La exposición a algunos contaminantes puede ser de dos a cinco veces mayor


La alteración del relieve

El relieve resulta alterado por las actividades extractivas de minas y canteras y por las infraestructuras de transporte. Sus consecuencias son la destrucción de relieves o la creación de otros artificiales con los productos de los escombros. Las soluciones a este problema se han centrado en la restauración o la reutilización de los espacios afectados y en la conservación de la geodiversidad y del patrimonio geológico.

El relieve costero sufre regresión y artificialización.

La regresión se debe a la reducción de las playas, que protegen de la erosión del mar, a causa de la extracción de grava y arena para la construcción principalmente. El problema se incrementará con el ascenso del nivel del mar ocasionado por el cambio climático. Las soluciones son el control de las extracciones y la ejecución de obras para favorecer la aportación natural.

La artificialización de la costa se debe a la presión urbanística y la construcción de infraestructuras. La ley de Costas pretende recuperar la naturalidad del litoral, protegiendo la integridad del dominio público costero.


La alteración de la atmósfera

La contaminación atmosférica:


es la introducción en el aire de sustancias nocivas.

Las causas de la contaminación son las emisiones de sustancias nocivas que proceden de las instalaciones de combustión, el transporte, ciertas industrias y el sector agrario.

Los tipos principales de contaminación son tres:

La lluvia acida: es una precipitación con una acidez superiora la normal. Se produce cuando sustancias acidificantes se mezclan con el vapor de agua de la atmósfera y caen a la superficie terrestre.

La campana de polvo: es una niebla formada por partículas en suspensión, que proceden de las instalaciones de combustión, el tráfico, y ciertas industrias. Afectan sobre todo a las grandes ciudades españolas, en invierno y en situación anticiclónica.

La niebla fotoquímica: es una bruma ocasionada por la formación de ozono troposférico a ras de suelo. Se produce por la reacción de la luz solar intensa con ciertos contaminantes. Este problema afecta a las afueras de las ciudades y el área rural próxima, y tiene su mayor incidencia en verano, en el centro y sur peninsular.

Las consecuencias de la contaminación son daños en la salud humana, en el medio natural, en la agricultura, y en los materiales de construcción.

Las soluciones frente a la contaminación atmosférica responden a la necesidad de cumplir los compromisos internacionales. Con este fin se aprobó la Ley de Calidad del Aire, que fija niveles máximos de concentración para las principales sustancias contaminantes. En caso de rebasarse los límites, deben redactarse planes de reducción. 


El cambio climático y el efecto invernadero

El cambio climático consiste en un aumento global de la temperatura de la tierra.

La causa es un aumento del efecto invernadero producido por el vapor de agua y ciertos gases. De forma natural, estos gases actúan como el cristal de un invernadero: dejan pasar la radiación solar, pero retienen parte del calor irradiado por la superficie terrestre, evitando el escape al espacio exterior. Pero el aumento de gases de efecto invernadero por las acciones antrópicas, hace que la cantidad de calor retenida sea mayor, ocasionando un calentamiento global del planeta.

Las consecuencias del cambio climático serán grandes para el medio ambiente y las actividades humanas en España. La elevación del nivel del mar supondrá la desaparición o la reducción de playas. La temperatura aumentará y se incrementarán las situaciones extremas. Los recursos hídricos y glaciares se reducirán. Aumentará la erosión del suelo. La biodiversidad sufrirá extinciones locales por el incremento de plagas y de especies invasoras.

Las actividades agrarias se resentirán por el aumento de la sequía. El turismo tendrá que adaptarse a todas las consecuencias que les afecten. Además, la salud humana se verá afectada por las olas de calor y por un aumento de las enfermedades subtropicales.


Las soluciones para hacer frente al cambio climático son dos:

La mitigación consiste en reducir las emisiones de GEI. Se lleva a cabo en el marco de los compromisos internacionales, suscritos por la UE. El protocolo de Kioto marcó los objetivos de reducción de emisiones entre 2005 y 2020. Para alcanzar estos objetivos, la UE creó un Mercado Europeo de Derechos de Emisión en el que los sectores más contaminantes están sometidos a cuotas de emisión de GEI, y si no lo gastan pueden vender el excedente a los que la sobrepasan, que están obligados a adquirirlas.

