vías para acceder a ello. El artículo 151 permitía adquirir de forma inmediata el mayor techo de competencias. En cambio, si se acogían al artículo 143 eran más reducidas dichas competencias y un periodo de cinco años para ampliarlas.
Dentro de la vía más rápida del artículo 151 se incluyeron Cataluña, y Galicia con acuerdo de mayoría absoluta de sus órganos preautonómicos. En el caso de Andalucía partía de las diputaciones provinciales y de los ayuntamientos, ratificados en referéndum. País Vasco y Navarra integraban las competencias con ciertos conciertos fiscales y cupos específicos, derivados de sus antiguos regíMenes fiscales
Las Comunidades que optaron por la vía 143 necesitaron el acuerdo de las Diputaciones provinciales u órganos interinsulares y en algunos casos de los dos tercios de los ayuntamientos representativos, pero sin necesidad de referéndum.
El pacto entre UCD y el PSOE en materia autonómica llevaba al año siguiente,1982, a la publicación de la LOAPA confirmando 17 autonomías y dos ciudades autónomas.
16.3 La integración de España en Europa. España en la Uníón Europea. El papel de España en el contexto internacional.
España había solicitado su entrada en la CEE durante el franquismo, pero lo máximo conseguido fue el Acuerdo Preferencial de 1970. La entrada en la Comunidad Económica Europea se da treinta años después de su constitución, en 1986, cuando se ha incorporado España a la democracia.
Los factores de la integración se refieren tanto a los aspectos políticos como económicos. Desde el punto de vista comunitario se sopesaron las novedades democráticas de las elecciones libres (1977) sostenidas por una Constitución moderna (1978) que Europa debía apoyar e integrar como estaba haciendo con Grecia y Portugal. La larga presencia e historia europea de estos países reforzaría el proyecto iniciado para una Europa más unida y fuerte. Estas premisas se pueden añadir para los factores económicos. El crecimiento de EEUU, Japón y la URSS necesitaba compensarse con el aumento de nuevos miembros que aportaran diversificación productiva y mercado de consumo y pudieran competir con las grandes potencias en un mundo cada vez más globalizado.
Para España el elemento económico era fundamental. La crisis de 1973 se prolongaba año tras año sin freno, y los “Acuerdos de la Moncloa” de 1977 para la recuperación económica y con contenidos sociales evidentes necesitaban un refuerzo desde fuera. La firma por Felipe González del Tratado de Adhesión que entraba en vigor en Enero de 1986 posibilitaba converger hacia el nivel comunitario.
Las consecuencias de la incorporación se apreciaron tanto en lo político como en lo económico. En lo económico España presentaba un desfase respecto al resto de países miembros tanto en PIB como en paro, que duplicaba la media europea. España tuvo que hacer grandes concesiones económicas con transitorios aranceles en ciertos productos como las naranjas, y adaptarse a unas cuotas y a veces reducción de producción agropecuaria como en leche, vino y aceite. A su vez obtuvo ventajas de acceso a un mercado amplio y único y el acceso a ciertos caladeros pesqueros a los que antes se veía privado de ellos, y obligó a realizar reformas para adaptarse a la economía y políticas comunitarias y poder competir con aumento de calidad, modernización técnica y mayor productividad.
En el aspecto político reforzó la reciente democracia, a la vez que supuso participar en unas instituciones de ámbito europeo. España llega a ocupar por primera vez la presidencia de la CEE en 1989, en el ejercicio rotatorio de los países miembros. Desde entonces España ha sido un miembro activo participando en la elaboración y aprobación de trascendentales acuerdos posteriores.
De estos acuerdos, hay que mencionar el Acta Única(1986) que pretendía conseguir un mercado interior real creando un espacio de libre circulación de mercancías, personas, servicios y capitales. Reforzaba la cohesión de los miembros de la CEE.
eL tratado de schengen (1991) suprimía los controles fronterizos entre los Estados firmantes.
La política de integración europea prosiguió con la firma del TRATADO DE Maastricht en 1992, por el que se creaba la UE en sustitución de la CEE.
Además, se establecía un programa de convergencia económica que obligaba a todos los países miembros a adoptar una serie de medidas que les permitieran lograr la uníón económica y monetaria. Este tratado no sólo modificaba los acuerdos fundacionales, sino que propónía el objetivo gradual de la uníón política. Se acordaron dos sistemas de cooperación intergubernamental: La Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) y la Cooperación en asuntos de Interior y de Justicia (Cají). El Tratado prevéía la Uníón Monetaria con la introducción del euro en aquéllos países que cumplieran los criterios de convergencia. Desde entonces, España logra beneficiarse de los fondos de cohesión destinados a los miembros de la UE con menos recursos. Los criterios de Maastricht, déficit público e inflación bajos, fueron finalmente satisfechos durante el primer gobierno del PP aplicando severas medidas de austeridad.
En 1999 consigue entrar en la Uníón Económica y Monetaria europea y adoptar la moneda del euro, que se puso en circulación desde Enero de 2002.
Posteriormente se firmó el TRATADO DE NIZA (2003) que reformaba las instituciones comunitarias, culminando en el TRATADO DE LISBOA de 2007. Se introducían importantes cambios como el aumento de competencias del Parlamento Europeo, cambios en los procedimientos de voto en el Consejo, la introducción de la iniciativa ciudadana.; el carácter permanente del cargo de Presidente del Consejo Europeo. Y se daba pie para la elaboración de una Constitución europea, que finalmente fue aprobada por la mayoría de los Estados miembros.
Como miembro de la UE ha participado alineado al bloque occidental, participando en misiones internacionales, aportando Comisarios europeos y acogiendo la presidencia rotatoria cuando le correspondía.
El papel de España en el contexto internacional no alcanza al grupo de las 8 grandes potencias, pero la calidad de sus instituciones si le ha permitido participar en organizaciones como la ONU y sus organismos (actualmente es uno de los dos miembros de Seguridad, además de los cinco fijos). Participa en otras instituciones como la OCDE, la OTAN, la UEO, la OSCE…Los acuerdos internacionales en los que participa España son diversos y están relacionados con el desarme, la no proliferación nuclear, la defensa de los derechos humanos, de los trabajadores y del medio ambiente. España se encuentra entre los países donantes de ayuda oficial al desarrollo (AOD) y colabora con diversas ONG en favor de la solidaridad y el desarrollo como Médicos sin Fronteras, Manos Unidas, Greenpeace y Amnistía Internacional. La presencia de la cultura española en el exterior se aprecia en primer lugar por su extensión, utilizándose habitualmente el idioma español por más de 400 millones de personas y se fomenta desde distintas instituciones como el Instituto Cervantes.
El peso económico de España en el contexto mundial se pone de manifiesto con la posición 14ª mundial por el valor de su PIB. La creciente integración de su economía se manifiesta en la presencia de empresas multinacionales españolas en diversos sectores( Telefónica, Repsol, Bancos Santander y BBVA, Inditex…) el incremento del comercio exterior y relaciones financieras.
Por su situación geoestratégica España participa en organizaciones multinacionales de cooperación como la Uníón por el Mediterráneo, suscribe Tratados de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación con Marruecos y varios países de Norte de África. Los lazos históricos con Iberoamérica se plasman en la participación en las Cumbres Iberoamericanas.
Los acuerdos bilaterales con EEUU y Canadá, los Tratados de Amistad con varios países del Oriente Próximo. La creación de la Casa de Asía para el Lejano Oriente, etc manifiestan esta presencia española en el exterior