MONARQUÍA HISPÁNICA: El proceso de integración territorial desarrollado por los Reyes Católicos
En 1469 tuvo lugar el matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón (los Reyes Católicos), suceso que supuso la configuración de un nuevo ente político: la Monarquía Hispánica. El reinado de los Reyes Católicos implica la unión de las dos coronas en la persona de los monarcas. Durante su reinado, se incorporaron distintos territorios a la corona. Como consecuencia de este entramado territorial, el monarca ejercía su soberanía en los distintos reinos integrados, pero cada reino conservaba su personalidad jurídico-política.
Se usaban dos sistemas: el de los reinos unidos, que compartían un mismo derecho, y el de los reinos separados, en que cada territorio conservaba su ordenación política, aunque todos fueran súbditos de un mismo rey.
Otra característica de la configuración política de ese momento es el crecimiento que experimenta el poder real, concebido como un poder prácticamente ilimitado, pues el Rey solo respondía «ante Dios y ante el Derecho Natural». Esto implicaba que la monarquía controlaba cada vez más el poder ciudadano y las Cortes.
Con el reinado de Isabel y Fernando se ultima el proceso de integración territorial de la Península. La Conquista de Granada ratificó la victoria de Isabel y Fernando en el conflicto de sucesión y aseguró su posición frente a la nobleza. Esta guerra fue clave para desarrollar el sistema fiscal y la capacidad militar castellana, significando un momento clave en la forja del estado castellano moderno. La guerra de Granada fue la primera gran empresa común de la nueva monarquía, ya que participaron militar y financieramente castellanos y aragoneses. En la política internacional, la conquista del último reducto político de Al-Andalus aseguró el flanco mediterráneo de la Monarquía ante el empuje turco que azotaba Italia. Asimismo, la toma de Granada dejó a los Reyes Católicos las manos libres para encarar con fuerza los otros frentes de su política exterior, especialmente su rivalidad con Francia e Italia.
Finalmente, en 1492, culminó la guerra con la rendición final del último monarca musulmán de la península ibérica, completando la conquista del reino de Granada. Acababa así la Reconquista y la presencia musulmana en la península.
Al morir Isabel, Fernando conquistó Navarra en 1512, lo que se realizó con el apoyo jurídico de una bula papal. En 1515 entregó el reino de Navarra a su hija Juana, declarando la unidad de Navarra a la Corona de Castilla. Navarra no fue absorbida por Castilla, sino que se incorporó a la Corona Castellana en plano de igualdad y conservando su derecho. Distinto es el proceso de integración territorial acometido con Canarias y Portugal. Los intentos de ocupar Canarias se legitimaron durante la Baja Edad Media al considerar a sus habitantes como infieles, carentes de personalidad jurídica. Con respecto a Portugal, los Reyes Católicos utilizaron la política matrimonial de forma sistemática como un instrumento de política exterior. En 1490, casaron a su hija Isabel con el príncipe Alfonso de Portugal, hijo primogénito del rey Juan II.
Expansión Ultramarina y las Indias
Con respecto a las Indias, el descubrimiento de América en 1492 por Cristóbal Colón fue uno de los hechos más importantes de la historia europea y condicionó la evolución política, social y económica de los siglos siguientes. La participación de las zonas de expansión y navegación entre Castilla y Portugal se acordó por el Tratado de Tordesillas (1494). Un meridiano situado a unas leguas de cabo Verde separó las dos zonas de influencia: la occidental para Castilla y la oriental para Portugal. En un principio, al ser reinos unidos a la Corona de Castilla, se utilizaba el Derecho de Castilla; pero se vio la disfuncionalidad de dicha aplicación automática, ya que eran territorios distintos y con condiciones distintas. Entre 1511 y 1566, se aplican los fundamentos del derecho natural a las Indias, y se alza la voz en denuncia de los malos tratos ejercidos sobre los indios. Cuando esta información es sabida por Carlos IV, aparece la nueva doctrina basada en el Derecho natural, por lo que los indios tienen que ser respetados por su condición de seres humanos.
Por otro lado, los constantes problemas del gobierno y la organización de las Indias exigieron que se legislara específicamente en cada territorio indiano. Dicha legislación planteó el problema del conocimiento del Derecho Indiano y la necesidad de ordenar semejante material legislativo a través de las recopilaciones. El problema adquiere importancia en el propio órgano de la manifestación americana que residía en la Península: el Real y Supremo Consejo de Indias, que es el órgano a través del cual el monarca elabora su función jurídica. El Consejo de Indias tenía que saber qué leyes estaban en vigor en cada territorio americano, por lo que el primer presidente del consejo creó un inventario con toda esa legislación.
El Gobierno de los Austrias
Los Reyes Católicos instauraron los cimientos de un Estado Moderno cuyo máximo auge se alcanzó con los llamados Austrias Mayores. Se inicia así el gobierno de la Casa de Austria. Con el reinado de Carlos I de España y V de Alemania nace una etapa de expansión territorial, pero marcada por la crisis político-religiosa que la Reforma lleva consigo. Tras el fallecimiento de Carlos V, le sucedió en el trono Felipe II, quien incorporó Portugal y sus dominios en 1580 a la Península, logrando por fin la unificación peninsular. Sin embargo, durante este reinado comienza la Contrarreforma. Posteriormente, subirán al poder Felipe III, Felipe IV y el último miembro de la dinastía de los Austrias, Carlos II. Estos tres últimos son conocidos como los Austrias Menores.