La España Franquista (1939-1975): De la Posguerra al Aislamiento Internacional


De 1939 a 1945


Corresponde al período que va desde el fin de la Guerra Civil hasta la finalización de la II Guerra Mundial. En este periodo España experimenta un proceso de acercamiento a las potencias fascistas, que ya se había visto durante durante nuestra contienda. Si bien, España no participó en la guerra europea, si envió a la División Azul para apoyar a los nazis en el frente ruso. Sin embargo, a medida que la derrota de las potencias del eje era evidente, el régimen fue alejándose a partir de 1942 de estas potencias por su propia supervivencia, propiciando un acercamiento a los aliados. La destitución del falangista y Germánófilo, Serrano Súñer, a pesar de ser su cuñado, así lo prueban.
En esta etapa se promulgo la Ley Constitutiva de las Cortes (1942), que respondía al concepto autoritario de representación, donde se rechazaba el sufragio universal, e implantaba la representación corporativa: la familia, el municipio y el sindicato. La cámara sería sólo consultiva, manteniendo el jefe del Estado su poder para legislar. 

Del 1945 al 1950


Es el período más difícil para el franquismo, ya que la derrota de sus aliados, conllevó que en 1946  la asamblea votó en contra del ingreso de nuestro país en la ONU, por lo que España entraba en un período de aislamiento internacional. Por ello, no recibíó ayuda del Plan Marshall, ni se le permitíó entrar en la OTAN. Económicamente, España tuvo que desarrollar un sistema de autarquía para poder sobrevivir ante este aislamiento. Fueron años «de hambre» y de racionamiento para poder acceder a los productos de necesidad básicos. 

Del 1950 al 1959


La conclusión de la II Guerra Mundial hizo que los antiguos aliados: rusos y americanos se alejasen progresivamente. Nacía la Guerra Fría que diseñaba un nuevo mundo: el capitalista, liderado por los EEUU, y el comunista por la URSS. Ante esta nueva realidad internacional, la España franquista empezó a revalorizarse, no sólo por su visceral anticomunismo, sino por su posición estratégica en el continente europeo. España y EEUU fueron acercándose. En 1950 EEUU recomendó el fin del aislamiento diplomático de España. En 1953 se firmaron los acuerdos bilaterales entre ambos países, que permitieron la instalación de las bases militares norteamericanas en territorio español: Torrejón de Ardoz, Zaragoza, Morón y Rota. A cambio, España recibíó ayuda económica de los EEUU. También gracias a su apoyo, nuestro país ingresó en la ONU en 1955. En 1958, España ingresaba en el FMI, El Banco Mundial y la OEEC (Organización para la Cooperación Económica y europea). 
Esta etapa concluía de forma más que satisfactoria para el régimen al recibir la visita del presidente de EEUU, el general Eisenhower, nada menos que que el excomandante de los ejércitos aliados que habían derrotado a las potencias fascistas en la II Guerra Mundial. También el 1 de Abril se conmemoró la «victoria» mediante la inauguración del Valle de los Caídos. 
En esta etapa también se produjo la descolonización de España de España en Marruecos, que alcanzó su independencia en 1956. 
Recién acabada la la Guerra Civil, Franco hizo público su adhesión al Pacto Antikomintern, es decir, el acuerdo anticomunista que asociaba a las potencias fascistas de Alemania, Italia y Japón.
En Octubre de 1940, tras la invasión nazi de Francia, fue cuando se produjo la entrevista de Hitler y Franco en Hendaya.
España no entró en la guerra europea porque Hitler no aceptó las pretensiones de Franco en el Marruecos francés, y tampoco confiaba en la aportación de un país y un ejército exhaustos después de la guerra. Sin embargo, Franco mostró su apoyo enviando la División Azul para luchas con los nazis en el frente ruso.
Las derrotas del Eje hicieron que la política internacional cambiase a partir de 1942, destituyendo al Germánófilo Serrano Súñer y propiciando un acercamiento a los aliados. 
En 1946 la Asamblea de la ONU votó en contra del ingreso de España, por lo que nuestro país entraba, como ya hemos visto, en un periodo de aislamiento internacional y de bloqueo económico de las potencias vencedoras de la contienda europea. Tampoco se recibieron ayudas del plan Marshall, ni se permitíó la entrada en la OTAN.
El régimen franquista consciente de la nueva coyuntura llevo a cabo una operación cosmética, es decir, intentó lavar su imagen internacional, de ahí que apartase a los falangistas progresivamente, e intentó eliminar los símbolos fascistas del régimen, como el saludo, y las marchas militares. Franco dejó su uniforme militar para lucir de paisano en sus apariciones públicas. 
España necesitaba el apoyo del Vaticano, de ahí que el Concordato con la Santa Sede (1953) fue muy positivo para la normalización del régimen franquista. 
Afortunadamente para Franco, la Guerra Fría acabará salvando a su régimen. El mundo dividido en dos bloques: el capitalista, liderado por EEUU y el comunista por la URSS, acabó sacando a españa de su aislamiento internacional gracias a la ayuda de EEUU. 
En 1950, la ONU, a instancias de EEUU, recomendó el fin del aislamiento diplomático de España. En 1953 se firmaron los Acuerdos bilaterales con los Estados Unidos, que permitieron la instalación de bases militares norteamericanas en España en Torrejón de Ardoz, Zaragoza, Morón y Rota. A cambio España recibíó una ayuda económica norteamericana no comparable a la que recibieron otros países europeos con el Plan Marshall. También en 1953 se firmó el Concordato entre España y la Santa Sede.
Finalmente, gracias al apoyo norteamericano, España ingreso en la ONU EN 1955. 
El general Franco fue muy reacio a definir con detalle sus atribuciones de poder, y rechazó la elaboración de una constitución que recordase el período liberal. Fue dando forma a sus poder personal, como respuesta a los acontecimientos internacionales y a las presiones de los que querían perpetuar el régimen franquista. Por ello se promulgaron una serie de leyes complejas y a veces contradictorias que aparecen según las necesidades del régimen. Son las siguientes:

