¿Que es la literatura?
¿Qué es lo que hace que un texto sea literario? La habilidad literaria la confiere el modo de narrar y de ordenar los acontecimientos. En casos extremos, todos estamos de acuerdo en que la obra “El Quijote” de Cervantes es un texto literario, mientras que “el contrato de venta” de una casa no lo es. El problema surge cuando la diferencia no es tan marcada. Por ello comenzamos a dar reglas para separar la literatura de lo que no lo es, y decidimos que una obra literaria es aquella que expresa algún tipo de sentimiento, y aunque esta no es una definición plenamente exacta, la utilizamos por ser la más sencilla.
La literatura en la actualidad
Debido al cambio de significado que ha tomado la palabra “literatura” a lo largo del tiempo, el concepto de literatura no está demasiado marcado. Podríamos definirla como una forma de arte, que emplea el lenguaje preferentemente en su forma escrita, como medio de expresión y comunicación, es decir, “el arte del lenguaje”.
Distinción entre poesía e historia
El poeta y el historiador se distinguen, debido a que el historiador cuenta los sucesos que verdaderamente han acaecido de forma objetiva, y el poeta narra los que podrían acaecer o haber acaecido, de una forma normalmente subjetiva. Por ello se considera que la Poesía es más filosófica que la Historia y que tiene un carácter más elevado que ella.
El concepto de literatura desde el siglo XVIII hasta la actualidad
El concepto de literatura se fue transformando a medida que pasaba el tiempo. Hasta el siglo XVIII en latín, la Literatura significaba “introducción”, saber relacionado con el arte de leer y escribir, también relacionada con la gramática, el alfabeto, etc. Era denominada como ciencia general, la cultura del hombre letra. Sin embargo, esta definición deja fuera la literatura de transmisión oral, que es la primera manifestación literaria conocida, por lo que es mejor hablar, siguiendo a Aristóteles, de “el arte de la palabra”. En la segunda mitad del siglo XVIII, la palabra deja de estar directamente relacionada con el saber, y pasa a designar una actividad específica de este. Ya no designa cualidades específicas de un sujeto, sino de un objeto. La literatura pasa a ser un conjunto de obras que versan sobre un arte o una ciencia. Al final del tercer cuarto del mismo siglo, el concepto de literatura vuelve a sufrir un cambio drástico. Se desarrolla más la idea del nacionalismo, y esta se une a la idea de literatura, confiriéndole el significado de conjunto de obras literarias de un país, sin importar que la obras carezcan de una estructura similar. Ya en la penúltima década del siglo XVIII, se reconstruye el pensamiento literario, que ahora se considera como un fenómeno literario en general, ya no limitado a una literatura particular. Ahora la literatura es una creación estética, y más o menos, ese es el concepto que perdura hasta hoy.
La literariedad
Este término surge a mitad de los 50 de manos de los formalistas rusos, representados por Jakobson y Todoroy. Su intención era saber qué es un texto literario y como se construye, es decir, lo que autoriza a distinguir lo que es literario de lo no-literario.
Ahora bien, la mirada, aunque superficial, que el lingüista puede aplicar a los textos llamados literarios, bastará para persuadirlo de que lo que se llama “formas literarias” (figuras, procedimientos, organizaciones discursivas y/o narrativas) no tienen nada de específicamente “literario”, pues ellas se encuentran en los otros tipos de discursos. La imposibilidad de reconocer la existencia de leyes o, incluso, de simples regularidades que serían propias del discurso literario ha obligado a considerar el concepto de literariedad como desprovisto de sentido y a conferirle el estatuto de connotación social (si bien es verdad que ésta varía según las culturas y las épocas: un texto reconocido como religioso en la Edad Media es tenido hoy como literario); esto quiere decir que la literariedad debe ser integrada en la problemática de las etnoteorías de los géneros.
Las funciones del lenguaje según Roman Jakobson
Jakobson plantea el modelo de la teoría de la comunicación. Según este modelo el proceso de la comunicación lingüística implica seis factores constitutivos que lo configuran o estructuran como tal.
El emisor corresponde al que emite el mensaje.
El receptor recibe el mensaje, es el destinatario.
El mensaje es la experiencia que se recibe y transmite con la comunicación.
Contexto
Emisor Mensaje Receptor
Codigo
Canal
Pero para que el mensaje llegue del emisor al receptor se necesita además de :
El código lingûistico que consiste en «un conjunto organizado de unidades y reglas de combinación propias de cada lengua natural».
Y por último el canal, que permite establecer y mantener la comunicación entre emisor y receptor.
Este modelo permite establecer seis funciones esenciales del lenguaje inherentes a todo proceso de comunicación lingüística y relacionadas directamente con los seis factores mencionadas en el modelo anterior.
Por lo tanto las funciones del lenguaje son la emotiva, conativa, referencial, metalingüística, fática y poética.
1.Función emotiva: Esta función está centrada en el emisor quien pone de manifiesto emociones, sentimientos, estados de ánimo…
2.Función conativa: Esta función esta centrada en el receptor o destinatario. El hablante pretende que el oyente actúe en
conformidad con lo solicitado a través de órdenes, ruegos, preguntas, etc.
3.Función referencial: Esta función se centra en el contenido o “contexto” entendiendo este último “en sentido de referente y no de situación”. Se encuentra esta función generalmente en textos informativos, narrativos, etc.
4.Función metalingüística: Esta función se utiliza cuando el código sirve para referirse al código mismo. “El metalenguaje es el lenguaje con el cual se habla de lenguaje.
5.Función fática: Esta función se centra en el canal y trata de todos aquellos recursos que pretenden mantener la interacción. El canal es el medio utilizado para el contacto.
6.Función poética: Esta función se centra en el mensaje, en su disposición, en la forma de cómo este se transmite. Se pone en manifiesto cuando la construcción lingüística elegida intenta producir un efecto especial en el destinatario: goce, emoción, entusiasmo, etc. Podemos considerar que esta función engloba a las demás.
Por lo tanto, el modelo planteado con anterioridad sobre los factores constitutivos de la comunicación queda relacionado con las funciones del lenguaje de la siguiente manera: