Principales factores de la crisis demográfica y económica del siglo XVII y sus consecuencias
La crisis española fue resultado del descenso demográfico (debido a las grandes epidemias, a la expulsión de los moriscos, a las dificultades económicas y a las guerras constantes) y del agotamiento económico a causa de la disminución de metales preciosos procedentes de América y de las continuas guerras. Esto último provocó un gran endeudamiento de la Hacienda Real, que suspendió pagos hasta en seis ocasiones. De esta forma, se buscaron nuevas fuentes de ingresos, que afectaron sobre todo a Castilla. En este ambiente se produjo una depresión económica que se manifestó en la caída de la producción agraria, la disminución de la ganadería bovina, la crisis de la industria textil castellana y en el acaparamiento por extranjeros del comercio con América. La crisis tuvo importantes repercusiones sociales, como el aumento numérico de los religiosos (como medio de vida en tiempos de crisis) y de la nobleza (por la mayor venta de títulos), así como el endeudamiento de esta última (para mantener su estilo de vida). Por otro lado parte de la burguesía abandonó sus negocios e invirtió sus beneficios en tierras y rentas fijas. La peor parte se la llevó el pequeño campesinado, que se arruinó y hubo de emigrar a las ciudades, aumentando en ellas los pícaros y los mendigos.
Los Austrias del siglo XVII: el gobierno de validos. La crisis de 1640
Felipe III carecía de vocación política, por lo que inició la práctica de la delegación de las cuestiones de gobierno en manos de un valido. El valido de Felipe III fue el duque de Lerma, político mediocre y ambicioso. Felipe IV estuvo más implicado en las tareas de gobierno, al igual que su valido el conde Duque de Olivares, que tuvo serias intenciones de reformar el sistema para fortalecer la monarquía. Durante el reinado de Carlos II se produjo una gran inestabilidad política ya que el gobierno se fue sucediendo entre los validos más fuertes. Debido a la Guerra de los Treinta Años, la monarquía española tenía graves problemas financieros que intentó suplir mediante nuevos impuestos, venta de cargos y tierras. Estas medidas y la política centralista de Olivares generaron rebeliones. La más importante fue la de Cataluña (1640-1652). Surgió por los abusos sobre la población por parte de militares que luchaban contra Francia. El virrey fue asesinado. Cataluña se convirtió en vasallo francés, pero ello le produjo muchos perjuicios y acabó rindiéndose a las tropas de don Juan José de Austria. La otra gran rebelión fue la de Portugal. Formar parte de España tenía muchos inconvenientes y comenzó un movimiento independentista. El Duque de Braganza fue nombrado rey y aprovechó la rebelión catalana y la ayuda de Francia y de Inglaterra para conseguir la independencia.
La Guerra de Sucesión Española y el sistema de Utrecht. Los Pactos de Familia
Carlos II murió sin descendencia. Había dos candidatos al trono: Carlos de Austria y Felipe de Anjou. Carlos II nombró como sucesor a Felipe de Anjou (Felipe V), nieto de Luis XIV, rey de Francia. Las potencias europeas se alarmaron ante la posible formación de un poderoso bloque fancoespañol. Así comenzó la Guerra de Sucesión, en la que se enfrentaron el bando fancoespañol y la Gran Alianza antiborbónica (Inglaterra, Austria, Portugal y Holanda), que apoyaban al candidato austriaco. En España, la Corona de Aragón fue partidaria de Carlos de Austria y la Corona de Castilla de Felipe V. Cuando Carlos de Austria fue nombrado emperador de Alemania, al poderse formar un bloque hispanoalemán, Inglaterra presionó para firmar la paz y la guerra finalizó. En la Paz de Utrecht Inglaterra obtuvo enormes beneficios. Felipe V fue reconocido como rey de España, pero, a cambio, cedió los territorios europeos que poseía. La paz de Utrecht estableció un equilibrio entre las tres grandes potencias europeas: Francia, Austria e Inglaterra. España, potencia de segundo rango, se aliará con Francia para poder defender sus intereses. El deseo de Felipe V de recuperar las posesiones en Italia hizo que firmara dos Pactos de Familia con Francia. Eran tratados de ayuda y defensa mutua. Carlos III firmó el Tercer Pacto de Familia con Francia, que supuso la recuperación de Menorca y La Florida.