La adaptación al cambio climático se completa a nivel nacional y regional. Así, el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, que pretende diagnosticar sus impactos en los distintos sectores y proponer las medidas mas efectivas; y muchas comunidades han elaborado sus estrategias de adaptación


La alteración de la morfología

La alteración del cauce de algunos tramos fluviales se debe a la modificación de sus riberas y de su vegetación por la extracción de áridos; la acumulación de sedimentos, escombros y basura; y las instalaciones urbanísticas y de infraestructuras. Con ello aumentan la erosión fluvial y el riesgo de inundación. La solución es la restauración hidrológica-forestal, consistente en la corrección y la limpieza del cauce y la recuperación de la vegetación protectora de las riberas.

La alteración morfológica de algunos humedales se debe a su colmatación por acumulación de sedimentos, escombros o basura; o a la sobre excavación de su lecho para aumentar la capacidad y usarlos como embalse. Así, se alteran las comunidades ecológicas que albergan.


La contaminación de las aguas

La causa de la contaminación de las aguas es el vertido de desechos por partes de las acciones antrópicas.

Las consecuencias de la contaminación son una perdida de calidad del agua que afecta a los ecosistemas acuáticos y a su uso humano para beber, o para el baño. Los tramos fluviales mas afectados son los medios y bajos, donde se acumulan los vertidos, especialmente en la mitad sur peninsular.

Frente a la contaminación del agua se han adoptado diversas medidas:

En el caso de las aguas superficiales y las subterráneas, se mejoran la vigilancia, el control de vertidos y la depuración. Así, España cuenta con Redes Automáticas de Información y Alerta sobre la calidad del agua.

En el caso de las aguas marinas, se pretende prevenir la contaminación; mejorar la calidad del agua: y su conservación mediante la creación de las Áreas Marinas Protegidas.


Daños, alteración y destrucción de la vegetación

Los daños en los bosques se deben a causas naturales y humanas, que ocasionan la defoliación y decoloración de los árboles.

Frente a este problema, España se ha integrado en la Red Europea de Seguimiento de Daños en los Bosques y cuentan con programas de prevención y lucha contra plagas, conservación genética de las especies en peligro de extinción…

La alteración está motivada por la sustitución de las especies autóctonas por otras de elevado rendimiento económico, que reducen la biodiversidad forestal y a veces modifican negativamente el suelo, arden mejor, y afectan a la flora y la fauna de la zona.

La deforestación es la destrucción de la cubierta vegetal.


Las causas de la deforestación son las talas destinadas a obtener tierras para beneficio humano, y los incendios forestales. Estos tienen su mayor incidencia en verano, al unirse altas temperaturas disminución de las precipitaciones y vientos secos que los propagan. Algunos se producen por causas naturales y otros por accidentes o son intencionados. Los incendios se han visto favorecidos por la densificación del sotobosque.

Las consecuencias de la deforestación son el aumento de las emisiones de CO`2 y de la erosión del suelo; una reducción de la biodiversidad y del valor estético del paisaje; y pérdidas económicas y humanas.

Frente a la alteración y la deforestación, en el Plan Forestal Español, se propone el desarrollo sostenible y el uso multifuncional del bosque. Es decir, combinar la protección con el aprovechamiento ordenado de sus recursos por la población rural y con uso recreativo responsable.


La producción de residuos

En España, la producción de residuos ha crecido debido al aumento del consumo, sobre todo la de residuos sólidos urbanos. Su eliminación comporta consecuencias negativas. Los vertederos incontrolados originan problemas sanitarios y contaminan el suelo y el agua. Los vertederos controlados alteran el paisaje, producen malos olores y gases de efecto invernadero. Y las plantas incineradoras contaminan el aire y generan líquidos y cenizas contaminantes.

Las soluciones a este problema plantean diversos objetivos y actuaciones:

Clausurar y recuperar los vertederos incontrolados.

Disminuir el vertido en los vertederos controlados mediante las llamadas tres R: reducción de los residuos, la reutilización directa y el reciclado. El objetivo es cumplir la directiva Europa que exige reducir el peso de los residuos un 10% y que al menos el 50% de su peso se destine a la reutilización o al reciclado. Para ello, es necesario aumentar la recogida selectiva de basura en origen o en plantas de clasificación donde se separan los residuos mezclados.

Valorizar los residuos no reciclables: usar el calor de la incineración para producir energía; y la materia orgánica de la basura para obtener biogás o compost, utilizado para regenerar suelos.

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