El Fuero del Trabajo (1938)


 Promulgada durante la guerra y a imitación de la ley laboral de los fascistas italianos, tenía como objeto establecer los fundamentos sobre los que se organizaría la economía del nuevo Estado.

La Ley Constitutiva de las Cortes (1942)


Respondía a su concepto de representación que rechazaba el sufragio universal e implantaba lo que se llamaba democracia orgánica, una representación corporativa de la familia, el sindicato y el municipio. Las Cortes franquistas fueron meramente consultivas, ya que Franco mantuvo su poder de legislar.

El Fuero de los Españoles (1945)


 Después de la II Guerra Mundial se llevó a cabo una operación de maquillaje del Régimen por la exigencia de los vencedores. El fuero era en apariencia una declaración de derechos, pero en realidad propónía un estado autoritario de carácter confesional con derechos muy limitados, que sólo podían disfrutar los que no se opónían al régimen.

Ley del Referéndum (1945)


Pretendía mostrar que en España estaba permitido el voto, dado que los españoles podían ser consultados en forma de plebiscito sobre cuestiones de Estado, siempre a instancias del Generalísimo.

La Ley de la Sucesión de la Jefatura del Estado (1949)


Fue sometida a referéndum y aprobada en uno de los «pucherazos» de la historia del régimen, ya que se aprobó por un 93% de los votantes. La ley declaraba a España como «reino» por su tradición histórica, siendo Franco su jefe vitalicio y con la facultad de nombrar sucesor.

Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958)


Supónía la incorporación institucional del falangismo y el reconocimiento de la Falange Española y Tradicionalista como partido 
único.
La Ley Orgánica del Estado que fue sometida a referéndum en 1966, que supuso algunas novedades funcionales, como la separación de la jefatura del Estado y presidente del gobierno, aunque no se aplicó hasta 1973.
El 22 de Julio de 1969 Franco designa a Juan Carlos de Borbón (saltándose el orden sucesorio natural que correspondía a su padre Juan de Borbón amparándose en la ley de sucesión según la cual sería Franco quien nombraría al monarca del reino) como su sucesor a la Jefatura del Estado, con el título de «Príncipe de España». Así es proclamado por las Cortes como sucesor de Franco el 22 de Julio de 1969 cuando Juan Carlos jura: «fidelidad a los principios del Movimiento Nacional y demás Leyes Fundamentales del Reino».

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