La nueva Monarquía Borbónica. Los Decretos de Nueva Planta. Modelo de Estado y alcance de las reformas
La reorganización del Estado fue llevada a cabo por Felipe V, Fernando VI y Carlos III, que establecieron una monarquía centralista según el modelo francés. Se abolieron los fueros y las instituciones particulares de la Corona de Aragón, y mediante la promulgación de los Decretos de Nueva Planta por Felipe V, los territorios de la Corona de Aragón (Valencia, Aragón y Cataluña) quedaron a cargo de un capitán general al frente de una Audiencia. Se suprimieron las Cortes particulares, que más tarde serían Cortes únicas para toda la monarquía. Los Consejos fueron sustituidos por las denominadas Secretarías de Estado y del Despacho. A pesar de esto se mantuvo la primacía del Consejo de Castilla. España se dividió en intendencias, al cargo de los intendentes que actuaban como delegados territoriales del Gobierno, lo que corresponde al modelo francés de administración territorial.
La España del siglo XVIII. Expansión y transformaciones económicas: agricultura, industria y comercio con América. Causas del despegue económico de Cataluña
La economía se basaba en la agricultura, limitada por la falta de competencia, el régimen de propiedad de la tierra y una oposición al cambio. Carlos III intentó cambiar la situación con los arrendamientos municipales y las colonizaciones de nuevas tierras, pero no implantó la Ley de Reforma Agraria de Jovellanos. El aumento de población y de las rentas de nobles y eclesiásticos favoreció el crecimiento de la demanda de manufacturas. El obstáculo principal para el desarrollo industrial era el sistema gremial. Los reyes potenciaron su crecimiento con el proteccionismo, las manufacturas reales y la construcción naval. En la política comercial con América se crearon nuevas compañías comerciales y se liberalizó el comercio pudiendo realizarse desde cualquier puerto español. En Cataluña, gracias al sistema de censos enfitéuticos, facilitó orientar su producción agrícola al mercado desarrollándose una burguesía agraria innovadora. Ello aumentó la demanda de productos y la industria que, además, se vio favorecida por la política proteccionista. La liberalización del comercio con América benefició las exportaciones. Todo ello generó excedentes de capital, invertidos en modernizar el sector textil.
Ideas fundamentales de la Ilustración. El despotismo ilustrado: Carlos III
La Ilustración es el movimiento cultural e intelectual propio del siglo XVIII. Basado en que la naturaleza de rige por leyes racionales y es por tanto comprensible para el ser humano, tenía como principales objetivos el progreso y la felicidad. Los ilustrados solían pertenecer a las clases altas y por tanto la Ilustración era un fenómeno minoritario que solo se daba en pequeños círculos intelectuales. En España este fenómeno llegó con Felipe V y Fernando VI y se afianzó con Carlos III. El despotismo ilustrado fue la teoría política predominante en Europa durante el siglo XVIII, y se basaba en dos principios: el poder absoluto de la monarquía y el ideal del rey filósofo, el cual, asistido por las minorías ilustradas, sabía lo que necesitaban sus súbditos. El mejor representante del despotismo ilustrado en España fue Carlos III, quien intentó modernizar la sociedad junto con consejeros como el Conde de Aranda, el Conde de Floridablanca y Campomanes. Empezó con la reforma de Madrid. Transformó la capital más sucia y pobre de Europa en una de las grandes capitales europeas. Potenció una política encaminada a la mejora de las estructuras productivas; y se emprendieron reformas en la Administración de Justicia y en el Ejército, que pasó a ser de carácter profesional y al servicio del Estado.