1- Gran Bretaña: La Era Victoriana
La Era Victoriana: Máximo Esplendor de la Historia del Reino Unido: La Reina Victoria I marca la etapa de máximo esplendor de la historia del Reino Unido. Vive una etapa de prosperidad económica que consolida el poder de la burguesía y convierte a Gran Bretaña en la primera potencia económica mundial. También se convierte en la primera potencia política del mundo. A nivel interno, se implanta un régimen liberal que acabará reconociendo a fines de siglo el sufragio universal masculino, permitiendo a los proletarios participar en la vida política. Los partidos que dominan la política británica son el de los Tories (conservadores) y el de los Whigs (liberales), representantes de la nobleza y la alta burguesía respectivamente. El sufragio universal femenino no se alcanzará hasta principios del siglo XX. En política exterior, se caracteriza por el desarrollo de la llamada política del «espléndido aislamiento», consistía en evitar el establecimiento de alianzas permanentes con ningún otro país. Durante el último tercio de siglo, otras potencias ponen en cuestión el liderazgo mundial de Gran Bretaña en ambos aspectos: economía y política. Conviene referirse al llamado problema irlandés como un problema social, económico y religioso. La eliminación del parlamento y la exigencia de que sus representantes en el parlamento británico fueran obligatoriamente de religión protestante provocó que se desarrollara un movimiento nacionalista dirigido por Daniel O’Connell. En 1847, la «crisis de la patata» provocó una situación límite que llevó a una emigración masiva a EE.UU. A finales de siglo, la población irlandesa se había reducido a la mitad. A fines del siglo XIX, aprovechando la división de fuerzas en la Cámara, Charles Stuart Parnell decidió boicotear las decisiones del parlamento. La independencia de Irlanda solo se conseguirá al terminar la Primera Guerra Mundial.
2- Francia: Del Segundo Imperio a la Tercera República
Francia: Del Segundo Imperio a la Tercera República: Después de la Revolución de 1848, se estableció la Segunda República. Fue elegido presidente Luis Napoleón, quien transformará la república en un imperio. En diciembre de 1851, dio un golpe de estado a partir del cual se nombró emperador, comprometiéndose a elaborar una constitución y a mantener el sufragio universal masculino. Durante los primeros años, consolida el orden, aumenta el control policial, restringe la libertad de prensa y la libertad de cátedra. Logra dar un gran impulso económico al país. En política exterior, participa en la Guerra de Crimea y en la guerra austropiamontesa, en la cual obtiene los territorios de Saboya y Niza. Durante la última década del imperio, la política exterior francesa acusa varios reveses importantes. Estos hechos, junto a la crisis económica que tiene lugar entre 1866 y 1870, provocan la caída de Napoleón II y su sustitución por un régimen republicano. La Tercera República Francesa se inició con las revueltas proletarias que tomaron París y crearon la Comuna de París en 1871. En este periodo existió un consenso entre moderados y radicales en cuanto a que el poder debía estar en manos del parlamento. Por su parte, en política exterior eran partidarios del imperialismo colonial en África y Asia. Durante este periodo se desarrolló en Francia un fuerte sentimiento nacionalista antialeman que está en la base del enfrentamiento francoalemán.
3- El Imperio Austro-Húngaro
El Imperio Austro-Húngaro: El Imperio Austro-Húngaro de la segunda mitad del siglo XIX ocupaba vastas extensiones del centro de Europa. Estuvo regido por el Emperador Francisco José I, que reinó siguiendo una línea conservadora y autoritaria. El principal problema que tuvo que hacer frente fue las nacionalidades, ya que el imperio contaba con numerosos grupos étnicos en su interior, algunos de los cuales aspiraban a crear su propia nación. El imperio se convirtió en una monarquía dual dividida en Cisleitania (Austria) y Transleitania (Hungría), pero con la figura del emperador como nexo de unión. Desde el punto de vista económico, el Imperio Austro-Húngaro era una potencia europea. Sin embargo, dependía mucho de la financiación exterior. En cuanto a la política exterior, el Imperio Austro-Húngaro pone sus ojos en los Balcanes como territorio de expansión. El interés por los Balcanes será el motivo que desencadene el estallido de la Primera Guerra Mundial.
4- Los Imperios Turco y Ruso. Los Balcanes
Los Imperios Turco y Ruso. Los Balcanes: El Imperio Otomano fue conocido en la segunda mitad del siglo XIX como el enfermo de Europa. Abarcaba unos territorios enormes y extensos, con limitada capacidad política y militar. El control del sultán otomano era meramente nominal. Pero el problema más grave estaba en Europa, concretamente en los Balcanes. Los intereses nacionalistas e independentistas se mezclaron con el afán expansionista, haciendo de los Balcanes un verdadero polvorín. El Imperio Ruso estaba muy atrasado, por lo que el zar Alejandro II hizo reformas para tratar de modernizarlo. Durante todo el siglo XIX, Rusia consolidó la ocupación de Siberia hasta el Pacífico. También mostró interés por la región de los Balcanes, donde su enfrentamiento con Austria-Hungría conducirá a la Primera Guerra Mundial. El debilitamiento del Imperio Turco hizo que las diferentes nacionalidades que albergaba en su interior fueran liberándose a lo largo del siglo. Rusia y Austria tomaron un papel activo en la cuestión, buscando ampliar sus territorios a costa del Imperio Otomano.
5- La Política Internacional en el Cambio de Siglo
La Política Internacional en el Cambio de Siglo: Las relaciones internacionales del último cuarto del siglo XIX están claramente dirigidas por el canciller Otto von Bismarck, quien a través de los llamados sistemas bismarckianos buscaba aislar diplomáticamente a Francia (para impedir las reivindicaciones sobre Alsacia y Lorena) a la vez que mantener el «statu quo» en los Balcanes (para evitar el enfrentamiento entre Austria y Rusia). Entre sus iniciativas, destaca la firma de la Triple Alianza en 1882 con carácter defensivo y dirigido contra Francia, así como el tratado secreto de reaseguro de 1887 entre Alemania y Rusia. Cuando el Kaiser Guillermo II fuerza la dimisión de Bismarck en 1890, el tratado germano-ruso no será renovado, por lo que Rusia acabará firmando una alianza con Francia en 1893. En este periodo, además, Guillermo II desarrolla el nacionalismo expansionista, militarismo y política de construcción naval germana. Es visto como una amenaza al orden internacional, por lo que en 1904 se cierra la Entente Cordiale entre Francia y Gran Bretaña. Así, cuando en 1907 se firma la Triple Entente en Europa, se definen dos grupos militares: Triple Alianza vs Triple Entente. A comienzos de siglo XX, están formados los dos grupos militares que se enfrentarán en la Primera Guerra Mundial.