La Filosofía Presocrática: Del Mito al Logos


Explicación Racional de la Naturaleza

En el siglo VI a.C., en Grecia, un conjunto de pensadores, llamados actualmente presocráticos, cuestionaron las explicaciones míticas y buscaron explicaciones más lógicas. De esta forma, empezaron a investigar si detrás de la pluralidad de los cambios que observamos en la naturaleza, existe una realidad que no cambia jamás.

Primera cuna: la escuela de Mileto

Se considera que con Tales, un astrónomo y matemático de la colonia griega de Mileto, se inicia la filosofía. Él y sus discípulos Anaximandro y Anaxímenes empezaron a cuestionarse las explicaciones míticas, que consideraban explicaciones arbitrarias, y buscaron explicaciones lógicamente necesarias. Fueron los primeros en protagonizar el paso del mito al logos.

Los milesios consideraban que la realidad estaba formada por un principio básico, el arjé, el sustrato o principio de la realidad. Según Tales, el principio del que surge todo es el agua; había constatado que el agua o la humedad es fuente de vida, es movimiento.

Para Anaximandro el arjé no puede ser nada definido, si ha de estar en todo y volverse todo. Por negación se puede denominar apeiron, lo indefinido o indeterminado. Para Anaxímenes la materia primera era el aire.

Lo más fecundo de estos pensadores es el estilo de su pensamiento: búsqueda racional de un principio único.

Segunda cuna: los pitagóricos

En la misma época, aparecieron los pitagóricos, que basaban sus búsquedas en obtener la estructura o forma del cosmos y no de los elementos que lo integran; llegando a la conclusión de que la estructura de éste es matemática.

Pitágoras fue el primero en afirmar «soy un filósofo». Fundó un movimiento no solo intelectual sino también religioso, moral y político, con un claro objetivo: la purificación del alma. Esta secta defendió su inmortalidad y la doctrina órfica de su transmisión.

El Cambio: Heráclito versus Parménides

El filósofo Heráclito defendía que todas las cosas fluyen, todo cambia con el tiempo, nada es constante. Sin embargo, Parménides afirmaba que estos cambios son solo en apariencia, la realidad es inmutable, y es la razón la que debe guiar al ser humano, no los sentidos.

Intentos de Conciliación: los Pluralistas

Estos pensadores no se quedan con su punto de vista sino que pretenden sumar perspectivas: aceptan de Heráclito que la physis es un proceso de cambios constantes y aceptan de Parménides que lo que es no puede venir de lo que no es.

Empédocles

Para este filósofo el cambio consiste en las transformaciones de las cosas que también son, al igual que lo real. En esto radica su manera de explicar el cambio. Hay principios eternos e indestructibles que permanecen durante el cambio que experimentan las cosas. Estos principios son: Fuego, Aire, Agua y Tierra. Justamente por ser eternos e indestructibles, y por ser fundamento de lo real, son origen de todas las cosas.

Anaxágoras

Para él no existen solo 4 principios, sino muchos más, en cada cosa está la porción de todas las cosas que ella pueda llegar a ser. El hecho que predomine un elemento u otro depende de una fuerza a la que llama nous (mente o intelecto).

Sofistas, Profesores de la Democracia

Los sofistas eran un grupo de filósofos que se centraban en cuestiones sobre el hombre, su educación y su forma de organizarse. Los sofistas educaban a sus alumnos para la vida política, enseñándoles un amplio dominio del lenguaje y la retórica. Entre los filósofos sofistas destacaron dos:

  • Protágoras: defendía posturas relativistas, existen verdades distintas dependiendo del punto de vista.
  • Gorgias: pensaba que no se podía estar seguro de nada, era un escéptico; si fuéramos capaces de conocer algo no seríamos capaces de comunicarlo.

Sócrates

Sócrates rechazaba el escepticismo y el relativismo. Con su frase más célebre: «solo sé que no sé nada», Sócrates intentaba explicar que la única forma de iniciar el cambio hacia el conocimiento es reconociendo la propia ignorancia.

Sócrates utilizaba su propio método, el denominado método socrático, para llegar, mediante preguntas en un diálogo, a que el interlocutor reconociese su ignorancia. Para ello usaba la ironía y la contradicción. Este método se podía convertir en una herramienta de acceso al conocimiento, mayéutica, una vez aceptada la propia ignorancia, ayudando al interlocutor a encontrar la verdad.

Sócrates y los sofistas

Según Platón, Sócrates se diferenciaba realmente de ellos; él es su crítico y polemizador: rechaza tanto el escepticismo como el relativismo. Sócrates afirma «solo sé que no sé nada» pero no niega la posibilidad de acceso al conocimiento por parte del hombre. Él comparte con los sofistas la preocupación por la educación de los jóvenes y por alcanzar la excelencia o areté, es decir, el conocimiento. Los sofistas pretenden enseñar la excelencia pero afirman que el conocimiento es imposible (argumentaba Sócrates).

El método socrático

En este proceso Sócrates utilizó dos recursos, la ironía y la contradicción, lo cual para Sócrates, llegar a una contradicción invalidaba su razonamiento pues implicaba rechazar la tesis inicial.

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